El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 219

- ¿Qué estás haciendo? - Luisa casi se volvió loca.

Senda también se fijó en Mauren, lo que le pareció sorprendente.

Esta chica, podría ser realmente tan viciosa también.

Era una táctica despreciable, pero de alguna manera Senda la encontró satisfactoria.

De esto debía ser capaz la mujer de su Senda.

Colgando el teléfono, Mauren lo guardó y miró a Luisa con indiferencia.

-Yo no he hecho nada, sólo quería demostrarte a ti, la mayor que dice que una persona de veintidós años sigue siendo una niña, de esta manera, que Llara hace tiempo que dejó de serlo. -

Mauren quería decir a Luisa lo siguiente,

Nunca excuses a alguien por ser un niño después de haber cometido un error.

Y no des por sentado que, porque tú mismo quieras a tu hijo, otra persona lo querrá igual.

Aunque se trate de un niño, si no puedes educarlo tú mismo, es igual de probable que haya otras personas en la sociedad que puedan educar a tu hijo por ti, ¡y mucho menos a un adulto!

- ¿A quién llamas? No puedes hacer eso, ¡para! -

Luisa Díaz se acercó corriendo e intentó coger el teléfono de Mauren.

Mauren esquivó y se apartó del camino, sentándose directamente en los brazos de Senda.

Luisa iba a tirar de ella cuando Senda levantó la mano y la empujó hacia atrás, - ¡Tía Luisa, ya basta! -

- ¿No vas a detenerla? ¿Sabes lo que está haciendo? -

¿Luisa casi lloró, había cuidado de su hijo durante tantos años y ahora se confabulaba con su prometida?

- ¡Senda, soy tu tía Luisa! Aunque no sea tu madre, pero durante todos estos años te he cuidado como si fueras mi propio hijo. -

-Mauren, está haciendo esto porque quiere a Llara muerta. Senda, ¿realmente vas a ayudar a esta viciosa? -

-Si tu sobrina no ha hecho esas cosas inmorales, te aseguro que castigaré a Mauren. -

Senda apartó la mano de Luisa con suavidad y Luisa Díaz intentó decir algo más, pero fue contestada por Hedi.

- Madame, ¿por qué tiene que hacer esto cuando Senda ya le dio su palabra? -

-No, tienes que detenerla, Senda, tienes que detener a Mauren, ¡va a llevar a Llara a la muerte! -

Senda, sin embargo, levantó los ojos para mirarla y dijo con rostro inexpresivo, - ¿Entonces lo que la tía Luisa estás diciendo es que tú misma cree que tu sobrina ha hecho esas cosas inmorales? -

-Yo…- Luisa se avergonzó, -Llara es todavía una niña, no entiende nada. -

-Entonces vuelve a mí cuando descubras que ya no es una niña. -

Senda hizo un gesto con la mano.

Hedi miró inmediatamente a Luisa y le dijo, - Madame, es tarde, váyase pronto a casa y descanse.-

-Senda, no lo hagas, harás que maten a Llara. Senda, la tía Luisa te lo ruego, detenla, detenla …-

Luisa Díaz tenía un cierto estatus en esta familia, aunque le habían faltado al respeto aquellas dos señoras.

Senda, en particular, siempre la había tenido en alta estima.

Era tan humillante ser expulsada del Pabellón de Río en una posición y estatus como el suyo.

Pero no era eso lo que más le molestaba; lo que más le molestaba era que Senda no tuviera en cuenta su relación.

Senda aceptó lo que hacía Mauren y quiso hacerle algo terrible a Llara.

Esto no podía pasar. De lo contrario, ¡la vida de Llara sería realmente arruinada por ellos!

Tras echar a Luisa, Hedi volvió y miró a Mauren, -Mauren, ¿de verdad vas a …? -

No terminó su pregunta porque esperaba que Mauren estuviera bromeando.

De lo contrario, una vez que las cosas se salieran de control, habría un conflicto entre las dos familias.

-Mauren, sólo estás tratando de amenazar a la Madame, ¿no es así? -

- ¿Senda también amenaza a la gente así? -

Mauren levantó su taza y tomó un sorbo de té.

