El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 324

-¿Las palabras… Analola las ha dicho?- Liz comenzó a querer echar la culpa a Analola.

-¿De qué tonterías hablas?- Analola se asustó y quiso echarla una coz, -¡Obviamente lo dijiste!-

Mauren no quería prestar atención a tal disputa. Al salir del hotel, vio a Xavier y Noan de pie. Suponía que estaban esperándolas.

Al ver a Mauren venir, Xavier adelantó en el acto y dijo en voz baja, -Hay una noticia.-

-Liz, Noan os llevará a casa primero.- Mauren echó un vistazo a Liz.

Liz sabía que en los últimos tiempos, Xavier y Mauren siempre tenían ciertos secretos.

Sin embargo, no le importó, agarró a Analola y se fueron.

Noan vacilaba y Mauren le dijo, -No te preocupes. Angelo me esperará.-

Esas palabras, mataron todo el significado de que Noan quedarían.

Por eso, se llevó a las dos chicas y se fueron.

Jorge y Roberto habían salido, mientras Angelo parecía que se encontró con los conocidos, dijo algo más en el hotel y no se fue temporalmente.

Xavier agarró a Mauren, se llevó a un rincón y le dijo en voz alta, -¡Aquel Santino Quesada, por fin lo he encontrado!-

-¿De veras?- Mauren repentinamente se puso emocionada.

Después de buscar más de un mes, por fin lo encontró.

¡Aquel Santino Quesada, escondió tan latentemente!

-He conectado con él, pero no quiere regresar. Me ha dicho que alguien de Ciudad Norte quiere matarlo.-

Aunque podía sospecharlo, al oír bruscamente, Mauren aún se sintió asustada.

Efectivamente, hubo algunas personas que lo impidieron.

Pero ellos no la asesinó, no sabía que si era porque ella siempre estaba con Angelo o era porque la investigación suya fue tan secreta.

-Xavier, esfuérzate por mantener el contacto con él. En cuanto a otros asuntos, temporalmente no los realizaremos.-

Xavier fue un chico de 19 años. Ella le mandó a ejecutar ese tipo de asunto. Para él, fue muy difícil llevarlo a cabo.

-Lo sé. No hago asuntos excesivos, sino que solo mantengo el contacto con él.-

Después del accidente de Sophie, Xavier tenía unas preocupaciones.

Y posteriormente, Mauren también se encontró con el peligro. Aunque Angelo siempre la protegía, los amigos no sabían mucho la historia interna en realidad.

Pero, a Mauren realmente le ocurrió algo mal, todos los amigos podían suponerlo a pesar de que ella no lo hablara.

Xavier se preocupaba más porque pensaba que lo que ocurrió a Mauren estuviera relacionado con lo que habían investigado. Por lo tanto, desde aquel entonces, independientemente de qué hacer, con mucho cuidado.

A pesar de que investigase en internet, tenía que garantizar no quedar huella alguna.

-Santino me ha dicho que Leide le dejó investigar ciertos asuntos, pero no quiere hablar de eso conmigo.-

-Sin embargo, al menos admite que conectó con Leide.-

Aquel Santino, con mucha posibilidad sería el punto vital del asunto eterno.

Mauren pensaba un rato y le dijo, -Necesito pensar más qué debemos hacer. Ahora, regresamos primero.-

-Bueno.- Angelo todavía no vino, así que Xavier no pudo salir primero.

Hacía momentos Mauren y Liz salieron junto, por eso, Angelo pensaba que todas las tres ya habían regresado a casa.

Llamó a Angelo pero no recibió. No sabía que su móvil no estuviera al lado de su mano o se ocupara en algo.

-¿Me te llevo a casa primero?- El coche de Xavier aún estaba en el garaje del hotel.

-No, gracias. Quiero esperar a Angelo. Vas primero.- Mauren sacudió su cabeza diciendo.

Xavier miró el hotel: aunque que no pudo ver a Angelo, el salón llenaba de personas y estaba muy animado.

En este lugar tan animado, debía no haber peligro.

Xavier asintió con su cabeza, -Entonces iré primero y me llamaré si tienes algún problema.-

-¡Adiós!- Después de despedirle a Xavier y esperó dos minutos fuera de la puerta del hotel, se sintió un poco impaciente sin saber por qué.

¿Senda, fue realmente su némesis?

Mauren sintió mucho sueño. No sabía si el medicamento no fue suficiente. Solo estaba en coma, pero no estaba completamente inconsciente.

No podía abrir los ojos, pero podía percibir lo que sucedió en torno.

Ella fue arrojada en un coche, un gran coche, tenido espacio amplio, como un cuartito.

Alguien ató sus manos y las ató sobre la cabeza. Luego la dejó y todos se fueron.

¿Dónde estaba? ¿Quién tenía el coche? ¿Qué querían hacer?

No sabía cuánto tiempo pasó. De repente vino alguien importante.

Porque los demás le dijo con mucho respeto. Pero la consciencia de Mauren aún no fue clara y no oyó lo que le dijeron.

Y luego, la puerta del coche se abrió y alguien entró.

Llevado con aires fríos, podía comparar con el efecto de refrigerador.

Al inicio, Mauren sintió descanso por esos aires familiares.

Sin embargo, también por esos aires familiares, se sintió asustada.

Por fin abrió sus ojos y vio el hombre que estaba a su lado.

Él estaba fumado.

Anteriormente fumaba pocas veces. Pero hoy le vio dos veces, y dos veces estaba fumando.

¿A causa de su mal humor, o de acostumbrarse a ese sentido de fumar?

Pero ahora, no fue momento para cuidar a Senda, sino pensar qué Senda quería hacer con ella.

Tan pronto como movía sus manos, descubrió que fueron atadas firmemente y no podía mover completamente.

Miró al hombre tranquilo e indiferente y le preguntó en voz débil, -¿Qué… quieres hacer?-

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