EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 58

Tan pronto como ingresaron al automóvil y se alejaron un poco de ellos Joaquín interrogo a Marisol - quienes eran esos tipos Marisol-

- Era mi padrastro y mi hermanastro- dijo volteando a ver hacia la ventanilla, le daba mucha vergüenza su pasado.

-pero porque hay tanto rencor en sus miradas, ¿Qué paso Marisol?-

-te contare pero por favor no me juzgues, esto solo Luisa lo conoce perfectamente bien de echo también la buscan a ella por mi culpa.-

-cómo puedo juzgarte Marisol eres mi hermana yo nunca lo haría creo que ya te demostré que puedes confiar en mi-

- te lo contare, yo nunca conocí a mi padre, de echo creo que ni mi madre sabe quién es mi padre, cuando tenía poco más de tres años madre, mi madre se juntó con este tipo, él siempre decía que yo comía mucho y que no aportaba nada a la casa, me dormía debajo del ropero porque decía que no quería ni verme, un día el llego muy borracho mi madre no estaba y me violo, me amenazó con no decirle nada mi madre, pero cuando tenía como 5 años un día mi madre llego y lo encontró conmigo ella se enojó pero con migo me dijo que yo me le estaba ofreciendo, como si supiera que era eso, pero el solo dijo que si quería seguir viviendo ahí lo tenía que hacer de los contrario nos correría, mi madre acepto ese trato siempre y cuando ella no lo viera - suspiro y continuo –cuando cumplí 6 años, su bastardo hijo me hizo lo mismo él tenía en ese entonces 15 años – los ojos de Joaquín se agrandaron y comento –

-ese hombre le enseño a violar a las mujeres a su hijo, no puedo creerlo- solo negaba con la cabeza.

-si así fue, después de eso se turnaban conmigo por las noches- dijo con lágrimas en los ojos.

-un día me arme de valor y escondí un cuchillo debajo de la almohada y apuñale al hijo, después corrí por las calles una señora me encontró al verme con sangre me llevo a la policía, conté todo lo ocurrido y me llevaron a ese orfanato donde nos conocimos.-

-¿y porque escapaste? – cuestiono Joaquín. Ella suspiro con la pregunta

-cuando estaba ahí todos sabían de mi pasado, ese Leandro el vigilante nocturno un día se acercó a mi e intento violarme –dijo con sonrisa irónica.

-ese día me jure a mí misma no volver a permitir que me tocaran sin mi permiso, así que tome mis cosas una noche dispuesta a fugarme, Luisa desde que llegue ahí se hizo muy cercana mía, y decidí convencerla para que se fugara conmigo tenía miedo que si la dejaba, ese hombre le hiciera algo malo- suspiro.

-sé que no fue mi mejor idea pero era joven todo se me hizo fácil, la calle no fue agradable pero encontramos personas que nos enseñaron como sobrevivir en ellas. –

-cuando tenía 16 años, un día en la calle nos encontramos a mi padrastro, junto con su bastardo el inmediatamente al verme me quiso tomar de nuevo y también a Luisa, había un señor que le decíamos Toñito andaba con nosotras decía que éramos sus hijas, cuando llegamos a la calle él fue de los primeros en enseñarnos como defendernos, nos dio un cuchillo a cada quien y nos dijo este debe de ser su mayor tesoro, desde entonces siempre lo cargábamos, ese día Luisa le clavo su cuchillo a mi hermanastro en su pierna para poder escapar pero yo le enterré el mío en lo hu**os del mal nacido de mi padrastro. Huimos lo más rápido posible de la escena, Toñito nos ayudó a escondernos por días y luego nos pidió que nos fuéramos de ese lugar.

-ahora entiendo el odio que te tiene, pero se lo tenían bien merecido- comento Joaquín

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: EL CEO Y LA HUÉRFANA