El Amor De Antonio romance Capítulo 402

-Antonio-, Clara caminó hacia Antonio y lo miró, -¿Habéis terminado de hablar?-

Antonio miró a Lydia y Alejandra, asintió, -Sí, se acabó-.

-¿Dónde está Guillen?- Ella miró a la sala detrás de Antonio, frunciendo el ceño.

-El abuelo todavía está hablando con él-, respondió Aquiles a un lado. Miró a Alejandra con un rastro de lástima en sus ojos, -La situación puede no ser muy optimista. Debéis estar preparado psicológicamente-.

-¿Qué significa no muy optimista?-

Lydia apretó su brazo con insatisfacción. El dolor lo hizo exclamar y rápidamente explicó, -El médico dijo que el estado del abuelo no es muy bueno. Puede que le quedará mucho tiempo-.

Lydia se sorprendió, -¿No puede ser?-

La situación es tan seria, esto es algo que no esperaban.

Clara miró a Alejandra, que estaba en silencio, y preguntó, -Entonces, ¿qué más ha dicho el abuelo?-

-Sobre esto...- Aquiles miró a Alejandra, vacilando, -Lo que piensa el abuelo es que…-

Su titubeo hizo que Lydia se sintiera muy molesta, -¿Qué? Habla rápido, ¿cuál es el punto ?-

Aquiles apretó los dientes y dijo en un suspiro, -El abuelo quiere ver a Guillen casarse con Sandra mientras aún está vivo-.

Tan pronto como dijo esto, el aire cayó en un silencio sepulcral.

Después de un rato, Lydia dejó escapar un "joder", y luego dijo enojadamente, -Esto es demasiado. ¿Cómo puede amenazar a su nieto así? ¿La felicidad de su nieto no es tan importante como la llamada confidencia de amigos?-

Aquiles se encogió de hombros sin remedios, -De ninguna manera, mi abuelo realmente se toma la amistad más en serio-.

Clara frunció el ceño, -Antonio, ¿Ya no hay otro remedio?-

Antonio la miró con lástima, -Clara, hay algunas cosas que siempre están fuera de nuestro control. No puedo hacer nada considerando la mala condición física del abuelo-.

-Pero...-, Clara se mordió el labio, un poco reacia a este dilema.

Todos se sintieron un poco pesados, pero Alejandra se rió suavemente.

Al escuchar el sonido, todos los demás la miraron.

-Alejandra...-.

Clara y Lydia la miraron preocupadas.

Alejandra giró la cabeza y miró a la sala con la puerta aún cerrada. Estaba obvio que solo había una puerta entre ella y Guillen, pero en este momento estaban tan lejos.

La comisura de sus labios conjuró un arco aparente, y susurró, -Parece que el final no es tan bueno-.

-Alejandra, no lo creas así. Mientras las cosas no se resuelvan, todavía hay variables-. Clara se acercó, la abrazó por los hombros y la consoló.

-Sí, eso es lo que dijo el abuelo de Guillen pero Guillen no estuvo de acuerdo-, asintió Lydia.

Alejandra frunció los labios burlonamente y luego bajó la cabeza. Él es el abuelo de Guillen, un pariente querido. ¿Va a desobedecer la voluntad de su abuelo por ella?

Se aman. Pero si este amor necesita ser intercambiado por hacer daño a sus familiares queridos, ella preferiría abandonar el amor. Porque no quiere que él cargue con la infamia de poca piedad filial y pase el futuro arrepentido.

Cuando Guillen salió de la sala, su expresión no era nada alegre.

-Guillen-, Clara lo miró con preocupaciones.

Guillen sonrió a regañadientes, y luego su mirada se posaron en Alejandra, quien estaba bajando la cabeza. Con emociones complicadas en sus ojos y susurró, -Alejandra-.

Aquiles la tomó por los hombros, sonrió y le dijo a Clara, -Clara, tú y Antonio entrarán solos. Nosotros regresaremos a casa-.

-Eso está bien-.

Como Lydia no estaba dispuesta a ver sus familiares, respetaba a su voluntad.

Clara entró en la sala detrás de Antonio.

En el cuarto, además de Sandra y Josefa que las había conocido antes, también estaba Eliazar Colón, el abuelo de Guillen y Jonathan Colón, el hermano mayor de Guillen, los últimos dos que los conoció por primera vez.

Eliazar Colón se apoyó en la cabecera de la cama y su cabello gris y su rostro arrugados estaban grabados con las huellas del tiempo. Pero sus ojos eran profundos y brillantes, y parecía estar de buen estado.

Josefa vio a Antonio entrar con Clara, un rastro de sorpresa cruzó su rostro y luego miró a Clara con calma.

Jonathan Colón vio a su primo traer a una mujer y preguntó sorprendido, -Primo, ¿quién es?-

Antonio lo miró a la ligera, -Mi esposa, Clara-.

Cuando Josefa y Jonathan Colón escucharon esta respuesta, sus expresiones fueron exactamente las mismas en estado de shock.

¡Dios mío! Como un iceberg, ¿su primo se casó realmente?

Sandra, que estaba sentada junto a la cama, también estaba muy sorprendida. No tenía idea de que la amiga de Alejandra sería la esposa del primo Antonio.

Pero el abuelo mostró una sorpresa en su cara, -Antonio, ¿cuándo te casaste?-

Cuando se enfrentó a su abuelo, la expresión indiferente de Antonio se volvió un poco más suave, -Me he casado por un tiempo. Discúlpeme que me olvidé de decírtelo. Aproveché esta oportunidad para traer a Clara a visitarte-.

La mirada alegre del abuelo se posó en Clara, quien estaba a su lado, miró de arriba abajo y mostró una sonrisa de satisfacción, -Qué hermosa chica. No es de extrañar que te enamores de ella y te cases con ella-.

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