El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 41

Liz no sabía nadar, ella era como una piedra, saltó, si nadie la salvará, ¡iba a morir!

Así que Mauren sin pensarlo, aunque aparecía que ella tampoco sabía nadar.

Ella solo sabía, que alguien tenía que salvar a Liz, de lo contrario, Liz moriría.

Ella iba a morir….

Plop, su cabeza había golpeado la superficie del mar, dejándola aturdida.

-Liz…-acababa de abrir la boca, y el agua de mar entró por su boca, ¡no podía respirar en lo absoluto!

Pero aun así nadaba de manera desesperada hacia donde había caído Liz Gutiérrez, ni siquiera sabía cuándo había aprendido a nadar.

-Liz, Liz...-

Unas grandes olas, levantaron su esbelto cuerpo, golpeándola violentamente.

Mauren estaba mareada, y con dificultades para respirar,

Cada vez le salía más agua por la nariz y por la boca, pero ella nadaba enérgicamente hacia adelante.

Nadie la había enseñado a nada, tampoco le habían dicho, cómo sobrevivir en el mar.

Ella solo sabía que deba nadar hasta donde se encontraba Liz, tenía que sacarla del agua.

¡Finalmente, alcanzó a Liz!

Mauren apretó los dientes, y con su último esfuerzo, jaló a Liz hasta la superficie del mar.

Pero cuando la sacó del agua, ella no respiraba, y su cuerpo estaba rígido.

No le quedaban fuerzas, podía flotar en la superficie por su cuenta, pero entre más se esforzaba mas se hundía.

No podía respirar, no le queda ni un aliento, ¿realmente iba a morir?

Conforme se va perdiendo conciencia, la gente se sentía cada vez peor.

Sin aliento, ¡sin una sola bocanada de aliento! Abría la boca, y no entraba aire, solo entraba agua salada, que haría llorar a cualquiera.

Ella realmente va a morir….

Aturdida, parecía ver un rostro, algo difuso que se iba aclarando cada vez más.

Mauren intentó extender su mano, solo para darse cuenta que sus cuatro extremidades estaban rígidas, no podía moverse ni siquiera un poco

Su respiración se detenía, sus parpados era tan pesados que no podía mantenerlos abiertos.

Repentinamente, el cuerpo que se hundía, no sabía que era lo que lo estaba sosteniendo, después, dos cosas suaves presionaron sus labios.

Mauren abrió sus ojos, y respiró hondo.

¡Ella inesperadamente podía respirar!

Incluso le pareció ver la cara de Senda, pero este rostro estaba demasiado cerca para distinguir los rasgos faciales.

Pero ella ya lo sabía, era Senda.

Dios mío, ella sabía que aquel hombre era una calamidad, incluso cuando ella iba a morir, aun venía a dañar sus nervios.

¿Por qué aun es su ultimo momento de vida, tiene que fantasear con Senda besándola?

Mauren, eres tan cachonda, que ya ha vivido dos vidas, todavía puedes ser tan estúpida.

No importaba, no le quedaba nada de fuerza, incluso apenas podía respirar, ella no podía aguantar más.

Finalmente iba a morir, ya que va a morir, entonces…. Podía hacer lo que quisiera.

Mauren cerró los ojos, y con su ultimo pequeño aliento, abrazó al hombre del cuello, besándolo enérgicamente.

Qué lamentable, la cabeza le dolía mucho.

Mauren no sabía si ya había muerto, parecía que algo estaba presionado su pecho, se le dificultaba respirar.

-¡Liz!-

-¡Liz!-

La chica en la cama abrió abruptamente sus ojos, y se sentó.

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