El Amor De Antonio romance Capítulo 349

- Sí, dejé que alguien le diera una lección-

Clara le contó a Antonio sobre su encuentro con Cristian en el hospital. Por cierto, bromeó diciendo que la lesión de Cristian podría no sido causada por él.

Quién sabía que Antonio admitió con franqueza.

Clara se sorprendió, luego negó con la cabeza y dijo,- Eres demasiado cruel-

- ¿Soy cruel?- Antonio levantó levemente las cejas de su espada y la miró con una sonrisa.

-Sí- Clara asintió pesadamente, -Pero ...-

Hizo una pausa, luego sonrió agudamente,-Me gusta-

Este tipo como Cristian, todavía sentía que esa lección no era suficiente.

Antonio bromeó con una sonrisa, -Parece que tengo una esposa feroz-

Estaba burlando de ella con lo que ella acababa de decir.

Clara frunció los labios, -Seré feroz solo cuando yo o la persona que me importa sea dañada-

Antonio asintió diciendo,- Es cierto-

Clara sonrió y luego pensó en un problema muy serio. Ella lo miró y preguntó,- Antonio, Cristian regresó a casa con una herida, ¿si se enojará tu padre?-

-¿Piensas que me importaría?- Preguntó Antonio sin responder su pregunta.

Clara pensó por un momento y negó con la cabeza,- No-

- Ya que no importa, entonces no necesitas pensar en eso-

Aunque dijo que no necesitaba pensar en eso, Clara siempre se sintió un poco incómoda. Aunque nunca había conocido a su padre, ya que podía hacerse cargo de toda la familia Díaz, debía ser una persona bastante poderosa.

Un persona tan poderosa, era extraño que no se enojara cuando vio que su hijo no solo ingresó al centro de detención, sino que también estaba herido.

Tenía miedo de que las cosas no fueran tan simples como decía Antonio.

La Ciudad J, la Familia Díaz.

-Doña, señor Cristian ha regresado-

En el salón de flores, una mujer vestida con un cheongsam azul oscuro estaba recortando las ramas rotas y las hojas con unas tijeras. Cuando escuchó al sirviente, hizo una pausa, luego dejó las tijeras y se levantó y salió del salón de flores.

-¿Qué pasó?-

Tan pronto como la mujer entró en la habitación, escuchó un sonido de rabia. Frunció el ceño y caminó rápidamente hacia la sala de estar de donde provenía el sonido.

El jefe de la familia Díaz, Cutberto, estaba muy enojado cuando vio que Cristian estaba herido. Miró al hijo inútil frente a él.

El señor de la familia Díaz estaba tan agraviado afuera, y solo se sentía avergonzado como padre.

-Cutberto, ¿qué pasó? ¿Por qué estás tan enojado?-

La mujer caminó hacia Cutberto, levantó la mano y acarició suavemente su pecho, luego levantó los ojos hacia Cristian, su rostro cambió de repente,- Cristian, ¿qué te pasa?-

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