El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 377

Parecía que Luisa terminó de escribir las palabras que quería escribir.

Dejó a un lado el papel y el bolígrafo antes de mirar hacia atrás a Mauren.

En las comisuras de labios se produjo una sonrisa tan triste e incómoda.

-Ella encontró el secreto de que anduve con otro hombre, ¿no tuve que matarla?-

-¿Qué?- Mauren se puso pasmada.

Otro hombre... ¡Ella traicionó al Sr. Casimiro!

-No entiendo, Casimiro tiene tantas mujeres, ¿por qué no puedo tener otro hombre? ¿Por qué ella fue a decirlo a Casimiro, y por qué querría expulsarme de La familia Pérez?-

-Tú... fuiste a encontrar a la abuela ese día...-

-¡Ella me llamó!-

Luisa miró fijamente a Mauren, burlándose, -¡Ella dijo que me sacara de la casa!-

-De ninguna manera, abuela era tan amable y intentaría encontrar una manera de persuadirte, ¡no era posible forzarte!-

Mauren no lo creía en absoluto, ¡ella absolutamente no lo creía!

La abuela ni siquiera puede decir una palabra pesada a la gente, ¿cómo se le puede obligar a irse?

Todo el mundo sabía que Casimiro tenía muchas mujeres afuera.

Primero dejando de hablar de las de afuera, en esta casa, había la madre de Senda y la de Vinay.

Incluso Orson y Jaime, no eran de la misma madre.

Lo mariposeador de Casimiro era conocido por toda la familia Pérez.

Aunque estaba mal tener otros hombres, ella creía que la abuela la persuadirá en vez de ahuyentarla brutalmente.

-No lo crees, ¿sí?-

Luisa de repente sonrió muy extraña.

-Bueno, antes no lo creí, pensé que me perdonaría si le confesé, le confesé todo y me corrigió sinceramente.-

-Incluso me arrodillé, le supliqué, garantizándole que nunca volvería a suceder, pero ella no lo escuchó, se decidió a darlo a conocer todo, ¡lo que me haría desacreditada!-

Ella la miró fijamente, pero la mirada no mostró mucho odio.

Ella solo la miró, burlándose, -¡Soy la señora Pérez de la familia, ¡qué gloriosa soy fuera! sería destruida por ella toda mi vida! ¿Me dices qué puedo hacer? ¿Qué opción me queda? Mauren, ¡dime!-

De repente se apresuró y agarró el cuello de Mauren.

-Te lo he rogado, te ruego que dejes a Senda a suspender la excavación, pero no quieres, ni siquiera tienes un poco de compasión.-

-¿Cómo podría estar de acuerdo? Mataste a la abuela, ¡la verdad no se podría esconder!-

Mauren no quería criticar sobre su amante, ni una frase.

Si ella hizo mal, Casimiro era aún más ridículo.

Incluso sintió que tenía razón al tener otro hombre, debido a que Casimiro tenía demasiadas alas.

Por supuesto, si fuera ella, definitivamente se divorciaría, en vez de pasar su propia vida sin pareja.

Sin embargo, las personas tenían sus propios gustos, divorciarse o no, lo que dependió de otra persona.

¡Pero lo que le hizo a la abuela, absolutamente no debería ser enterrado debajo del suelo como ese lago!

-Si Senda no cavara el lago, ¿lo confesarías?-

¡Oh! Todo era debido a que tenía consciencia intranquila.

¡La excavación era correcta en absoluto!

Sin embargo, si Luisa se confesó culpable, no sería necesario seguir cavando el lago.

Mauren se sentía inexplicablemente compleja por dentro, sin entender lo que estaba pensando, solamente sentía que las cosas ... todavía eran un poco raras.

-Me vas a matar, Mauren. Realmente me vas a matar.-

Luisa parecía decadente y desesperada.

Soltó a Mauren y se fue a sentarse a su lado.

No se sabía cuándo había una pequeña cosa en su mano, y parecía que era una botella pequeña.

Con una cara muy triste, vio la pequeña botella en la mano, riendo por un momento y llorando por un rato.

-¿Qué es eso?- Mauren estaba un poco de pánico, y se sentía un miedo indescriptible.