-Pues…- Hedi miró a Senda.

Senda no hacía cosas así.

Las amenazas eran algo que Senda no entendía.

Si una cosa que Senda dijo que haría, la hizo.

Sin embargo, este asunto realmente heriría los sentimientos amistosos entre las dos familias. La Madame llevaba más de veinte años en su familia y no había hecho nada excesivo.

Mauren acababa de casarse y le hizo estas cosas, ¿podrían todos llevarse bien en esta familia en el futuro?

-Hedi, si crees que estoy haciendo esto para manchar la reputación de la familia Pérez, entonces puedes culparme sólo a mí. -

A ella no le importaba en absoluto. Mauren dejó su vaso y se levantó.

-Detrás de cada niño mal enseñado hay un padre, o incluso un grupo de padres que no enseñan, y Madame, de su familia, es una de esos padres. -

- ¿Cómo pudo la Madame…-

-El mimo es una falta en sí misma, y si Llara Ojeda no ha hecho esas cosas, y si es cierto que la he calumniado, entonces Senda me castigará sin necesidad de tu persuasión. -

-No estoy como para hacer eso. - Senda dejó también su taza, no tenía ninguna intención de castigar a Mauren.

Mauren subió y Senda le siguió.

Hedi miró las espaldas de los dos hombres y suspiró.

Mauren acababa de decir que detrás de cada niño sin educación hubo un padre que no era bueno.

¿No sería muy apropiado para los dos?

Hedi creía que, si era Mauren quien había cometido algún error o había intimidado a alguien, temía que Senda la cubriera.

¡Senda obviamente mimía mucho a Mauren!

Mauren se detuvo frente a la puerta de su habitación y miró al hombre que estaba detrás de ella.

-Senda, tu habitación está en la parte de atrás, ya has pasado por ella. -

-Si no vas a mi habitación, tendré que ir a la tuya. -

Sin embargo, Mauren se paró en la puerta, impidiéndole el paso, -Senda, ya es tarde. -

- ¿Y? - Dio un paso hacia adelante y Mauren dio un paso atrás. Senda tomó de inmediato la puerta y se apoyó en el marco.

- ¿Nos duchamos y dormimos? - Un pensamiento de color rosa le vino a la cabeza, - ¿Juntos? -

- ¿Ducharnos juntos? - Mauren tardó medio segundo en responder, retrocediendo inmediatamente detrás.

-No…-

-No lo he probado nunca, tengo curiosidad por saber cómo se sentiría. - Senda entró en la habitación de Mauren, cerrando la puerta con la mano.

Mauren lo fulminó con la mirada, -Senda, hay tantas cosas en este mundo que no has probado, ¿vas a probarlas todas? -

-Si me interesa, los probaré uno por uno. - Senda se acercó a Mauren y le ofreció su mano.

Mauren evitó inmediatamente su toque y se retiró directamente a una gran distancia.

¿Qué pasó con Senda? ¿Estaba de mal humor cuando volvió y ahora parecía estar de buen humor?

Mauren tuvo que recordarle a Senda, -Acabo de hacer algo realmente cruel. -

-Lo sé. - Senda estaba presente, por supuesto que lo escuchó.

-¿No estás enfadado? - Mauren pensó que, aunque Senda no se opusiera, el asunto había acabado por herir los sentimientos entre las dos familias.

-¿Crees que hiciste mal? - preguntó Senda en lugar de responder.

-Por supuesto que no. - Mauren nunca se había considerado una persona amable.

-Por supuesto que no. - Mauren nunca se había considerado a ella misma como una persona amable.

La primera reacción de alguien que no era amable, cuando era intimidado, era contraatacar.

No hay nada malo en contraatacar.

-¿Por qué debería castigarte si no has hecho nada malo? -

Senda se acercó a ella y le abrió el cuello de la camisa, - Vamos a continuar tal y como lo hemos dejado.-

Esa cosa que aún no habían probado, y que realmente quería hacer.

La vida era corta y debían disfrutarla.

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