El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 211

Después de salir del gimnasio, la cara de Mauren López siempre estaba muy caliente.

Como si hubiera una llama y ardiera para siempre.

Las preguntas de Analola María fueron innumerables.

-¿Qué significan las palabras de Senda? ¿Por qué dice que hablará contigo por la noche cuando tú regreses a la casa?-

-¿Cuál es la relación entre vosotros dos? ¿Cosas en el trabajo, o cosas en privado? ¿Tenéis una relación en privado?-

-Mauren, ¿eres realmente la segunda señora de la familia López, de aquella familia López?-

-¡Por dios! ¿Mauren, eres realmente la prometida de Senda? ¿Cómo puede ser?-

-¡Dios mío! ¡Mauren, dime por favor, que estés usando una máscara de piel humana, que tu cara sea falsa! ¡Dime que el nivel de apreciación estética de Senda no sea tan bajo!-

-¿Es un matrimonio comercial? ¿Pero, tiene tu familia la cualificación de contraer el matrimonio con la Pérez?-

-¡Mauren, contéstame! ¿Qué quieres decir respecto a esas preguntas?-

Mauren se detuvo y la miró, -Senda no me dijo nada importante, y no tengo una relación especial con él.-

-¡Pero Senda, te ha dicho que hablará contigo por la noche cerrando la puerta!-

Analola estaba de pie detrás de Mauren en aquel entonces, por eso, podía oír todo claramente.

Liz Gutiérrez se mordió el labio bajando su cabeza, temerosa de hablar.

Sin embargo, Mauren sonrió y dijo, -Ja, es posible que tengas algunos problemas de tu oído. Lo que Senda me ha dicho es que hablará conmigo detalladamente al encontrar con una oportunidad adecuada.-

-¡Es imposible!- Analola dijo, frunciendo las cejas y mirándola furiosamente, - Mauren, no me lo ocultes más. Eres la segunda señora de la familia López. Todo lo he investigado.-

-Ahora que todo lo has investigado, ¿Por qué sigues preguntándome?-

Mauren realmente quería poner los ojos en blanco porque estaba muy molesta. ¡Realmente molesta!

-Pero, Mauren...- Analola dijo.

-¡Basta, la has hecho loca!- Liz tomó el brazo de Analola y dijo, -Salgamos, charlaremos al llegar al despacho.-

-Vale.- Aunque Analola todavía tuvo muchas preguntas, aquí no es un bien lugar para hablarlo.

Por lo demás, también tuvo las cosas sobre Roberto Ibañez. De verdad, tuvo muchas palabras que quería decir.

-¡Buena idea, vengamos!-

Esa multitud salieron de la Universidad Río alegres,y fueron al edificio donde estaban sus despachos.

Sí existieron muchas preguntas, pero, ¡todos estaban contentos!

En todo caso, hoy se sacaron éxitos considerables.

-¡Quiero comer el Hot pot!-

Sólo el Hot pot picante contó con la cualificación para que se desahoguen.

-Bueno, tomemos una docena de cervezas más, ¡no estaremos borrachos, no tendremos vuelta!-

Comer el Hot pot y beber las cervezas era como si estuvieran en el paraíso.

Dicho y hecho, después de regresar a la empresa y relajarse un rarito, a la hora de regresar Noan, todos se fueron y buscaron en el campus el restaurante más popular de Hot pot.

Para celebrarlo, esta noche Mauren estaba muy generosa, e incluso pidió un compartimento.

Se debió saber que el compartimento tenía el consumo mínimo.

-Roberto, ¿qué te ha sucedido? Estoy ahora un poco perpleja. No puedo creer que has regresado realmente.-

Analola habló del tema principal después de verter las cervezas a todos los vasos.

-Emilia dijo que aquella noche no solo comiste con Llara, sino que también fuisteis al hotel.-

Las preguntas posteriores fueron un poco vergonzosas, pero Analola tuvo una gran curiosidad verdaderamente.

“¿Acaso Llara y él han hecho el amor? Pero, si es de veras, no tiene razones de regresar hoy.” Analola pensó.

-En realidad, Llara me invitó a cenar, y efectivamente me llevó al hotel.-

Roberto no fue una persona conversadora, pero fue raro que esta noche abriera su boca y dijera unas palabras. Nadie supo si se debía al impacto de las cervezas.

Mauren miró a Roberto, y de repente, quiso darle un abrazo, un puro abrazo para consolarlo.

-Aquellos cómics no fueron dibujados por Llara. En realidad, el autor real es su novio, tú. ¿Es verdadero?-

Roberto no dijo nada. Es decir, lo reconoció tranquilamente.

-Por eso, después de eso, ¿te quedaste en el estudio de Llara y te convertiste tranquilamente en el hombre detrás de ella?- Liz preguntó.

Liz sintió un amargo y triste en su corazón, pensando, “¡Qué tonto! ¿Está locamente enamorado a Llara?”

“Los chicos, que tienen unos diecisiete años, llenan la sangre más caliente y están pletóricos de vigor y vitalidad.”

“Sin embargo, solamente para una chica, él puede abandonar la fama y el dinero brindando todo ello.”

“Él tiene que amar a Llara profundamente, si no, ¿quién puede hacerlo hasta eso?”

Roberto siguió callando. Tomó la botella de cerveza y se bebió mucho.

Los demás también estuvieron tranquilos, esperando que siguiera decir algo cuando quisiera.

Por fin, Roberto dejó la botella, miró a todos, y dijo, -Aquel día, la vi hacer el amor con un jefe de una empresa de cómics.-

Liz y Analola aspiraron un aire frío y sintieron impensados. Pero la cara de Mauren no cambió nada, parecía que ya lo había supuesto.

-Luego, salí de tal estudio. Dejé de pintar hace casi un año.-

Él agarró la botella con fuerza, cinco dedos apretando.

Hablando de ese asunto en este tiempo, aunque parecía que está tranquilo, con la evidencia de sus nudillos blancos, todos pudieron saber que estaba todavía enfadado.

-La noche de anteayer, Llara me invitó a cenar, incluso reservó una habitación del hotel y se desnudó para seducirme.-

Todos todavía estuvieron callados. Unas chicas chismosas se acercaron inconscientemente, queriendo escuchar el seguimiento.

Roberto bebió unas bocas de cervezas y dijo, -La apartó.

Pudo oír obviamente el alivio de las tres chicas. Roberto sonrió de pronto y dijo, -Jaja, aunque lo aceptara, no perdería nada. ¿No?-

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz