Durante dos horas, no hubo comunicación en todo el proceso.
Ella se abstuvo desde el principio, pero luego dejó escapar un grito de desesperación.
Las manos del hombre siempre estaban en su cintura, excepto por su interés en su cuerpo, parecía no importarle nada de la chica como persona.
Ni siquiera le dio un beso.
Después de que se calmara el ambiente, Mauren estaba jadeando y miró al hombre que se levantaba de su cuerpo diciendo con una voz afónica, -¿Es suficiente?-
Senda la ignoró, sus movimientos para vestirse eran lentos, y excepto por la respiración acelerada y el sudor en su rostro, todo su alrededor se volvía más frío.
La locura y la emoción que había antes ya no había rastro de ella.
Senda, con la ropa puesta, volvía a ser un joven señorito bien vestido.
El cigarrillo que encendió casualmente emprendió una luz en la penumbra.
-¿Cómo diablos estarías dispuesto a dejarme ir?-
Ya lo había hecho, ¿pero no era suficiente?
Senda seguía sin responderle. ¡Mauren ya no podía seguir fingiendo estar tranquila!
-¡Senda! ¿Qué quieres hacer?-
Esos días de abuso, ¿iban a ser interminables?
¡No podía aguantarlo más!
Senda se apoyó contra la puerta del coche mirándola, y su rostro frío no mostraba rastro de afecto.
-Adivina.-
¡Otra vez diciendo lo mismo! ¡Realmente quería matarla!
Ese cuerpo que acababa de ser intimidado todavía estaba presente frente al hombre, y estaba lleno de sus marcas.
De repente, el chico sonrió y sus largos dedos pasaron sobre su cintura.
Mauren tembló inconscientemente antes de recordar lo avergonzada que estaba en ese momento.
Quería esconder su cuerpo, pero sus manos todavía estaban atadas por encima de su cabeza, por eso ella no podía esconderlo de ninguna manera.
“¡No me mires con esos ojos, no me intimides más!”
“¿Qué es lo que he hecho mal?”
-¡Qué es lo que quieres, te lo compensaré o te lo pagaré! ¡No... no vuelvas a hacer esto!-
Siendo mirada directamente por él, como si estuviera mirando a un juguete. Esa forma de humillación hizo que ella se colapsara por completo.
-Senda, ¿qué es lo que quieres?-
-Nunca escondo lo que quiero.- ¿Era necesario hacer una pregunta tan simple?
Esa chica, después de experimentar con otros hombres, ¿seguía sin entenderlo?
¡Vaya! ¡Qué ingenua!
-Yo no aborté a nuestro hijo, lo que pasó fue un accidente... ¡uhm!-
Se puso tensa cuando el hombre le agarró por el cuello.
-¡No menciones esto delante de mí! Mauren, cualquier mentira no funcionará conmigo. Dije que os enviaría al infierno. ¿Crees que no lo decía en serio?-
Se quedó sin habla, porque no podía en absoluto.
El hombre tenía la fuerza muy bien controlada, no la lastimó, e incluso la dejaba respirar.
Sin embargo, el aliento helado que provenía de él todavía la reprimía incluso dejándola sin poder decir nada.
Quizás, no tenía sentido decir ninguna palabra, porque no la creería.
Nunca más la creería.
Finalmente, Senda retiró su mano recorriendo su cuerpo con las frías yemas de sus dedos.
Era como jugar con un juguete sin vida, y cuando se cansaba, le desataba la cuerda.
-¿Sabes por qué te trajeron al coche?-
Al ver su cuerpo débil caer sobre el asiento, la sonrisa del hombre se volvía más fría que el diablo.
-Porque les dije que si te veían sola en cualquier momento, te traerían de vuelta.-
Mauren se acurrucó en el asiento tratando de llorar, abrió la boca, pero ni siquiera pudo sacar la voz.
Estaba adolorida, no sabía de dónde procedía el dolor, tal vez, era el corazón el que le dolía demasiado.
-Lo siento…-
Mauren seguía sin decir una palabra, se agarró a la camisa del hombre con fuerza, enterró la cara en su pecho y derramó lágrimas en silencio.
En comparación con llorar tan silenciosamente, Angelo prefería que dejara salir el llanto.
Quizás se sentiría mejor si lloraba con llanto.
Pero ella estaba en silencio todo el tiempo, y solo cuando las lágrimas calientes mojaron su ropa, podía sentir lo intenso que estaba llorando.
La gran palma de Angelo se puso sobre la parte posterior de su cabeza. En ese momento, las palabras de consuelo sobraban.
No se sabía cuánto tiempo había pasado hasta que la chica dejó de abrazarle.
Limpiándose las lágrimas, le miró sin expresión diciendo, -No puedo salir contigo.-
Angelo se sorprendió, y su corazón parecía romperse en pedazos.
Él miró fijamente sus ojos irritados e hinchados y le preguntó con voz afónica, -¿Tienes miedo?-
-Sí, tengo miedo, tal vez, después de que nos separemos, él me dejaría libre y también a ti.-
Estaba realmente asustada, tan asustada que no se atrevía a salir sola.
Incluso se preguntó si Senda podría aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar, incluso si Senda se quedaba en su casa para siempre y nunca salía, humillándola, acosándola y forzándola.
¡Estaba realmente asustada, y vivía horrorizada y desesperada!
-En el futuro, no dejaré que te vayas sola. Mauren, dame otra oportunidad.-
Angelo apretó sus hombros con firmeza, -¡Esta es la última vez, créeme, esta es la última vez!-
Mauren negó con la cabeza, no quería desanimarlo, pero esa nunca sería la última vez.
Ella conocía demasiado bien el temperamento de Senda, si la gente no lo ofendía no pasaba nada, pero si alguien lo hacía, ¡lo castigaría!
¡Era como en la Isla Paraíso!
¡El Grupo de Isla Paraíso se estaba desmoronando en ese momento!
¡Y también ellos serían castigados, de la forma más insoportable!
Miró a Angelo con una expresión indiferente, -Rompamos.-
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