EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 122

-¿amas a Luisa lo sufriente, como para casarte con ella?- La pregunta fue algo impactante para él y se quedó callado ante la pregunta. Después de unos segundos retomo la cordura y comento.

-discúlpame Sara pero es una pregunta muy personal y no es por ser grosero pero me reservo el derecho a responder esa pregunta- dijo muy nervioso.

-Julián, sé que es un pregunta personal pero necesito saber que sientes por ella, ¿Cuáles su historia?, es muy importante para mí por favor-

-Sara, sé que estimas mucho  a Luisa y no sé qué te comento pero yo preferiría dejar el pasado en el pasado, me siento feliz como esta mi vida en este momento- Sara le intrigaba más que paso entre ellos que están tan reacios a hablar.

Esteban tenía la costumbre de entrar al despecho de Julián sin tocar y esta no fue la excepción, cuando llego lo felicitaron por su cumpleaños, hasta ese momento Sara recordó ese hecho y también lo felicito. 

Ella sé quedo sentada un sillón alejado de donde se encontraba Julián y comento muy seria

-Esteban creo que no tiene caso hablar con él, dame otra solución a mi problema- comento Sara muy enojada.

-¿qué paso?- cuestiono Esteban.

 -no tiene pensado casarse con Luisa y no tiene caso hablar con él, Julián solo te voy a advertir algo si no quieres a Luisa déjala que sea feliz lejos de ti- comento Sara muy enojado no permitiría que su hija derramara más lagrimas por un hombre que no la merecía. Esteban intento detenerla pero ella se marchó sin dar vuelta atrás.

-¿qué le dijiste para que se fuera tan furiosa?- cuestiono Esteban.

-nada solo me hiso preguntas personales que no tengo porque contestar – él estaba muy molesto, nunca nadie se había metido en su vida personal.

-¿qué preguntas?- Julián le mando una mirada asesina.

-no empieces tú también, nadie tiene derecho a meterse en mi vida privada-

-hermano esto no solo se trata de ti, se trata de Luisa, de tus hijos, piensas siempre tener a Luisa a tu lado ¿o que piensas hacer con ella? – cuestionó enojado Esteban

-estoy bien como estoy ahora, no tiene por qué cambiar nada- dijo con indiferencia

-amigo recuerdas que te dije que te envidiaba tu vida, ¿sabes  porque? la vida te regalo un buena y hermosa mujer y unos hijos encantadores ¿Qué piensas de ellos, los vas a dejar?- indico Esteban.

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