EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 80

****** Perspectiva de Luisa*****

Por la tarde llego Julián, se veía más relajado le pidió a Oscar que se volviera con Lola y que le ayudara con los niños que él se quedaría conmigo.

-Julián no es necesario yo supongo que ya me darán de alta me siento mucho mejor- quería alejarlo tenía un poco de miedo, estaba relajado pero su aura no era la de siempre.

-no eres medico ¿o sí?- comentó muy frío y yo solo pensé, vaya tenía una forma de hacerme callar rápidamente.

un sórdido silencio se quedó en el lugar y para romperlo comenté - Julián sabes si  Sara ¿ya la dieron de alta? me dijo que, quería platicar contigo que si la podíamos ir a visitar, ella es importante para ti por eso te lo comento- dije con cierta duda en mis palabras. Él se levantó de la silla donde se encontraba sentado para sentarse en la cama  y mirándome fijamente me indico

-Luisa promete algo nunca vuelvas a ponerte en una situación de peligro, sabes lo angustiado que estuve- dijo al tomarme de las manos, vaya me sorprendió en gran medida su cara cambio muy drásticamente del enojo a la preocupación – ella es importante es un buen negocio, pero no vale la pena sacrificar tu vida – coloco una mano en mi rostro y cada vez se acercaba más a mí hasta que su aliento golpeo mi rostro y me susurro con una voz tan sexi que me estremeció –prométemelo – abrí mi boca para indicarle que se lo  prometía pero sus labios me lo impidieron, intente quejarme porque no comprendía del porque estaba haciendo esto pero él lo aprovecho a su conveniencia para introducir su lengua, vaya de verdad todo era nuevo para mí pero su suave boca, de verdad me hizo desearlo, nuestras respiraciones eran muy cortadas se recostó sobre mí y sus manos empezaron a recorrer mi espalda por un instante me perdí en sus caricias pero recordé el lugar donde estábamos y lo aparte con las últimas fuerzas que me quedaban para no flaquear. El solo sonrió y me susurro al oído –no sabes cómo me prendes -  yo me quede de piedra sin saber que hacer, el tomo mi mano y salimos de la habitación rumbo a la de Sara.

Al entrar a cuarto de Sara ella nos regaló una sonrisa, Julián se acercó a mí soltó mi mano y me tomo de la cintura, vaya cada contacto que tenía con el me estremecía,  con lo que me acababa de suceder y de confesar, sentía mis piernas de gelatina.

-Julián me alegra mucho verte, te pedí que vinieras porque te tengo una cosa que pedirte ya se lo comenté a Luisa pero me gustaría que los dos estuvieran de acuerdo-

-si lo que se le ofrezca – contesto muy amablemente Julián.

-me encantaron tus hijos, estoy más que enamorada de ellos  y de tu mujer en el buen sentido.- dijo con una sonrisa.

–bueno para serte sincera lo que te quiero pedir es que me dejes estar con ustedes ser una abuela para tus hijos, qué opinas prometo no ser como una suegra molona- Julián le regaló una sonrisa sincera y agrego.

-vaya estaríamos muy felices con su presencia, como sabrá mis hijos no tienen abuelos de sangre, pero sería un honor para nosotros  lo que usted nos indica-  ella asintió con la cabeza.

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