El Amor De Antonio romance Capítulo 304

El polideportivo de la Ciudad Paz estaba muy animado esa noche, las luces iluminaban el espacio y se podía ver que las mujeres se habían arreglado muy hermosas para asistir.

Mirando por la ventana de la sala VIP en el tercer piso, se podía ver vagamente la animada escena del estadio abarrotado de gente.

Se decía que las entradas para esa gala benéfica se agotaron en menos de un minuto.

La razón por la que las entradas se agotaron en tan poco tiempo era porque todos los que participaban en la gala benéfica eran estrellas populares o de alto estatus.

¿Quién no compraría una entrada para ver a tantas celebridades de una vez? Era algo que merecía la pena.

Lo más importante aún era que todas las ganancias de la venta de entradas se donarán a nombre del comprador de las entradas.

Eso también era un acto caritativo.

Clara apartó la mirada de la ventana y se volvió para mirar al hombre sentado en el sofá.

Esa noche Antonio llevaba un traje negro a medida, lo que hacía que su figura fuera más erguida y esbelta.

Su pulcro cabello negro estaba esparcido al azar, y con la proyección de la luz, brillaba ligeramente, haciendo que sus rasgos faciales fueran cada vez más profundos y atractivos.

Podía verlo todos los días, así que en teoría ya no tenía que sentir nada viendo su apariencia, pero todavía se asombró un poco.

Ella se acercó y se sentó a su lado.

Él le abrazó por el hombro y ella apoyó la cabeza en su hombro.

-¿Estás lista para bajar?- preguntó en voz baja.

Ella negó con la cabeza suavemente, -Quiero acompañarte un rato más.-

Antonio se rio, -Me hace muy feliz que quieras acompañarme. Pero... Si no te vas ahora, puede que se te pase la hora del desfile por la alfombra roja.-

-¿Desfile por la alfombra roja?- Clara se enderezó rápidamente, -Es verdad, ¿por qué me olvidé de algo tan importante?-

Encima le había dicho especialmente a María Tormo que no debían perderse esa parte, pero no esperaba que a ella se le olvidara.

No, ya no podía quedarse allí.

Se puso de pie y dijo apresuradamente, -Antonio, voy a bajar primero.-

Luego, se dio la vuelta para irse y de repente fue agarrada de la muñeca. Volvió la cabeza sorprendida, pero solo lo vio ponerse de pie con una sonrisa.

Hizo algo de fuerza y la atrajo a sus brazos.

Como ella levantó la cabeza y él bajó la cabeza, entonces sus labios se encontraron juntos.

Era un beso.

La ayudó a poner su cabello suelto detrás de las orejas y dijo en voz baja, -Hasta luego.-

-Sí.- respondió Clara en voz baja. Mirando su rostro gentil, se le pasó la idea de quedarse allí con él.

Pero no debía retrasar su trabajo porque anhelaba su gentileza.

-Voy a bajar primero, nos vemos después.-

Clara le sonrió, luego se volvió y salió rápidamente de la sala VIP.

Después de que ella se fue, José entró.

-Señor, está aquí.- José se detuvo a unos pasos de Antonio y le informó respetuosamente de la situación.

-¿Vino solo?- Antonio volvió a su habitual expresión de indiferencia y seriedad, completamente desprovisto de la dulzura y la paz de cuando estaba solo con Clara.

-No, trajo a una compañera.-

¿Compañera? Antonio entrecerró los ojos ligeramente, con frialdad en los ojos.

Un invitado no bienvenido siempre venía tramando algo malo.

El estadio principal del polideportivo era muy grande, y las deslumbrantes luces de los focos en los lugares altos iluminaban todo el estadio tan brillante como si estuvieran de día.

El escenario delicadamente construido era muy grande y la pantalla LED gigante estaba reproduciendo las actividades caritativas que el Grupo Nevada había hecho en los últimos años.

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