El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 42

Antes de que se le pasaba la vergüenza a Mauren, la puerta de la habitación se abrió repentinamente, el doctor y la enfermera entraron.

Detrás del médico, estaba Senda.

Ya se había cambiado de ropa, camisa blanca y pantalón de vestir negro, cuidadosamente vestido.

El desastre que emergió esa noche del mar, no se veía ni un poco.

Cuando se dio vuelta, él volvía a ser aquel adonis masculino, abstinente, tranquilo e indiferente, que solo podía ser apreciado a la distancia.

Liz Gutiérrez ni siquiera se atrevió a mirarlo, al ver que Senda entró, ella se levantó y se hizo a un lado.

Hedi caminaba detrás de Senda, al ver que Mauren estaba despierta, sus ojos inmediatamente dejaron ver una expresión de alegría.

-¿Finalmente la dama se ha despertado? ¿Cómo se siente? ¿puede aguantar?

¿Aguantar? ¿A qué aguantar?

Mauren estaba un poco confundida, quería voltear a ver Senda, pero no se atrevía.

Después de enterarse como antes había besado apasionadamente a este hombre, ¿Cómo se atrevería a verlo?

Al verlo por mucho tiempo ¿sentiría culpa?

-¿Cuál es tu estado actual?- Senda la vio con una mirada indiferente, manteniéndose inexpresivo.

Era tan indiferente, como si no hubiera pasado nada esa noche.

El doctor revisó a Mauren, inmediatamente dijo -no es la gran cosa-

La enfermera extrajo la aguja del brazo de Mauren, después de la infusión se encontraba más enérgica.

Excepto un poco de palidez en su rostro parecía que no había ninguna diferencia con cualquier persona normal.

Hedi exhaló un suspiro de alivio -Entonces, caso volveré a preparar el banque, ¿no debería haber ningún problema?

-¿Banquete?- Mauren se sorprendió y vio a Senda.

Senda no dijo una palabra, Hedi explicó -Senda pidió a los invitados que esperaran, ahora, todos los invitados aun están en el hotel. -

El corazón de Mauren se detuvo por un momento, finalmente recordó, que cuando Senda manejó acompañándola para buscar a Liz, Hedi le pidió a todo que esperaran.

Senda les pidió que esperaran, ¿Quién se atrevería a irse?

-¿Qué hora es?- Mauren volteó viendo a Liz Gutiérrez.

-Son las dos de la madrugada- Liz Gutiérrez discretamente veía a Senda, simplemente fascinada.

Senda tenía mucho coraje, los invitados estaban en el hotel, casi todas las personalidades empresariales de la Ciudad del Norte.

Él les pidió a todos que esperaban, ni una persona se atrevió a llevarle la contra.

¡Este hombre era realmente poderoso! ¡Era el objetivo por el que todos los hombres luchaban a lo largo de sus vidas!

Lástima, solo hay un Senda en este mundo, aunque otra persona se esforzó durante diez vidas, no podía alcanzar ni siquiera el diez por ciento de su grandeza.

Mauren finalmente se calmó, aunque todavía no se atrevía a ver a Senda, pero, al menos ya no se sentía tan culpable.

Eso importa, aun muerta el asunto era besarlo apasionadamente, hasta que su propia vida de desvaneciera.

Olvídalo, olvidarlo es lo mejor.

-¡Ah! Entonces, ¿ahora regresaremos?-

-No se apure, señorita, primero descanse un rato, hare que alguien le envié el vestido más tarde, lávese la cara, ya nosotros volveremos.

¿Lavarme la cara?

Mauren no pudo evitar extender la mano para tocar su rostro, ¿Qué era lo que tenía en el rostro?

Liz Gutiérrez sacó un espejo de quien sabe dónde, y se lo entregó: -no importa, es solo un poco de maquillaje, te volveré a maquillar más tarde……-

-¡Un fantasma!-

Mauren miró fijamente su rostro en el espejo, aquel maquillaje aprueba de agua no tuvo oportunidad contra el agua de mar, la mitad se había escurrido sobre su rostro.

La otra mitad aun rodeaba el contorno de sus ojos.

En cuanto al labial…no sé quién se lo habrá dado, aun estando en el dentro del mar por tanto tiempo, inesperadamente no se hacía decolorado.

Solo estaba manchada en el borde, pero esta pequeña macha hacia que su pequeña boca de cereza, se convirtiera en una boca ensangrentada.

¡Aaaaaaaa! ¿Quién era este fantasma? ¡en definitiva no era ella!

Mauren casi se desmayó de vergüenza al pensar que había besado apasionadamente a Senda con aquella gran boca ensangrentada.

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