El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 220

La habitación era grande. Pero cuando Senda se acercó a ella, Mauren sintió de repente que la habitación era demasiado pequeña.

Quería escapar, por ejemplo, pasar por delante de él y salir por la puerta.

Era obvio que Senda caminaba lentamente, pero, independientemente de hacia dónde escapara Mauren, Senda era capaz de alcanzarla fácilmente.

Finalmente, fue inmovilizada contra el escritorio por Senda.

-Hoy estoy enfadado. - Senda lo dijo, pero su tono no era de reproche.

-Mujer, ¿no mereces algún tipo de castigo por tus acciones? -

- ¿No acabas de decir que no he hecho nada malo? - Acababan de terminar de hablar de ello, ¿tenía Senda tan mala memoria?

-Me refiero a lo que ha pasado esta tarde, ¿no has hecho nada malo? -

-No…-

-En tu vida privada, has cometido un error muy grave. - Y Senda había dicho que iría a casa por la noche y cerraría la puerta y hablaría con ella de ello, que ahora era el momento de hacerlo.

-Pero en ese momento, estábamos fuera y hablábamos de cosas relacionadas con el trabajo. -

Mauren frunció el ceño al ver el desprecio en los ojos de Senda.

Para este tipo de Senda, ¡todo dependía de él!

Si dijo que era un negocio, era un negocio, y si dijo que era algo personal, ¡nadie puede refutarlo!

¡Este hombre era demasiado dominante!

-Entonces, ¿qué quieres? - Mauren lo preguntó y se arrepintió inmediatamente.

Resultó ser una trampa que ella misma había cavado.

Efectivamente, los labios de Senda se curvaron en una sonrisa pocas veces vista.

-No quería hacer nada. Pero tendrás que ser castigada. -

- ¿Castigo por qué? - Su voz era un poco ronca y su garganta parecía un poco seca.

La sonrisa de Senda era encantadora. En un instante, Mauren quedó fascinada por él.

Mauren se olvidó por completo de resistirse hasta que Senda la levantó de repente y se dirigió al baño, Mauren no reaccionó.

Mauren agarró inconscientemente la camisa abierta de Senda mientras entraba en pánico, -Senda, ¿qué estás haciendo? -

-Hago lo que acabamos de acordar. La vida es corta y debemos disfrutarla. -

Senda bajó la mirada, con un brillo cristalino bajo los ojos. Le hacía parecer sexualmente atractivo e intimidante al mismo tiempo.

-Como hay cosas que aún no hemos hecho, sin duda tenemos que intentarlo bien. -

Abrió la puerta del baño de una patada y entró.

-¡No puede ser! ¡Espera un momento, Senda! -

Mauren fue liberada por él. Intentó escapar, pero fue arrastrada de nuevo a los brazos de Senda.

Senda aprisionó a Mauren entre su cuerpo y el lavabo y empezó a quitarle la camiseta del cuerpo.

-No, Senda, no hagas eso, no estoy preparada, no…-

-Bien, tienes diez segundos para prepararte. -

Senda se rió al ver la mirada nerviosa de Mauren.

-Ahora, primero quítate esta ropa. -

- ¿No tenemos diez segundos? - Mauren había pensado que Senda podría dejarla sola en el baño durante diez segundos.

De esta manera, Mauren podría tener esa pequeña oportunidad de saber cómo salir de aquí.

-Así es, en diez segundos, nos ducharemos juntos. -

Así que esos diez segundos fueron para que Mauren se desnudara.

-No se supone que sea así…-, casi lloró Mauren, ¡así pasó sus diez segundos!

-Sólo dame un minuto, espera, espera, espera…-

Pero en ese momento, llamaron a la puerta desde Hedi, -Senda, ha pasado algo. -

Senda ignoró por completo a Hedi, y pensó para sí mismo, Este tipo, últimamente se está volviendo un inútil, y como es algo que pasó, ¿no se va a encargar él mismo?

A través de la gruesa puerta del baño, Hedi pudo sentir el mal humor de Senda.

Pero no tenía otra opción. Hedi tampoco quería interrumpir a su jefe en un momento así.

Hedi agachó la cabeza e informó patéticamente, -Ian Pinto tuvo un accidente mientras hacía guardia, espera que Senda le hagas confluir personal para buscar a Bita inmediatamente. -

-Además, Ian Pinto ha dicho que la señorita Bita tenía pensamientos suicidas antes y que no paraba de llamarte y no le hacías caso. -

-La señorita Bita intentó saltar al mar y fue Ian Pinto quien la salvó, después dijo que quería estar sola en la playa e Ian Pinto no la detuvo. -

-Ian Pinto volvió al coche para traerle una botella de agua y cuando volvió de nuevo, Bita se había desaparecido. -

Parecía que Bita había saltado al mar.

Aunque Mauren consideró que era imposible que Bita se hubiera suicidado, no dijo lo que pensaba ahora.

Mauren le dio un suave empujón a Senda mientras le susurraba, -Será mejor que vayas a buscar a Bita primero, si no, no podremos hablar con la abuela de esto. -

Senda no se movió, y Mauren añadió, -Antes le prometiste a la abuela que protegerías a Bita. -

Si no, ¿por qué iba a tener Senda a alguien tan poderoso como Ian Pinto protegiendo a Bita López?

Senda se tomaba las promesas muy en serio y hacía lo que decía que iba a hacer.

Cuando prometía, no podía ser irresponsable.

Senda cerró los ojos, respiró profundamente y, de repente, se abalanzó sobre Mauren.

- ¡Ah! Tú…- Las bonitas cejas de Mauren se juntaron al instante, el cuerpo de Senda se había tensado hasta ese punto.

Senda se abalanzó sobre el cuerpo de Mauren, ¡y ésta sintió inmediatamente cierta dureza en su cuerpo!

Mauren se mordió el labio, sintiéndose un poco culpable.

No era extraño que Senda se sintiera tan infeliz al ser interrumpido en un momento como éste. Si este tipo de cosas ocurrieran unas cuantas veces más, tal vez la función sexual de Senda se vería afectada.

Sin embargo, Senda la soltó de repente en ese momento.

Senda se abotonó su propia camisa y salió rápidamente del baño…

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