EL CLUB DEL DESEO romance Capítulo 10

En cuanto entraron a la oficina Gael suspiró muy profundo, el olor de esa mujer lo estaba volviendo loco, era exquisito.

—Siéntate — le dijo muy amable, Audrey lo hizo y no pudo evitar suspirar, Gael tenía algo que llamaba demasiado su atención. — ¿Qué ideas tienes?

—Hace un año, fui a un curso de dos meses, fue algo pequeño, pero enseñaban un poco sobre preparaciones de fiestas, ideas, cosas que llamaban mucho la atención, pero antes de darle mis ideas, me gustaría saber que le gustaría a usted, si ya tiene algún a de idea de algo o que es lo que ha hecho los años anteriores.

—Bueno, he tenido fiesta de piscina, fiesta de disfraces, baile de máscaras y solo baile, algo muy formal. — Audrey asintió.

—¿Cuántos años cumple este lugar? — A Gael le encantaba oírla hablar, tenía una voz muy dulce.

—Siete — ella lo miró sorprendida.

—¿Y nunca ha hecho otra cosa que no sean esas cosas? ¿Nunca ha contratado a una experta en estas cosas? — la cara de sorpresa que le dio Gael la hizo pensar que había hablado más de la cuenta. —Lo siento creo que hablé de más.

—No Audrey, no lo has hecho, lo que pasa es que lo dijiste como si fuera un crimen y me dio gracia, lo siento. Y con respecto a tus preguntas, sí sólo he hecho esas cosas y no, nunca he contratado a alguien experto, no sé, quizá nunca había querido algo especial como este año. Dicen que el 7 es el número de la suerte. — él le sonrió y Audrey sintió su corazón latir muy deprisa. — Hagamos un trato, sea que me gusten sus ideas o las de otros empleados que tal si le pago a usted por encargarse de preparar la fiesta. — Audrey quedó en shock.

—¿Qué? — dijo sin poder creer lo que él le había dicho.

—Lo has escuchado bien, se que es un trabajo muy pesado, puedes buscar ayuda de personas que trabajan aquí, igual pagaré a cada uno de ellos, pero tú serás la encargada de que todo salga muy bien, de que las personas obedezcan, y de que todo salga perfecto te daré una tarjeta de crédito para que compres todo lo que necesitas. Podrás trabajar en la mañana y luego por la tarde encargarte de la fiesta, juro que te pagaré muy bien.

—¿Por qué yo? Recién vengo entrando a trabajar, ¿se da cuenta que está encargando su fiesta de aniversario a una desconocida? — Gael se levantó de su asiento y caminó hasta ella, cuando estuvo cerca se agachó hasta quedar a la altura de esa hermosa mujer, y sin quitar la mirada de sus ojos, se acercó mucho a ella.

—No eres una desconocida, ya eres parte de este lugar, no es solo mi fiesta de aniversario, es la fiesta de todos, este lugar no sería nada sin cada una de las personas que trabajan conmigo y se dedican al cien por ciento a lo que hacen. Y la primera pregunta fue ¿por qué tú? Bueno, porque aunque recién has llegado a mi vida, confío en ti Audrey, tus ojos me dicen lo buena, sincera y leal que eres, se que no me fallarás, no quiero forzarte a nada, ni presionarte, quiero que te sientas muy capaz. Además quiero que sepas que si no aceptas no pasa nada, no pienso molestarme, y también que si aceptas, quiero que me prometas que si te sientes muy presionada, cansada o vez que alguien no hace lo que debes vengas y me lo comuniques. — Audrey sentía tantas mariposas en su estómago, tanto por las palabras de Gael, como de su cercanía, podían respirar el uno del otro.

—Muchas gracias por todas las palabras que me ha dicho, para mi es un halago, además que es la primera vez que alguien confía tanto en mí. Pero ¿podría pensarlo? — Gael no podía apartar la mirada de los labios de Audrey y ella lo notó, él tuvo que hacer todo su mayor esfuerzo para apartarse de ella.

—Por supuesto, lo único que te pido es que el mismo plazo que les di a ellos para que me digan sus ideas, tú pienses mi propuesta, porque necesito que alguien se encargue.

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