Bita no sabía cómo se había herido Mauren.
Las dos fueron separadas en ese momento y ella fue mantenida en una pequeña habitación.
Más tarde, Ian Pinto vino con algunas personas y la sacaron.
En realidad, le decepcionó que Senda no estuviera allí para rescatarla él mismo.
Especialmente durante el tiempo que Bita estuvo hospitalizada, Senda no la había visitado ni una sola vez, pues estaba muy desesperada.
Pero ahora, ver el lado de Mauren y la ausencia de Senda la hizo feliz.
Lo que no había conseguido, Mauren no podía conseguirlo tampoco.
Ahora parecía que Senda no venía a verla ni siquiera después del accidente de Mauren, quizás porque, ahora Mauren no estaba limpia, y a Senda ya no le interesaba verla.
¡Bita estaba demasiado feliz!
-Senda no te ha visitado últimamente, ¿verdad?-
Miró fijamente a los ojos de Mauren, sin escatimar una sola expresión en su mirada.
En los ojos de Mauren no había ningún tipo de vacilación, esa situación que hizo saber a Bita que no se equivocaba en eso.
Ella estalló en una sonrisa de alegría, -¡Heh, Senda no está disponible estos días! Así que, ¡no hay visita para ti, lo siento!-
-Sin embargo, me encomendó que te dijera que descansaras bien, y lo que quieras, no dudes en decirlo, después de todo, eres mi hermana.-
La implicación era que Mauren sólo estaba allí porque estaba en su gracia, de lo contrario, nada podría lograr.
-Gracias, tus cosas, son lo que he usado, no son tan raro.-
-Mauren, ¿qué quieres decir?- La ira de Bita se encendió por un momento.
Mauren, sin embargo, bajó la vista y volvió a mirar su libro, sin molestarse en mirarla más allá de la mitad.
-Nada significativo, sólo decirte que lo que quieres es justo lo que he tirado, así que ¿qué hay que presumir?-
-¡Estás diciendo tonterías! Es simplemente lo que no puedes tener.-
Bita se agitó un poco y pareció dolerle de golpe como si Mauren la hubiera pisado.
Llevaba muchos días siguiendo a Senda y éste ni siquiera la había tocado.
Ni siquiera podía tomar su brazo cuando quería, tampoco podía acercarse un poco más.
¡Pero qué pasa con Mauren! Lo sabía, ¡Senda había el amor con la perra!
¿Cómo podría hacerlo con ella? Si podía desear a la perra, ¿por qué no la tocaba?
¡Todo lo que hay en ella es mejor que esta perra!
Mauren dijo que no quería el Senda que anhelaba Bita, lo cual no era del todo cierto, pero, al menos Mauren lo consiguió una vez.
Bita trató de calmar su ira, y no quería que la perra jugara a ponerla de tan mal humor.
Respiró profundamente antes de volver a mirar el cuello arañado de Mauren e hizo una mueca, -Sea lo que sea, ahora, con lo que te has convertido y con cuántos hombres has jugado, ¿adivina si Senda te seguirá queriendo?-
-La persona que ha sido jugada por muchos hombres, ¿no es usted?- preguntó Mauren con ligereza.
La última vez que Bita había regresado patéticamente, en efecto, alguna vez Mauren había sentido un poco de simpatía por ella. Ahora, ese poco de simpatía era toda una ironía para ella misma.
¿Qué había que hacer para sentir simpatía por una persona así?
Por otro lado, si la situación le ocurriera a ella misma, Bita no podría tener ningún atisbo de compasión por ella.
Incluso habría caído sobre su espada, como lo que Bita hizo ahora.
-Tú ...- La cara de Bita se puso roja de repente.
Lo que pasó la última vez, realmente le pasó a ella, este asunto, está todo en el pasado, ¡y esta perra tiene la audacia de mencionarlo!
-El hombre con el que estaba esa noche era Senda, y es él quien me ha hecho estas heridas.-
-¿Viste que la propia Senda vino a sacarme del hospital, y a ti?-
Bita hizo una mueca y agitó la mano, indicando a la enfermera que estaba a su lado, -Ve, diles que estoy aquí.-
-Sí.- La enfermera se había acostumbrado al temperamento de esta mujer en los últimos días.
Sabiendo que era una de las personas de Senda, ¿cómo podía atreverse a ser floja? Inmediatamente, se dirigió a Hedi y le transmitió el mensaje de Bita.
Hedi miró hacia aquí, tan lejos que era imposible verle la cara.
Lo único que se podía ver era que, después de escuchar a la enfermera y ver a Bita debajo de esta glorieta, Hedi se agachó y le dijo algo más al hombre que estaba en el asiento trasero del coche.
Después de eso, Hedi se puso de pie y se giró hacia este lado.
Bita lo miró antes de mirar a Mauren, en una postura totalmente victoriosa.
-Te lo advierto, la condición de señora de la familia Pérez es mía, y en cuanto a ti, perra asquerosa... jeje, ¡aléjate de Senda en el futuro, o no me culpes por ser grosera!.-
Dio un paso hacia fuera de la glorieta y se alejó, con una postura tan orgullosa como la de un pavo real con la pantalla abierta.
Mauren la vio salir, y también la vio caminar hacia el coche, e incluso la vio saltar al coche después de decir unas palabras al hombre de la fila de atrás.
El hombre de la última fila era realmente Senda...
En realidad se sintió aliviada, en un principio, un poco temerosa de que Senda se hubiera ido al País A.
Pero ahora, aparentemente, sigue en la Ciudad Norte.
En cuanto a que viniera personalmente a recoger Bita... algunas cosas, tal vez, el pasado es el pasado.
-¿Qué estás pensando?- Angelo llevaba dos bolsas de cosas y entró desde fuera.
Siguiendo su mirada, la fila de coches de lujo se marchaba.
Angelo se rio suavemente, -¿Envidia? Cuando salgas del hospital dentro de dos días, vendré con dieciocho coches de lujo para recogerte y llevarte de vuelta, ¡estoy garantizado que será más lujoso que ellos!-
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