El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 408

Emiliano siempre había tenido un buen sentimiento sobre Mauren.

Pero nunca como ahora.

En el momento en que la vio, Emiliano lo sintió profundamente que significaba parientes.

No era de extrañar que siempre se hubiera sentido afín a ella. Fue porque era su verdadera prima.

-Emiliano. ¿Cómo va todo? ¿Fuiste al hospital esta mañana?-

Mauren salió con un poco de prisa. Era bueno que Senda no estaba aquí hoy y no había nadie que restringiera sus movimientos.

Emiliano la empujó de repente con sus brazos.

-Emiliano...- Mauren estaba confundida.

Pero ser sostenida por él así, no se sintió despreciada en absoluto.

Su sentimiento era tenue. El hombre introvertido tenía ocasionalmente sentimientos fuertes, pero no eran ofensivos.

Al contrario la hizo sentir inexplicablemente a gusto.

Tenía la sensación de estar supuestamente cerca de él.

Ni siquiera Mauren lo sabía cuándo empezó exactamente este sentimiento.

-¿Emiliano? ¿Qué pasa?-

Le estaba sosteniendo por mucho tiempo. Mauren frunció el ceño y parecía confundida.

-Es algo...¿Algo infeliz?-

-¿No me odias?- Emiliano finalmente la dejó ir.

Suspiró en silencio, mirando a la mujer en sus brazos.

Su prima era entrañable en todos los aspectos.

Sin embargo, ella no sabía de su relación después de todo. Abrazarse durante mucho tiempo le daba mucho miedo de que se enfadaría.

Mauren negó con la cabeza y sólo le miró con una cara de preocupación.

-Emiliano. ¿Hay algún problema?-

Era preocupante a verlo preocupado.

-Será perfecto si eres... mi prima.-

Todavía no lo había decidido si se le dijo a Mauren lo que había pasado.

Después de todo, había dicho que ya la habían identificado con el abuelo y resultó que no era su nieta.

Lo más seguro era que hicieran una tasación. Cuando tuviera el informe de identificación, hablara con ella.

Estaba seguro que debía haber sido Mauren cuando ella y Vicente hicieron la identificación. Algo había salido mal.

Tal vez fue manipulado por la gente de Bita. Así que ni siquiera Mauren lo sabía que era la propia nieta del abuelo.

Mauren suspiró, teniendo tristeza en el fondo de sus ojos.

Quería ser su propia prima. Quería ser la nieta del abuelo.

Esta familia y estas personas realmente le dieron un sentimiento de familia.

En su vida, a excepción de su abuela que había fallecido, nadie nunca le había dado una sensación tan cálida.

Emiliano vio la tristeza en sus ojos. Sonrió ligeramente y dijo, -Si realmente eres mi prima, ¿qué harías tú?-

-¿Qué haría yo? Llamarte primo con la voz que todo el mundo me escuche, por supuesto.-

Mauren sonrió y se apartó de sus brazos. Miró fijamente su cara.

-¿Qué pasa? ¿No fuiste a la tasación de Bita y el abuelo por la mañana? ¿Cómo ha ido?-

-Todavía no tenemos los resultados. Tardará cuatro horas.-

Pero ese informe de identificación ya no significaba nada para Emiliano.

Mauren no hizo más preguntas. No se sentía bien con Emiliano hoy.

Pero no importaba qué estaba pensando, Mauren se lo creyó que no tenía ninguna mala voluntad hacia ella.

-Mauren, ya que has estado en Ciudad L, pero creo que no has echado un buen vistazo. ¿Por qué no te enseño los alrededores?-

-Mañana la familia López dará una fiesta. ¿No necesitas algo para prepararte?-

Era el nieto mayor de la familia López. Aunque no sería el nieto que heredó la propiedad familiar, siempre había sido el nieto mayor después del regreso de Bita.

La familia López tenía fiestas importantes y debería participar en los preparativos.

-No te preocupes. Me encargaré de ello. Simplemente te diviertes y no te preocupes nada.-

La manera de que Emiliano la trató hoy era tan cariñosa, como un verdadero primo.

Mauren dejó escapar un suspiro y luego asintió con la cabeza.

-No preguntaré entonces. Quiero...-

De repente cambió su expresión y su mano cubrió sus labios. Parecía estar sufriendo.

-Mauren, ¿qué pasa?- Emiliano parecía preocupado.

-Yo...bueno...-

Mauren no podía seguir. De repente empujó la puerta con fuerza y salió del coche.

Emiliano la persiguió. Entonces la vio correr hacia un cubo de basura cercano y empezar a vomitar.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?-

Le acarició la espalda con cuidado. Dijo cuando estaba un poco mejor y ya no vomitó, -¿Es un problema de estómago? El hospital está cerca. Te acompaño.-

Mauren negó con la cabeza. No se sentía mal el estómago pero dudó que...

¡Pero el pensamiento fue demasiado horrible!

¡No podía ser! Si esto fuera cierto, ¿qué pasaría con ella?

Ella y Senda...¡ya no era posible!

-No, Mauren, tengo que llevarte al médico.-

Si estaba enferma, había que tratarlo y no podía posponerlo.

-Emiliano. Yo...no quiero ir.- Tenía miedo de que el médico se lo dijera. Era lo más horrible.

-No, Mauren. No hay tiempo que perder cuando estás enferma. No te precipites y sé una buena chica. Te llevo a ver el médico. Pronto estarás bien.-

-Pero...no quiero...-

Mauren no había terminado su frase cuando había una repentina punzada de repulsión.

Lo retuvo pero no podía. Dio media vuelta y vomitó otra vez.

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