El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 127

No fue hasta que Mauren colgó el teléfono y lo dejó a un lado que Senda regresó a la habitación desde el balcón.

-Solo he charlado un rato con una amiga.- Mauren no sabía por qué quería explicárselo.

Pero cuando ella lo vio que estaba mirando el móvil que había dejado, naturalmente se lo empezó a explicar.

-Vale- Senda frunció los labios, y sus profundas pupilas se volvieron cada vez más misteriosas.

La atmósfera en este momento parecía un poco incómoda y vergonzosa, Mauren tosió ligeramente y luego le sonrió.

-Señor Senda, ahora ya es muy tarde, tú ... ¿no te vas a descansar?-

Él estaba merodeando en su habitación en medio de la noche, ella le preguntó qué quería hacer pero no dijo nada.

¡Esta forma de vivir juntos hizo que uno se sintiera muy estresado!

Senda la miró de nuevo, y al ver la sonrisa forzada e hipócrita en la comisura de boca de ella, su corazón se volvió un poco pesado.

Profirió un suspiro con frialdad, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.

Esta vez realmente se fue.

Mauren no lanzó un suspiro de alivio hasta que no se cerró la puerta.

¡Esta noche estuvo en un pelo que ella perdiera su castidad!

¡Siempre era tan peligroso estar a su lado, que si no se tuviera cuidado uno se engolosinaría con él y perdería la virginidad !

Aunque, de hecho, Senda Pérez era un galán perfecto que se robó los corazones y las miradas de todas las mujeres de la Ciudad Norte, pero el que fuese guapo no significaba que pudiese hacer lo que le diera la gana.

¿No podría volverse loca y acostarse con él sin pensarlo dos veces cuando viera a un hombre agraciado, verdad?

Después de que saliera Senda, todavía estaba sorprendido y no podía sentirse relajado en absoluto. Debía haber algo raro que estaba pasando últimamente, nunca antes había tenido los sentimientos encontrados.

Tan pronto como entró a su habitación sonó el teléfono.

Senda lo cogió, y una voz clara vino del otro extremo del teléfono- Senda, somos tres y falta uno, ¿quieres venir? -.

-No me interesa. - Cuando estaba a punto de colgar el teléfono la puerta de la habitación fue golpeada de repente en ese momento.

Mauren no esperaba que tan pronto como Señor Senda se fuera ella misma vendría a recurrir a él.

De hecho, vaciló, pero no pudo contener la sensación de querer salir.

La puerta no estaba bien cerrada, por lo que silenciosamente asomó la cabeza por allí después de llamar a la puerta.

El móvil de Senda todavía estaba en su mano, y la llamada aún no había terminado. Al verla lo dejó a un lado casualmente.

-¿A qué vienes?-

-¿Estás ... ocupado? - Mauren miró el teléfono móvil que tenía en la mano, y el Señor Senda parecía estar hablando con otra persona.

-Entonces yo ... ¿ te busco más tarde?-

-No estoy ocupado.- El hombre dejó el teléfono a un lado,

-Pasa-.

¿Ella finalmente supo tomar la iniciativa de buscarlo? pensó que esta muchacha realmente no quería estar cerca de él en absoluto.

El Señor Senda deliberadamente mantuvo la cara seria haciendo que su actitud pareciera más fría.

Acababa de ser expulsado de la habitación y puesto que ahora con eso de que ella lo buscó personalmente estaba tratando de hacer lo posible por salvar un poco de su dignidad.

Mauren solo estaba parada en la puerta y no tenía ninguna intención de entrar.

Después de titubear un momentito, le preguntó cautelosamente - Señor Senda, yo ... mis compañeros de clase me buscan que salga ... a cantar Karaoke, quiero ... -

-¿No te das cuenta de que qué hora es?- ¡El corazón de Senda lleno de orgullo y dignidad se arrugó instantáneamente!

-Si tienes miedo de que yo vuelva demasiado tarde y te despierte, estaría bien que me quedara con mis compañeros de clase por la noche. Acaban de mudarse a una habitación más grande con dos dormitorios y una sala de estar. Tanto Liz como yo podemos vivir en ella. .-

No se dio cuenta de que el rostro del hombre se volvía más y más frío cuando estaba hablando de manera entusiasmada. ¿ Dos dormitorios y una sala de estar? ¿También podía vivir en ella?

¿Esta muchacha pensaba mudarse directamente? ¿ Al piso alquilado por aquel Noan Pérez y Xavier Muñoz?¿Bajo el mismo techo?

Mauren probablemente también notó la actitud de frialdad, ella dejó de hablar y lo miró con un poco de cautela.

-¡No tengo tiempo! -

En este momento se mostraba molesto e irritable, y cuando estaba a punto de colgar el teléfono escuchó la voz de Erasto murmurando - Este tipo de verdad está lánguido y desmarrido todos los días. Aunque tiene veintisiete años, Su mentalidad es igual que la de un hombre viejo de setenta y dos años.-

Erasto no sabía qué decir, y cuando quería colgar una voz apagada incluso medrosamente de Senda vino desde otro extremo y dijo sonoramente - ¿Dónde estás?-

-¿Así es, no? Cuando tienes veintitantos años estás en la etapa de la mocedad, por lo que deberías tener más actividades. ¿Cuál es el sentido de pasarte todos los días en una empresa mediocre?, ¿no crees? -

Erasto realmente era muy atrevido diciendo que el Grupo Mundial del Señor Senda era una empresa mediocre. Si lo dijeran los demás, muy probablemente que ahora los habrían echado del Grupo.

Senda no habló, bebió tranquilamente y luego encendió un cigarro.

Erasto se sintió un poco confuso y dijo- Senda, ya que estás fuera, ¿de verdad no juegas unos partidos? -

Si no se lo supiera, se creería que estaban jugando a las cartas o al mahjong.

Lo de faltar uno para ser cuatro, no importaba cómo lo escuchen, parecía que estaban jugando al mahjong.

Pero al mirar sus escritorios, se colocaban cuatro ordenadores.

Eran tres pero faltaba uno, querían jugar al juego Extensión del Imperio en el que su equipo necesitaba un francotirador. ¿No sería mejor llamarle rápidamente al Senda?

Cuando eran jóvenes, eran amigos que entrenaban en equipo.

En aquel momento Senda era su líder, y ahora ellos le seguían llamando así.

Sin embargo, este pequeño equipo no solía presentarse frente al público. Por lo tanto, de hecho había poca gente que sabía que los cuatro hijos de las cuatro familias influyentes de la Ciudad Norte tenían una relación estrecha en la clandestinidad.

Incluso Mauren, quien había pasado unos años junto con Senda, no sabía que tenía amigos en el sentido tradicional.

A los ojos de Mauren, Sendaera indiferente y solitario, no codeaba con los extraños, por consiguiente era imposible que tuviera amigos.

-He escuchado que anoche te llevaste a una muchacha en Isla del Paraíso.-

Angelo Atenas dejó el ratón que tenía en su mano, giró la silla y miró al hombre que estaba sentado en el sofá de cuero bebiendo.

-Nunca te has metido en los asuntos de Isla del Paraíso, ¿es necesario? ¿Acaso esta mujer es tu prometida?-

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