EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 75

Al siguiente día Julián llevo a su familia al aeropuerto, partieron sin novedad.

Al llegar a la ciudad J, se registraron en el hotel junto con Sara por la tarde tenían la cita con el médico, Sara expreso su deseo por ir con ellos al hospital.

El viaje seria originalmente de un solo día pero Sara había indicado que quería visitar a su prima, por tal motivo el viaje seria de tres días.

Después de la revisión médica descansaron en el hotel el plan era acudir al siguiente día a casa de su prima.

Por la noche Luisa hizo una video llamada con Julián los niños querían ver a su padre antes de acostarse, el platico con los niños por un rato hasta que lo chicos se durmieron, entonces le pregunto a Luisa por la salud de Ian, ella le estaba explicando lo que había comentado el médico cuando se escuchó un ruido ensordecedor. Ambos se exaltaron ella corrió hacia la puerta para saber qué es lo que pasaba cuando escucho la puerta tocar era Oscar y Lola quienes le gritaron -Fuego hay que correr- Luisa dejo caer el celular de las manos y corrió hacia sus hijos los cinco salieron del hotel los tres adultos suspiraron al ver escapado de la situación sin ningún rasguño.

De pronto Luisa recordó a Sara y la empezó a buscar por todas partes, ella cargaba a Ian y Oscar cargaba a Uri, ella entrego a Ian a Lola y entro a buscar a Sara al hotel. Oscar quería evitarlo pero no podía dejar a la niña que tenía en brazos.

El fuego ardía y había ruido por todas partes pero a Luisa no le importó y  entro a buscar a Sara, buscando cada rostro que pasaba junto de ella pero ningún rastro de Sara casi llegaba a la habitación de ella cuando la vio tenía la pierna lastimada  sin pensarlo la ayudo a salir casi salían cuando de repente ya no pudieron avanzar más y cayeron desmalladas debido a la inhalación de los diferentes gases que desprendió el incendio, afortunadamente para ellas fueron rápidamente sacadas por los bomberos que ya habían arribado a las instalaciones del hotel.

Luisa no se despertó hasta la mañana siguiente en su habitación se encontraba Oscar muy pendiente de ella.

Al abrir los ojos y ver a Oscar, se exalto y pregunto –mis hijos ¿cómo están Oscar?-

-calma Luisa, ellos están perfectamente bien no te preocupes ya fueron revisados y son unos niños muy fuertes solo nos recomendaron que si teníamos alguna duda lo verificáramos con su doctor de Ian, ellos están en otro hotel la administración del hotel nos reubico, a manera de disculpa por lo ocurrido- enseguida trajeron el desayuno, Oscar no había querido llamar a Julián para no molestarlo ya que ellos se encontraban bien y porque Luisa no había despertado. Así que salió -para llamarlo, desde un teléfono público ya que había dejado su celular en el hotel  pero el teléfono indicaba que se encontraba apagado.

Lo llamare más tarde solo pensó al regresar a la habitación Luisa ya había termino su desayuno y pregunto por Sara.

-La señora Lemus tiene una leve quemada en su pierna derecha nada grave hasta el momento que pregunte por ella todavía no despertaba igual que tu-

 -Oscar si no es mucho pedir podrías investigar ¿cómo se encuentra?-

-sin problemas ya que estas bien iré a preguntar por ella y te aviso-

Salió de la habitación, mucho después se abrió la puerta ella sin voltear a ver quién era pregunto -¿Cómo está la Sara? -   

-no lo sé no pregunte- al escuchar esa voz fría a Luisa le recorrió una inmensa felicidad. No tenía ni que voltear a ver quién era el dueño de aquella voz.

-Julián que sorpresa – ella volteo a verlo pero este tenía una cara  de enojo que a Luisa le dio miedo.

-sorpresa fue la mía ayer estaba hablando contigo y de repente cortaste la llamada, no sabía cómo estabas y los niños me dejaste tan estresado en la noche no encontré ningún vuelo hasta hoy por la mañana estuve toda la noche buscando las noticias de lo que había ocurrido aquí no pensaste en eso- su voz venia cargado con una fuerte ira.

-discúlpame, los niños se encuentran bien al igual que Oscar y Lola no te preocupes – dijo ella muy apenada

-¿y tú? – su voz era bastante fría y llena de ira.

-estoy bien mi brazo sanara pronto no es muy fuerte la quemadura- dijo ella en un suspiro.

El solo negó con la cabeza –nunca vuelvas a hacerme esto he pasado una noche de angustia y ansiedad – dijo y se acercó a ella y le dio una fuerte abrazo junto con un suave beso en los labios.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: EL CEO Y LA HUÉRFANA