El Amor De Antonio romance Capítulo 348

-¿Qué? ¿Boris todavía está vivo?- Ofelia se puso de pie inmediatamente y se quedó demasiado sorprendida.

Aunque no quería creer eso, Cecilia asintió con la cabeza y dijo, -Sí. Además, Clara ya lo encontró.-

Indudablemente, esta noticia era inaceptable para Ofelia. Cayó en la silla murmurando, -¡Dios mío! Ya se acabó todo...todo...-

Viendo la cara aturdida de su madre, Cecilia sintió mucho dolor en el corazón. Se apresuró a ponerse de cuclillas ante ella, agarró fuertemente sus manos y le dijo, -Madre, ¡no tengas miedo! Boris todavía está en coma, así que, por el momento. Clara no va a saber lo que hemos hecho.-

-¿Está insensible?- “¿Dios me ha dado una oportunidad?” ella pensando.

Ofelia no pudo evitar reírse, pensando, “No cabe duda de que el dios está de mi lado.”

Al sentirse más tranquila, habló con Cecilia, -Cecilia, dile a Andrés Martí que me busque. Voy a saldar la cuenta con él.-

Cuando dijo eso, sus ojos se iluminaron con un toque de frialdad.

“Aquel día, le exigí a Andrés que le matara a Boris, pero no imaginé que,le llevó al hospital para salvar su vida por la compasión, lo cual no corresponde a su identidad de asesino.” ella pensando.

-Sí, madre. Ahora mismo le llamo.- Cecilia acarició sus manos y se levantó para hacer una llamada afuera.

-Dicen que fuiste tú quien salvó la vida de Boris.- Lautaro Bellido le miraba a Andrés con los ojos prudentes llenos de burla, quien le había estado siguiendo durante más de diez años.

Si Cecilia no le hubiera llamado, no habría pensado que Andrés podría salvarlo a alguien algún día, el cual siempre era perverso y cruel.

Al decidir rescatarlo a Boris, Andrés había previsto que algún día sería interrogado, por eso las palabras de su jefe no le parecieron inesperadas. Respondió tranquilamente sin ningún cambio de expresión en la cara, -Sí, lo salvé.-

Lautaro entrecerró los ojos, donde se sentía una tenue luz de peligro y le preguntó a Andrés con un tono fuerte, -¿Sabes qué consecuencias puede traer lo que hiciste?-

-Claro que sí.-

-Entonces, ¡por qué lo hiciste!- Lautaro le gritó y le dio un bofetón.

¡Plaf! La cara de Andrés se inclinó.

Lautaro tenía tanta fuerza en la mano que la comisura de Andrés sangraba. Aunque le sonaban los oídos y le dolían las mejillas, Andrés no dijo una palabra.

Porque esta vez hizo algo mal de verdad.

Sin embargo, no se arrepintió.

-Andrés, ¿sabes qué gran problema le has causado a Cecilia?- Lautaro estaba muy enfadado porque le había formado tanto a Andrés, pero este no se había convertido en lo que esperaba él. Andrés era su subordinado de mayor confianza y nunca le había decepcionado, así que no entendió por qué había cometido un error tan benévolo.

Andrés levantó la mano para limpiar la sangre en su comisura y luego lo miró a Lautaro, quien se sentía demasiado decepcionado por él y dijo, -Jefe, esta vez es mi culpa. Encontraré la manera de compensarlo.-

-¿Cómo?- resopló Lautaro, -¿Vas a matar a Boris otra vez?-

Andrés se calló.

-¿En serio? ¿quieres acabar con su vida ahora?- Lautaro se sentía más enojado y dijo, - Andrés, ¡ eres un tonto! ¡Si lo matas ahora, caerás en la trampa!-

Andrés bajó la cabeza sin pronunciar ninguna palabra.

Lautaro respiró profundamente varias veces reprimiendo la irritabilidad y la ira. Luego, movió la cabeza y dijo, -Pues, ni modo, Ofelia lo planeó todo, entonces hacemos que se encargue de eso.-

Al oírlo, Andrés levantó la cabeza y se quedó un poco asombrado.

-¿Crees que está mal que haga esto?- preguntó Lautaro cuando lo vio tan sorprendido.

