El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 128

Si fuera solamente una guapa común y corriente, y no importaba cuán hermosa fuera, no creerían que el Señor Senda se le iba a ganar a Isla del Paraíso como enemigo por esta mujer.

Lo conocieron desde hace más de diez años y eran los mejores amigos desde que eran adolescentes.

Senda siempre no prestaban la atención a las mujeres, y durante tantos años, no se enamoró de ninguna.

Pero si fuera su prometida desaparecida, sería diferente.

A pesar de todo, ella era una prometida nominal, e incluso si no le gustaba, no podría permitir que ella fuera subastada como un artículo porque eso sería una deshonra para él. Entonces era razonable creer que esta chiquita era Mauren.

-Pero, no es así.- Erasto frunció el ceño mirando al hombre que todavía estaba bebiendo.

-Se rumorea que tu prometida tiene la cara llena de pecas y se ve muy fea ... -

Sintió que una mirada fría se estaba dirigiendo a él, y Erasto parecía como si hubiera descubierto el Nuevo Mundo, y perdió el interés en el juego. Dejó el ratón que tenía en su mano, inmediatamente se sentó en el sofá de cuero a un lado, y empezó a mirar el rostro agraciado de Senda para intentar captar una variedad de expresiones que surgían en su cara.

-Senda, ¿de verdad vas a defender a tu fea prometida? Bueno, ¿es mejor que me calle, vale?-

Al fin y al cabo todos chismorreaban, y ellos tampoco la habían visto. De todos modos se decía que era muy fea.

Y no esperaban que el Senda reaccionara tanto cuando oyó decir que la señorita López era fea.

¿Pero lanzar una mirada con frialdad a su mejor amigo por una mujer? ¡Uffffff! ¡Esta fue realmente la primera vez! Parecía que el Senda le trataba muy bien a su fea prometida.

-Solo te digo la verdad, Senda, no me vayas a pegar. Si no fuera una bella, la gente de Isla del Paraíso no la habría subastado. -

Una mujer fea no solo era difícil de subastar, sino que también ensuciaría la honra de Isla del Paraíso. Senda se veía descontento, cogió una copa de vino y se lo bebió.

Esta reacción fue un poco intrigante.

Angelo lo miró y de repente sonrió, -¿No será que tu fea prometida en realidad resultó ser una bella, verdad?-

Senda todavía no hablaba, pero después de servirse una copa de vino, hizo un brindis.

En este momento, no solo en los ojos de Angelo brilló un poco de sorpresa, sino que también Erasto Velázquez y Analola Sáenz, quien siempre hablaba menos que Senda, también ellos parecían curiosos.

Sería realmente una notica bomba que la fea prometida se convirtiera en una bella.

Senda dejó la copa vacía en la mesa y miró el borde de la copa que ya estaba teñido de color rojo.

Una imagen de que una chiquita estaba recostada entre sus abrazos sollozando vino a su mente.

En el fondo de sus ojos también se tiñó gradualmente con un toque de alegría.

-Sí. - Finalmente el Señor Senda asintió con la cabeza y volvió a servirse una copa.

Incluso el Señor Senda dijo que la chiquita era guapa, ¡esa sería definitivamente una hermosura divina! Con su actitud increíblemente exigente hacia las mujeres, era raro que dijera que una mujer era guapa.

-¿De verdad es tan hermosa? - Erasto estaba muy ansioso por ver qué preciosa era esta muchacha.

-Oye, Senda, ¿la muchacha que ha aparecido esta noche es tu prometida? -

Erasto muy pronto recordó a la muchacha del teléfono que le había informado al Señor Senda que iba a salir a cantar.

-Vaya,Senda, ¿fuiste dejado de lado por una mujer esta noche antes de que estuvieras dispuesto a venir aquí para acompañarnos a nosotros los solteros? -

¿El Señor Senda fue dejado de lado por una mujer? Esto sería realmente una anécdota.

Angelo y Analola le miraron a Erasto, Angelo sonrió preguntando

-¿Qué ha pasado? -

-No ha pasado nada. Al principio, llamé para invitarle al Senda que saliera, pero el Senda me rechazó directamente. Inesperadamente, en aquel momento su hermosa prometida se le acercó y le dijo que iba a salir con sus amigas, y quería ¡pasárselo toda la noche! -

Cuando llegó la hermosa prometida el jefe incluso se molestó en contestar el teléfono, probablemente dejó su móvil a un lado, por lo que Erasto accidentalmente escuchó más conversaciones.

Más tarde consideraba que era la privacidad de los demás, así que tomó la iniciativa de colgar el teléfono.

Sin embargo, todo lo importante ya lo había escuchado.

-Senda, ¿Cómo que prometiste que no te metieras en su vida? ¿Acaso vuestro compromiso es solo una formalidad? -

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz