El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 368

Agachada en el suelo, Mauren recordó claramente que aquí era la escena donde ocurrió el accidente.

En ese momento, la silla de ruedas de la abuela de repente rodó hacia el lago.

Aquí, ¿qué secretos se escondían?

Mauren estaba a punto de dar un paso, y de repente, los zapatos fueron arrastrados por algo.

Pero cuando miró hacia atrás, no pudo ver nada.

Dio un paso más, cuyos zapatos se tiraron de nuevo. Claramente existió cierta fuerza que siguiera tirando sus zapatos.

Mauren se sorprendió, miró hacia abajo. Eran unos adornos de piedra negra ubicados en parte inferior de los zapatos.

¿Cómo podría esta cosa ser arrastrada por una fuerza invisible?

No, había algo que estaba envuelto alrededor de los adornos en sus zapatos.

Mauren se agachó y desató suavemente la malla.

El color de esta malla era un poco casi transparente. Si no se veía con cuidado, no se podría ver en absoluto.

-¿Señora Pérez?- De repente, una asistenta la llamó en voz baja.

Mauren la miró hacia arriba. Le sorprendió mucho que ella fuera una de las asistentas había servido en el pabellón de abuela.

Sin embargo, había tantas asistentas en la familia Pérez, y entre los pabellones frecuentemente se cambió el personal.

Ella no tardó mucho tiempo sirviendo a la abuela antes de ser trasladada.

Así que a Mauren no le impresionó mucho.

-No soy la señora Pérez de la familia Pérez, en el futuro, este nombre, no se llamará fácilmente.- dijo tranquilamente Mauren.

La asistenta reaccionó rápidamente, y se apresuró a pedir perdón, -Lo siento, señorita... señorita Mauren. ¡No quise molestar!-

-No pasa nada, ¿me veo como una persona tan terrible?- Mauren sonrió.

La pequeña asistenta la vio sonreír tan amablemente, y finalmente se tranquilizó.

-Señorita Mauren, ¿qué estás haciendo?- Se acercó la asistenta.

-Algo me está envuelto alrededor de los zapatos.- Mauren todavía estaba desatando la malla.

La pequeña asistenta se acercó. Al ver lo que había en sus zapatos, sonrió inmediatamente.

-Sra. Pérez, estás enredada por la hierba acuática de este lago. Es la seda seca de este tipo de hierba.-

Ella se agachó y fácilmente le quitó a Mauren la hierba acuática.

-Estas hierbas acuáticas crecieron antes en el lago, pero cuando se llenaron, rara vez las veían ni las sombras.-

-¿Hierba acuática?- Mauren frunció el ceño y de repente pensó en algo.

Mauren le agarró la mano a la asistenta y dijo, -¿Es decir, en el lago, original había muchas hierbas de este tipo? ¿Hierba transparente?-

-No es transparente, pero si hay sol, acompañado de la gas de agua, parece transparente.-

La asistenta no sabía por qué la cara de Mauren se había vuelto de repente tan extraña.

Ella recogió la seda seca de hierba acuática y la entregó a Mauren.

-Ahora que está seca después de la marchitez, tiene color, y es más fácil de ver.

Mauren lo recibió y rasgó. Le sorprendió que no fuera fácil de rasgar esta hierba seca con un aspecto tan fino.

-¿Es decir, si está mojada, no se puede ver?-

Se le rompió la respiración. En ese momento, la silla de ruedas de la abuela Leide se deslizó en el lago, y claramente se deslizó, ¡en vez de rodar!

¡Las ruedas no rodaron en absoluto!

Se deslizó... si se deslizó, ¿no debería haber una fuerza externa tirando para causar ese resultado?

Pero ella no vio nada en ese momento. Si no lo vio, se descartó la posibilidad de que la silla de ruedas de la abuela fuera arrastrada por algo, ¡tirada hacia el fondo del lago!

¡Todo, por no verlo!

¿Qué pasaría? ¿Si la cuerda en sí mismo era transparente?

-Señorita, ¿en qué estás pensando?-

La expresión de Mauren se hizo cada vez más pesada, así que la asistenta estaba un poco intranquila.

-Señorita, ¿dije algo mal?-

-¿Si es verdad que había muchas hierbas debajo del lago?- Mauren le sostuvo la muñeca con fuerza.

