Angelo pensó que, si el asunto se explicaba claramente, incluso si Senda no pudiera aceptarlo todo de una vez, al menos, ya no estaría tan enojado.
Aunque, según la intención de Mauren, no quería volver con Senda.
De hecho, Angelo entendía las preocupaciones de la chica. Ella no quería que algo similar volviera a suceder, ni quería que Senda siempre estuviera peligrando su vida por ella.
Miró al hombre y dijo con sinceridad, -En realidad, desde siempre has sido tú la persona que le gusta. Incluso si ella prometió salir conmigo, quien está en su corazón nunca ha cambiado.-
-Senda, ella sabes que no es lo suficientemente fuerte como para estar a tu lado. Casi perdías tu vida por ella una y otra vez. Entonces, una mujer como ella, ¿qué valor tendría para volver contigo?-
-Lo único que puede hacer es mantenerse alejada de ti. De lo contrario, no puede pensar en una mejor manera de que te alejes del peligro.-
Senda estaba fumando un cigarrillo lentamente, y mirándolo a los ojos no se le podía percibir ningún cambio cuando escuchaba sus palabras.
Angelo no tenía ni idea en lo que estaba pensando.
¡Senda ya no era como antes, se había convertido más indiferente, más serio y más difícil de acercarse!
-Senda...-
-¿Terminaste de hablar?- El otro hombre se quitó el hollín de las yemas de los dedos, y su sonrisa enigmática incomodaba a la gente.
-¿Tú ... no quieres creerlo?- Angelo cambió de cara y se enojó, -¡Si no me crees, puedes ir al hospital para revisar los registros! Allí encontrarás si fue ella quien pidió a voluntad propia que realizaran el aborto o fue un aborto natural de emergencia. En el hospital está claramente registrado.
Los ojos de Rocío y Erasto se posaron en Senda, si ese asunto fue solo un malentendido...
Pero, ¿qué pasaba con Angelo? ¡No era su forma de actuar el hecho de rebajarse por una mujer!
¡Su afecto hacia Mauren había llegado demasiado lejos!
Incluso cuanto más sumiso se comportaba por ella, más perturbados se volvían Rocío y Erasto.
Una mujer y dos hombres, ese triángulo amoroso, daba igual cómo terminase nunca sería perfecto.
Ya sea Senda o Angelo, no eran el tipo de persona que se enamoraba de alguien fácilmente.
Una vez que se enamorasen, era muy difícil de terminar ese sentimiento.
Senda presionó la colilla del cigarrillo en el cenicero, cogió la copa y tomó un sorbo de ella.
No miró a Angelo. Su mirada era tan indiferente que no presentaba ninguna emoción presente en ella.
-Con la habilidad que tienes, ¿no es muy difícil cambiar los registros del hospital?-
-¡Senda!- Angelo estaba muy enojado, porque no creía a Mauren, ni tampoco a él.
Senda no quiso echarle ninguna mirada, y movió la copa que tenía en la mano levemente. Finalmente, la acercó y se tragó una copa entera de vino.
La esbelta figura se puso de pie frente al sofá y caminó hacia la puerta.
-Senda, ¿te vas así... sin más?- Erasto también se puso de pie, todavía un poco perdido por la situación.
Eran amigos durante muchos años, pero acabaron así por una mujer.
Aunque no era para que se mataran entre sí, incluso si Senda estaba muy enojado en ese momento, si Angelo tuviera un problema, Senda seguiría ayudándolo.
Pero había una brecha entre ellos, y cuando estaban juntos, naturalmente no estarían tan contentos y cómodos como antes.
-Me voy.- Senda encendió un cigarrillo nuevo, y cuando caminó hacia la puerta, miró a Angelo.
De repente, curvó los labios y sonrió, -Si puedes aceptar que otro hombre jugara con tu chica de vez en cuando, entonces sigue estando con ella.-
-¡Senda!-
Angelo empujó a Rocío, pero este todavía estaba frente a él, sin darle ninguna posibilidad de pelearse con Senda.
Angelo apretó el puño y dijo enojado, -¡No vayas demasiado lejos!-
-¿Es demasiado?- Senda sonrió fríamente que casi podía helarle la sangre, -Simplemente, no me he cansado todavía.-
La puerta de la sala se abrió, y después de que la fría figura trasera saliera, de repente el lugar se cayó en la desesperación.
Angelo miró a Rocío, y la frialdad que tenía este último en los ojos finalmente se disipó algo.
Antes de salir del karaoke, la sacaron por la puerta trasera y la metieron directamente en el coche.
¡El coche de Senda olía a tabaco que a él le gusta!
No pasó mucho tiempo cuando se abrió la puerta del coche y esa temible figura apareció ante sus ojos.
-¿Qué quieres hacer? ¡Suéltame!-
No muy diferente de la última vez, tenía las manos atadas por encima de la cabeza.
El lujoso diseño de ese coche era como una jaula de alambre dorado cuidadosamente elaborada, era lujosa pero también era terriblemente fría.
-Dije que no me he cansado de jugar contigo, ¿por qué debería dejarte ir?-
Senda cerró la puerta del coche y se sentó a su lado.
Las escenas de la otra noche volvieron a la mente de Mauren una vez más.
Mauren estaba asustada y temblando. Cuando los dedos del hombre le tocaron la ropa, ella se puso nerviosa y se enojó diciendo, -¡Pronto me comprometeré con Angelo! ¡A ver si te importa tocar un cuerpo sucio!-
-Oh, no me importa, mi gusto se está volviendo más fanático, ¿no lo sabes?-
Senda bajó la cabeza y sus brillantes ojos negros transmitían algo extraño.
¡Ese brillo era como un lobo al acecho en la noche oscura!
No podía dejar de temblar y vio que le desabrochaba los botones, pero no pudo hacer nada al respecto.
-¿Por qué me tratas así?- A Mauren se le cortó la voz por un momento, pero obstinadamente no se permitió derramar ni una gota de lágrima frente a él.
Senda no respondió a esa pregunta, como si sus palabras no tuvieran significado para él.
El frío aliento que notó en su cuerpo hizo que su esbelto cuerpo temblara aún más.
Los ojos de Senda se fijaron en su cuerpo como un halcón, los delgados dedos se deslizaron hasta su propio cinturón y se desabrochó con un chasquido...
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