EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 51

Al llegar fueron recibidos por la señora Rossi, que al no ver a Miranda pregunto por ellos con decepción en su rostro.

-perdón se retrasaron un poco pero no tardarán mucho en llegar- la cara de Sara cambio de inmediato, le ofrecieron el presente que llevaban y los invitaron a pasar en la casa se encontraba el señor Rossi junto a Laura, eran prácticamente los primeros en llegar.

Diez minutos después tocaron a la puerta eran Lorenzo, Miranda y Esteban, con ellos se completaban la noche platicaron de negocios, conversaron de muchas cosas y de nada, Sara intentaba indagar en la vida de Miranda y Esteban de cuáles eran sus gustos pero las preguntas también caían sobre todos los presentes para no levantar sospechas.

Miranda y Lorenzo trabajan con su padre en un taller automotriz, propiedad de su  padre, como administradores de dicho lugar, el local es bastante grande y el negocio marcha muy bien, para vivir cómodamente. La plática fluía bastante bien hasta que llego la pregunta hacia Luisa.

-¿a qué te dedicas Luisa? -  Ella no supo que decir no trabajaba, por la conmoción comento – por el momento no trabajo me dedico a cuidar a mis hijos – los ojos de Julián se abrieron por el asombro.

-¿tienes hijos? – pregunto muy asombrada Sara. Fue entonces que Luisa cayó en cuenta que el comentario estaba fuera de lugar. Pero la indiscreción ya la había cometido no podía echarse para atrás.

-si –  comento apenada, no podía negar a sus hijos.

-¿qué edad tienen?- siguió cuestionando Sara

-un año, son unos gemelos niño y niña- al escuchar ese comentario los ojos de Sara amenazaban por derramar una lágrima.

-como nosotros Lorenzo- comento Miranda. Sara sonrió con el comentario.

-me encantaría conocerlos Luisa-  agrego Sara

-en otra ocasión los traeremos –concluyo Julián.

    Esteban cambio el tema, para ellos los niños eran un tema complicado que era mejor no indagar en el tema sin antes platicar que dirían  ya que los señores Rossi eran una pareja muy respetada y conservadora, esa era la fachada que ellos proyectaban.

La noche trascurrió entre pláticas de negocios y uno que otro comentario personal. Sara quería lograr acercarse a los que les indicaban que eran sus hijos, así que al ver a Miranda muy a la moda concluyo que les gustaba ir de compras.

- Miranda que hermosos zapatos tienes, ojala pudiera tener tu buen gusto, me gustaría ir de compras pero no sola ¿me acompañarían chicas? – observando a las tres jóvenes que se encontraban ahí.

Laura inmediatamente dijo – yo paso - no se soportaban.

Miranda acepto encantada y Sara sonrió de echo ese era el propósito de dicha invitación y Luisa permaneció callada.

-Luisa ven con nosotros- comento Miranda, le intrigaba la chica que tenía dos hijos y era novia del hombre más frio y guapo que había conocido.

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