Andrés asintió con la cabeza y dijo, -En todo caso, es la madre de la señorita Cecilia.-

-¿Y entonces?- Lautaro rio sarcásticamente, -Solo la quiero proteger a Cecilia. En cuanto a Ofelia, no tiene más remedio que sacrificarse.-

Andrés frunció el ceño y le preguntó, -Entonces, jefe, ¿qué necesita que haga?-

-Nada. Primero ve a buscarla a Ofelia.- Siguió diciendo Lautaro después de verlo, -Si ella te pone en,aprieto, dile que lo hiciste según mi orden. Me llama si quiere ajustar cuentas.-

Andrés asintió con la cabeza y le dijo, -Entendido.-

Boris estaba en una situación optimista. Una vez que se despertara, Clara y sus compañeros podrían saber quién le había hecho tanto daño.

Aunque ellos ya tenían una respuesta en el corazón, la cual solo era conjeturas,, no existía ninguna prueba para comprobar que había sido Ofelia quien lo había hecho todo. Hacía falta que Boris se despertara y dijera el asesino a fin de que Ofelia admitiera su culpbilidad.

Para evitar que alguien lo matara a Boris otra vez, Antonio le cambió el hospital mientras les enviaba a varios guardaespaldas a vigilar la sala donde estaba Boris por turno durante las 24 horas del día con el propósito de no dejarle entrar a ningún sospechoso.

El día cuando Clara le acompañó a Boris a llegar al nuevo hospital, ella se encontró con un hombre imprevisto.

-¡La novia de mi hermano mayor está aquí eh!-

Al oír unas palabras con una actitud rara y comentarios sarcásticos, Clara miró hacia la fuente del sonido. Cuando lo reconoció a Cristian Díaz, cambió de la mirada.

Cristian se le acercó y la miró con descortesía, silbó como un canalla y dijo, -Es verdad que eres una belleza maravillosa.-

“Aquella noche, ya consideré que era hermosa, pero cuando la vi hoy, me pareció más guapa.”

“Su piel era tan blanca que sus labios se mostraron más encantadores, lo cual da la sensación de besarla.”

“Pero es la novia de Antonio.” él pensando.

Considerando a ese hombre arrogante, Cristian se volvió feroz y se podía ver la crueldad en sus ojos. Desde muy pequeño, solo era capaz de vivir bajo la sombra de Antonio. A pesar de que no lo quería, no se atrevió a rebelarse contra él.

Porque él comprendió que si lo hiciera, tendría un fin trágico.

Por lo tanto, ocultó sus pensamientos lúbricos, mostró una sonrisa hipócrita y dijo, -Cuñada, ¿tienes una cita con el médico?-

A causa de encontrarse con Cristian, Clara recordó otra vez el miedo de aquella noche, por lo que retrocedió inconsciente para mantener una distancia segura con él y posteriormente lo miró alerta sin decir nada.

No le importó a Cristian que ella no le respondiera y solo enarcó sus cejas, dijo, -Cuñada, dile a mi hermano mayor que estoy muy agradecido por su cuidado durante este tiempo.-

“¿Cuidado? ¿Cuándo lo atendió Antonio?” ella pensando confusamente.

Al entender sus dudas, Cristian señaló la herida en la cara y la otra mano tapada con una gasa, dijo sonriendo sarcásticamente, -Este tipo de cuidado es muy conmovedor, ¿no?-

Clara se quedó sorprendida. “¿Cómo se lastimó este bastardo?¿No ha sido llevado al centro de detención por conducir ebrio?” ella pensando.

-Cuñada, si te quedan algunas dudas, regresa a casa para hacerle preguntas a mi hermano mayor.- terminó de decirlo, Cristian le dio una mirada profunda, se volvió y se fue a zancadas.

Viendo su silueta, Clara enarcó las cejas, pensando “¡Hala! ¡Incluso se le hirieron las piernas!”

Cristian avanzó cojeando, lo que lo hizo parecer un poco miserable.

Reflexionando sobre lo que Cristian había dicho por último, Clara no pudo evitar pensar que era posible que Antonio hubiera dado orden para que le hicieran daño a Cristian.

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