El Amor De Antonio romance Capítulo 399

Después de largo tiempo, el padre de Alejandra finalmente habló.

-Guillen, Alejandra todavía es una niña-.

Las palabras del padre de Alejandra hicieron que Guillen entendiera instantáneamente lo que su padre estaba pensando era que estaba preocupado por su hija.

Entonces, se palmeó el pecho y prometió, -Tío, no te preocupes. Voy a cuidar a Alejandra muy bien por el resto de mi vida-.

-Todas las personas saben hablar bien-. El padre de Alejandra le dio una mirada fría, -Gregorio Reyes también dijo esto antes. Pero al final, igualmente le hizo daño a Alejandra. Así que tal compromiso no tiene valor-.

Guillen, -...-.

El padre de Alejandra suspiró y continuó, -El tiempo pasa volando. Todavía recuerdo qué chiquita Alejandra estaba al nacer, pero ahora ya va a ser madre. Como padre, realmente no estoy dispuesto a aceptar esta realidad-.

El tono del padre de Alejandra estaba lleno del amor por su hija.

Guillen estaba muy conmovido y dijo levemente, -Tío, la amaré como tú amas a Alejandra, y nunca dejaré que la hagan daño-.

Su expresión sincera hizo que el padre de Alejandra no pudiera evitar reír, -Guillen, creo que puedes hacer lo que dices, así que ...-.

Después de una pausa, -Mi mayor deseo es que seáis bendecidos para toda la vida-.

Con su bendición, el hermoso rostro de Guillen estalló en la sonrisa más brillante, -Gracias, tío-.

-¿Todavía me llamas tío?-, El padre de Alejandra lo miró con los ojos entrecerrados.

Guillen reaccionó de inmediato y gritó de alegría, -Papá-.

El padre de Alejandra sonrió consolado porque creía que Guillen podría darle felicidad a su hija.

Aunque no fue un día especial, todavía había muchas personas que se inscriban para casarse. Guillen usó su privilegio para que no tuvieran que hacer cola con el número y completar la información directamente después de tomar la foto. Después de preguntar sus deseos de casarse, los personales comenzaron a ingresar sus informaciones e imprimir el certificado de matrimonio.

Cuando el personal puso un sello de acero en el certificado de matrimonio, Guillen y Alejandra se sonrieron y ambos estaban llenos de dulces y felices sonrisas.

Están casados y serán parejas legales en el futuro.

-Felicidades- el personal les entregó dos certificados de matrimonio respectivamente.

Alejandra no sabía cómo salió de la Oficina de Asuntos Civiles y sentía que estaba pisando la nube. Todo era tan irreal, como un sueño.

Sentada en el auto, Alejandra abrió el certificado de matrimonio y miró la foto en la que los dos tenían sus cabezas juntas y había una sonrisa de felicidad no disimulada en sus rostros.

Guillen se inclinó y exclamó ante la foto, -Mira, parece que tenemos apariencia de pareja. ¡Somos una pareja al nacer!-

Al escuchar esto, Alejandra no pudo evitar reír. Volvió la cabeza y quiso quejarse de que era demasiado narcisista.

Pero tan pronto como giró la cabeza, Guillen la besó en los labios. Él levantó la mano para tomar su nuca y profundizó el beso.

Las dos personas se besaron con toda el alma y olvidaron todo. La atmósfera en el carruaje se volvió poco a poco ambigua.

De repente, sonó una campana penetrante, destruyendo la atmósfera romántica.

Guillen no tenía otro remedio de dejar los suaves labios de Alejandra. Pero la campana siguió sonando, solo pudo maldecir algo y soltarla impotentemente. Luego tomó el teléfono, y se quedó atónito cuando vio el recordatorio eléctrico.

Alejandra levantó la mano para acariciar el cabello suelto. Cuando vio que no contestaba el teléfono, preguntó con curiosidad, -Guillen, ¿por qué no contestas?-

Guillen volvió a sus sentidos y le sonrió, -Es mi hermano mayor-.

Después de hablar, contestó el teléfono.

Cuando Guillen los vio, se quedó atónito, -Antonio, también estás aquí-.

Antonio asintió levemente, sus ojos recorrieron levemente a Alejandra que estaba al lado de Guillen. Algo parecía surgir bajo sus ojos.

-¡Cabrón!- Jonathan Colón se apresuró hacia adelante, golpeando su puño en Guillen.

-¡Jonathan!-, exclamó la madre de Guillen. Ya era demasiado tarde para detenerlo.

Guillen no lo esquivó sino recibió el golpe.

Alejandra cubrió la exclamación que estaba a punto de soltar con sus manos, y miró con angustia a Guillen con el rostro inclinado hacia un lado.

Cuando Jonathan Colón levantó la mano para golpearlo otra vez, Antonio bloqueó su mano y lo miró fijamente, -Jonathan, ya es suficiente-.

Antonio es el mayor de sus compañeros, por lo que todos lo respetan.

Después de que Antonio dijo esto, Jonathan Colón retrajo su mano regañadientes. Pero aun señaló a Guillen maldiciendo, -Cabrón, si no fuera Antonio, realmente quiero golpearte en el suelo hoy-.

-Guillen, ¿cómo estás?- Alejandra dio un paso adelante para ver sus mejillas hinchadas y sus ojos estaban rojos de angustia.

Guillen le dedicó una sonrisa tranquilizadora y dijo en voz baja, -Estoy bien, no te preocupes-.

¨Su cara está hinchada así, ¿cómo podría estar bien?¨

Alejandra levantó la mano para acariciar su herida y escuchó que su marido suspiró hondamente y su expresión cambió. Alejandra estaba tan asustada que rápidamente retiró la mano y las lágrimas cayeron en un instante.

Guillen lo consoló apresuradamente, -Alejandra, estoy muy bien. No llores-.

Pero Alejandra no pudo contener las lágrimas. No sabía si lloró porque él había sido golpeado o porque su relación con él no era apoyada por la familia de Colón.

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