El Amor De Antonio romance Capítulo 217

Alejandra levantó la cabeza con los ojos cerrados, dejando que el agua fría le salpicara el rostro.

Estaba inmersa en sus pensamientos y no se dio cuenta de que alguien se acercaba silenciosamente detrás de ella.

De pronto alguien le sujetó de la cintura, por lo que abrió los ojos enseguida, volvió la cabeza y se encontró con un rostro guapo y enojado.

-¿Qué estás haciendo? ¿Torturarte a ti misma o mí?-

A Guillen no se le pasó nunca por la cabeza que el agua iba a estar tan helada. En el momento en que su mano tocó el agua fría, su ira brotó de su interior.

Ante su interrogación, Alejandra giró la cabeza con indiferencia, -No tiene nada que ver contigo.-

Su tono era tan frío que no había rastro de afecto.

Guillen se sorprendió por un momento, luego una risa fría apareció en sus labios, -¿Te has arrepentido?-

Alejandra no dijo nada.

Guillen entrecerró los ojos, una luz peligrosa brilló en sus ojos. Levantó la mano para pellizcarle la pequeña barbilla y la obligó a mirarlo, pero en lugar de mirarlo ella bajó la mirada tercamente.

Él esbozó una sonrisa encantadora, se inclinó más cerca y estaba a punto de rozar sus labios, pero ella giró su cabeza con fuerza y escapó de su sumisión.

-Guillen, no hagas que te odie.- dijo con frialdad.

-¿Odiarme?- Guillen enarcó las cejas levemente, luego movió su mano a lo largo de la hermosa curva de su cuerpo centímetro por centímetro, sus dedos le acariciaban con emoción, -Estabas muy entusiasmada anoche, no parecías odiarme, ¿eh?-

Alejandra cerró los ojos, su cuerpo temblaba ligeramente, odiaba su cobardía, porque sabiendo que lo hacía a propósito, no pudo evitar reaccionar con timidez.

-Guillen... te... odio.- Su voz sonaba partida porque estaba aguantándose su deseo instintivo.

-Pues ódiame.- Con una mano, Guillen la obligó a apoyarse contra la pared y, antes de que pudiera reaccionar, la penetró.

Por instinto primitivo, Alejandra se dejó llevar gradualmente.

Se había equivocado una y otra vez, ya no podía mirar atrás.

Después de que todo se terminó, la ayudó a ducharse y la llevó a la cama en brazos.

Alejandra tiró de la colcha y se cubrió, -Vete.-

Su voz llorosa se pronunció bajo la colcha.

Guillen miró fijamente la persona que se escondía debajo de la colcha. Pasó mucho tiempo antes de que abrió la boca, -Alejandra, si uno no para de engañarse a sí misma y a los demás, solo sentirá sufrimiento. ¿Por qué no afrontar a tus sentimientos con sinceridad?-

Ella guardó silencio.

Él continuó, -Te espero.-

Sabía que no tenía la idea clara aún, por eso no quería forzarla.

Así que recogió la ropa del suelo y se las puso una a una, luego dio una mirada profunda a quien todavía estaba escondida bajo la colcha antes de irse.

Algunas cosas no tenían porque tener prisa, tenía confianza en que ella vendrá a su lado.

Alejandra no fue al trabajo.

Telma hizo muchas llamadas, pero no obtuvo respuesta y, desesperada, tuvo que contactar con Clara.

Cuando Clara se enteró, inmediatamente llamó a Alejandra, pero igualmente nadie cogió la llamada.

Como Alejandra regresó de su casa anoche, le preocupaba que algo le hubiera pasado en el camino.

Muy preocupada, condujo directamente a la casa de Alejandra. Cuando acababa de llegar a la entrada y estaba a punto de tocar la puerta, la puerta se abrió repentinamente desde adentro.

La persona que salió dejó estupefacta a Clara.

Guillen no esperaba que Clara apareciera allí y se quedó atónito durante un rato.

Después de un tiempo, Clara pronunció palabra, -¿Por qué estás aquí?-

Si él estaba allí, ¿dónde estaba Alejandra?

¿Acaso ellos?

-Alejandra, en realidad...- Viéndola así, Clara de repente se sintió preocupada, y quiso ir a abrazarla, pero la vio dirigirse hacia su dirección, pasó por su costado y fue directamente hacia Guillen.

Guillen miró sus ojos sin enfoque, sintió lástima por ella y abrió la boca, -Alejandra...-

¡Paf!

Antes de que pudiera terminar sus palabras, le golpeó la mejilla con una bofetada, interrumpiendo sus palabras.

Abrió los ojos en grande y la miró con incredulidad.

Pero solo vio que estaba mofándose con una expresión triste y deprimida, -Guillen, no tendremos nada que ver en el futuro. Da igual lo que haya pasado, todo será considerado como un sueño. Ahora, por favor, vete de aquí.-

-¿Por qué?- Guillen no entendía por qué ella lo alejaba una y otra vez siendo ellos hechos el uno para el otro.

¿Qué importaba si hubiera matrimonio o no? ¿No era suficiente que dos personas se amaran?

-Porque...- Hizo una pausa, sus ojos se enfocaron gradualmente, revelando un escalofrío, entonces continuó diciendo, -¡Te odio!-

“¡Te odio!”.

Con una frase hizo desaparecer todo lo que había sucedido entre ellos.

La puerta se cerró fuertemente.

Al mirar la puerta de color cobre que tenía delante, él se sintió como si habían vaciado todos sus sentimientos, no le quedaba nada en su interior, solo estaba muy angustiado.

Ella estaba detrás de la puerta, pero lo que separaba a los dos no solo era una puerta.

Al otro lado de la puerta, Clara miró preocupada a Alejandra que cerró la puerta, y no supo qué decir en ese momento

Alejandra seguía mirando fijamente la cerradura de la puerta, le entró ganas de llorar, y las lágrimas casi se le cayeron de los ojos.

Si aún estaba a tiempo de corregir los errores, había que ser despiadada y corregirlos de inmediato, para evitar problemas interminables en el futuro.

Qué más daba si era agrado o amor, si eran inapropiados para el otro, no había más que decir.

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