La asistenta, aunque estaba incómoda, asintió con la cabeza, -Sí... había muchos, debido al crecimiento rápido, cada año se limpiaba un lote.-

Ella también había limpiado la hierba, por lo que lo sabía muy bien.

Pero en ese momento, las hierbas estaban enterradas, así que ella no necesitaba seguir este trabajo, fue dirigida al pabellón principal.

La cara de Mauren parecía ponerse fea, la asistenta dio cuenta de que había dicho algo mal, y ya no se atrevió a abrir la boca.

-Me... señorita, me todavía queda trabajo... me voy...-

-¿Antes, habías servido aquí?- Mauren la tiró.

A la pequeña asistenta le asustó mucho, -Sí, soy...-

-¿Dígame, después del accidente, ¿si el señor Victor le pidió a alguien que investigara lo que había en el lago?-

-Esto...-

-¿Dónde estaba la silla de ruedas de la abuela Leide? ¿Se la encontró? -Los cinco dedos de Mauren se apretaron.

La asistenta estaba un poco dolorida por ella. Después de un rato de pensar, sacudió la cabeza, -No sé, el señor Victor dejó llenar el lago, y me trasladaron al pabellón principal para hacer cosas.-

-Bueno, señorita Mauren, realmente tengo algo que hacer. ¡Iré primero!-

Cuanto más pensaba la asistenta, más se sentía mal.

Aunque Victor había anunciado que el asunto de la abuela fue un accidente, dijeron todos que, cuando se produjo el accidente, solo Mauren estaba en la escena.

Ahora, todos pensaron que este asunto había pasado, pero no esperaba que Mauren siguiera mencionándolo frecuentemente.

La asistenta se arrepintió un poco de venir y saludarla, apresuradamente puso una excusa y se fue.

Mauren se dejó sola, mirando a las flores recién plantadas, y el estado de ánimo era cada vez más pesado.

Se agachó, y a lo largo de la hierba seca, estaba buscando poco a poco.

Pronto, encontró el césped donde se habían acumulado las hierbas acuáticas.

El césped fue recién plantado. Probablemente cuando se llenó, algunas de las hierbas acuáticas fueron vueltas arriba.

Pero ahora, la hierba acuática había muerta, y sólo se quedaba la seda seca...

A lo mejor, en ese momento, la silla de ruedas de la abuela Leide realmente fue envuelta por esta hierba.

Entonces, de acuerdo con las palabras de la asistenta, tal vez fuera verdad que debido a que la hierba acuática estaba mojada, y al sol, mostrando un estado transparente, no se había visto claramente a toda prisa.

Por lo tanto, ¡lo que la silla de ruedas de la abuela se deslizó hacia el lago al final se podría explicar!

Pero, ¿por qué, Victor no lo investigó, y dejó que la gente llenara el lago?

¿Por qué... de repente tenía una sensación de frialdad?

¿Qué secretos se escondían en el fondo del lago?

Las manos se cayeron sobre el césped, y los dedos se le temblaban.

-¿Qué estás haciendo?- De repente, una voz llena de majestuosidad salió no muy lejos.

Mauren se puso pasmada, mira hacia atrás, y vio a tres figuras acercándose rápidamente.

-¿Quién te dejó entrar?- Victor acercó rápidamente a Mauren, con la cara pesada.

El mayordomo lo siguió e inmediatamente le explicó, -Fue el señor Senda quien la trajo de vuelta.-

El mayordomo no era solo el mayordomo del pabellón principal, sino que también supervisaba a toda la familia sobre todos los asuntos.

Sobre este asunto, él quería informarlo al señor Victor, pero este no estaba en casa estos dos días, regresó esta mañana, de allí que el mayordomo no hubiera tenido tiempo de informárselo.

-¿Para qué Senda la trajo de vuelta a esta mujer?- Victor la miró a los ojos, muy hostil.

Mauren se puso de pie y lo miró tranquilamente.

Como no le gustó, no tuvo que hacer halagos.

Nunca fue una persona que complacería a los demás.

-Esto...- ¿Para qué el señor Senda la llevó a Mauren de vuelta? Sin duda, el mayordomo tampoco no lo sabía.

Pero el asunto entre hombres y mujeres era verdadero estar fuera de sus controles.

-¡Échala de aquí!- exasperó Victor.-

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