EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 52

En el despacho, Julián empezó la conversación.

-lo estuve meditando mucho, lo mejor es decir la verdad, no puedo esconder a los niños aceptaré la paternidad abiertamente, puedes indicarle a la señora Rossi que el padre de esos niños soy yo, espero que te quede claro que no cambia nada nuestro acuerdo de tener una relación sentimental entre tú y yo.- le especifico a Luisa. Ella solo asintió con la cabeza.

-entiendo ese punto pero debemos cuidar tu imagen como se manejara el tema de la concepción, además sabes cómo son de conservadores los Rossi - indago Esteban.

- bueno no diremos totalmente la verdad, es bueno seguir con la relación de noviazgo es la excusa perfecta – comento Julián.

- si tienes razón seguir el tema del noviazgo será convincente, con posible casamiento mientras termínanos relación con ellos – estipulo estaban. A Julián no le pareció la idea pero se quedó callado.

-son personas muy importantes yo soy una persona muy ignorante , no soy para nada digna novia de el tan importante Julián Rivera, lo mejor será dejar todo por la paz y que yo me aleje, como tengo el compromiso iré después tu romperás conmigo, me quedare en la sombra y fin de la historia.- a Luisa le preocupaba su condición social.

-¿te gustaría estudiar?- pregunto esteban, cada vez le intrigaba más la chica que lejos de querer sacar provecho de la situación en la que se encontraba quería desaparecer de la vida de un millonario, de hecho la vez que busco un abogado solo fue para que se asegurarse que no le quitaran la custodia de los niños y la pensión alimentaria que pedía era una cuarta parte de lo que ellos estaban dispuestos a pagar, no pedía propiedades ni mucho menos exigía algún trato preferencial para ella, de echo en el acuerdo quedo estipulado que él se haría cargo de los niños hasta que terminaran de estudiar sin reservarse absolutamente nada para ella posteriormente.

-no lo había pensado pero, ya estoy muy vieja para empezar – continuo Luisa.

-¿qué piensas esteban?- pregunto intrigado Julián.

-se siente inferior lo puedo entender, pero si ustedes no van a vivir juntos, el día de mañana ella quedaría a merced del mundo y con estudio podrías conseguir algún trabajo mejor que de afanadora- podría educarla para representar mejor su papel, pensó Esteban.

- eso es cierto - comento Julián, tenía lógica lo que comentaba esteban.

-pero estoy muy vieja para ir la escuela, además lo niños no podría- concluyo Luisa.

-puedes estudiar en línea seria cuando los niños duerman a tu ritmo – indico Julián no le desagradaba la idea de echo sería beneficioso cuando los chicos crecieran.

- te puedo contratar un maestro privado para materias que requieras asesoría y no creo que no puedas dedicar unas tres horas a la semana, en tu casa- concluyo esteban.

- si me gustaría, estudiar terminar mínimo la educación básica- concluyo Luisa.

Al final concluyeron que ella iniciaría la escuela, que tuvieron un noviazgo hace más de un año que no funciono pero que por los niños lo estaban intentando de nuevo, idearon una historia de cómo se conocieron, del porque nunca antes los habían relacionado en fin trataron de cubrir todos los panoramas.

Llego el medio día Luisa se fue a cambiar a su casa a alistarse para la reunión de la señora Rossi, Julián le entrego una tarjeta de crédito, para que se comprara lo que ella necesitara así como dinero en efectivo para gastos menores, que no se debía preocupar por nada que tratara de que la señora Rossi pasara una tarde amena para tenerla como aliada que si conseguía el propósito lo que gastara sería nada en comparación si conseguían nuevos negocios con ella. La tarjeta que le entrego era de un crédito muy bajo por tal motivo él no la ocupaba pero como no la conocía decidió no darle demasiado. Ella era una persona que no le gustaba llegar tarde de echo siempre llegaba 15 a 20 minutos antes ese día llego 30 minutos antes estaba sumamente nerviosa, el lugar de la cita era en un café en el centro comercial más grande de la ciudad X.

***** Perspectiva de Sara ****

Soy una mujer que no le gusta llegar tarde a cualquier reunión, así que llegue 15 minutos antes a la cita, al llegar observe a Luisa solo pensé no soy la única que le gusta la puntualidad.

-buenos días Luisa- indique y me senté enfrente de ella, esa chica se me hacía muy parecida a alguien pero no podía recordar a quien. Buenos días me contesto y me sonrió vaya esa sonrisa se me hizo sumamente familiar ¿pero a quién?, no podía recordar así que solo trate de investigar.

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