El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 436

Mauren hablaba en serio y Senda creía que no hacer nada en nombre de él.

Pero ahora mismo, lo que le importaba no era en absoluto este punto.

Lo que le importaba era que la desesperación temporal en su cara en ese momento.

-Senda, por favor, apártese del camino.- Mauren trató de apartarlo.

Pero, en cambio, le encajó la muñeca.

-¿Quieres irte antes de haberme servido bien?-

No podía conocerla bien, así que se decidió a no dejarlo ir!

No sabía exactamente por qué estaba inquieto, pero supuso que si la dejaba ir ahora... se arrepentiría.

Sin embargo, nunca se había arrepentido durante los más de veinte años.

Todo esto estaba completamente a su alcance.

Emiliano estaba tan desesperado que se limitó a enfrentarse a este lío al que no podía resolver después de que Vicente se despertara.

Aunque le quitaran la vida ahora, ¡no le causaría mucho dolor a Vicente que era tan astuto!

De hecho, Senda no tenía intención de quitarle la vida a Vicente.

Le dejaba que sea el testigo de que la Familia López, que había construido con sus propias manos, estaba a punto de ser destruida.

Le dejaba que sea el testigo de que sus propios descendientes sufrirían un dolor infinito por los errores que había cometido entonces.

¡Esa tortura sería la más espantosa venganza para ese viejo!

¡Nadie podría salirse con la suya si hacía daño a alguien de Grupo Pérez!

Le había dado la oportunidad de explicarse, pero, Vicente no pudo decir ni una sola palabra.

A través de su silencio, había admitido lo que había hecho entonces.

Pero ahora, ¿cómo podría empezar a ser aprensivo, o incluso, molesto por el pensamiento de una chica?

Senda nunca era una persona que vacilara tan fácilmente.

-¿No se finaliza todavía el acuerdo entre tú y yo?-

Las repentinas palabras de Senda hicieron que Mauren, inconscientemente, quisiera retroceder.

Pero su mano estaba en la palma de él, ¡no podía retroceder!

-¿Qué vas a hacer?- frunció el ceño, pensando en un principio que su corazón ya era tan desesperado como un charco de agua estancada.

Pero no quería pensar que seguiría siendo fácil acobardarse cuando se enfrentaba a él.

Sin embargo, ¿de qué tenía miedo exactamente?

Se había llegado a este punto y, ella, no había necesidad de tener miedo en absoluto.

-¿Quieres que cumpla mi promesa?-

Ella sonrió con indiferencia y le sacudió la mano suavemente, sin quitársela.

Mauren levantó la cabeza y le miró, -Si quieres que cumpla mi promesa, tienes que soltarme primero, si no, ¿cómo voy a desnudarme?-

Su cara desesperada hizo que Senda se sintiera muy infeliz.

-¿Tan ansiosa estás por hacer amor conmigo?-

-Por supuesto que no, no lo quiero. Pero, te lo debo, ¿no?-

¡Maldita sea!

¿Por qué no pudo engatusarlo?

Estas palabras hicieron que Senda se molestara cada vez más.

De repente, la tiró y le echó una mano por encima del hombro.

El rostro de Mauren palideció de sorpresa, intentando inconscientemente estirar la mano para protegerle el estómago.

Pero su hombro, justo en la parte de la espalda de ella. En esta posición, ¡no podía evitarlo de todos modos!

Estaba tan asustada que tras ser arrojada a la cama por Senda, tuvo que levantarse inmediatamente para protegerse el estómago.

Pero la presionó con alto cuerpo con fuerza, atrapándole el pequeño cuerpo bajo sus propios brazos.

-No... - se asustó, con un pánico en sus ojos.

Senda entrecerró los ojos y, de repente, sonrió con frialdad, -¿Dónde están el desdén y la calma de antes? Tan aficionada a fingir.-

¡No estaba fingiendo! Sino que creía que no podía soportar su aterradora fuerza en estas condiciones de su cuerpo ahora mismo.

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