-Luisa, ¿qué quieres hacer?-

Mirando hacia atrás, Luisa sonrió conmovedoramente.

-Veneno, ¿qué otra cosa podría ser?-

Mauren se sorprendió. En esta situación, ella tomó un veneno en la mano, ¿qué significó exactamente?

Luisa se puso de pie y caminó hacia ella paso a paso.

-Era la culpa tuya, Mauren, ¿por qué insistes en hacerlo, por qué tienes que matarme?-

-Realmente me has hecho tanto daño, nada me queda ahora, ¿adivinas qué es lo que más quiero hacer?-

Maure no quiso adivinar, mirando cuidadosamente la botella en la mano.

Luisa siempre ría triste, se acercó a ella y se agachó.

Inexplicablemente Mauren estaba más asustada, sin tener miedo de ser envenenada.

Porque, dentro de los ojos, no se podía ver ninguna intención de asesino.

¡Ella no tenía la intención de matarla!

Por eso este veneno...

-Luisa, ¡no hagas estupideces!-

Luisa se puso de pie, mirándola hacia arriba. Ella sonrió, pero de repente rompió a llorar.

-Ya no me queda ningún camino de vuelta, tú me obligas a esta situación, ¿qué más puedo hacer?-

Dejó de mirar a Mauren, fue a un lado, y miró la noche de fuera.

La pequeña botella en su mano fue recogida.

-Luisa, ¡no hagas tontería! ¡Cálmate! Debería tener la solución, ¡la muerte no es la única manera! Luisa, Luisa... ¡Escúchame, tienes un hijo, tienes un hijo! -

-Hijo...- Con las yemas de los dedos de Luisa temblando, ella miró la noche fuera..

Bajo el cielo nocturno, la cara de Vinay se hizo gradualmente clara.

Hijo, tenía un hijo.

Tuvo que morir porque tenía un hijo.

¡Ella debería morir! ¡Estaba segura!

De repente, levantó la mano y abrió la botella.

El veneno de la pequeña botella se le vertió en la boca de inmediato.

Pronto, todo se tragó.

-¡Luisa!-

Mauren se esforzó por levantarse, pero con las cuerdas tapadas en las manos y los pies, ni siquiera podía ponerse de pie.

-Luisa, llama, llama a una ambulancia, ¡Luisa!-

Mirándola, Luisa se veía solitaria y triste.

-Mauren, ¿podría pedirte un favor?-

-¡No! ¡No lo escucharé, no diré que sí! ¡Llama a una ambulancia, date prisa!-

¡Ella sabía que mientras Luisa terminó de decir las cosas, su vida llegaría a su fin!

Ella no podía decir que sí, y si no accediera, probablemente le quedaría la oportunidad de vivir.

Incluso claramente sabía que su idea era muy sencillo, incluso era así, era imposible, pero ella todavía no querría acceder, ¡ella no pudo acceder!

-Llama a una ambulancia, puedes vivir, ¡debes acabar lo que se había producido!-

-Si te denuncias, conmutarán tus sentencias según proceda, ¡no hagas esto, no se necesita! ¡Señora!-

-No puedo, no puedo denunciarme, no puedo...-

Ella sacudió la cabeza con fuerza.

No se sabía si debido la fuerza, y ella no se aguantó firme. Después del temblor de cuerpo, se cayó en el suelo.

La sangre negra se deslizó de las comisuras de labios.

Primero le dolía, estaba temblando de dolor, y poco a poco, ¡se crispó!

-Aquí… estamos en una isla desierta, en... isla.-

-El móvil... ha sido tirado, nadie, ni ambulancia, ni....-

Cuando vino allí, pensó que nunca tendría un camino de regreso.

¡Ella no se permitió tener un camino de regreso!

-Mauren… Mauren, prométeme... prométeme una cosa...-

Luisa se mordió los dientes, mirando a Mauren. Su cuerpo todavía estaba crispándose, con los labios temblando.

Pero aún así se apretó los dientes y se esforzó por terminar, -Mi hijo... te quiere, lo sé... no te gusta, pero por favor... por favor, de vez en cuando... cuídalo, por favor... por favor...-

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