El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 452

Xavier Muñoz es un hombre que no podía guardar un secreto.

Había cosas que había estado guardando dentro todo el día, y cuando los niños estaban dormidos y Noan Pérez se había ido a duchar, finalmente no pudo resistirse y sacó a Mauren al balcón.

Sin embargo, después de sacarla, Xavier seguía sin poder hablar.

-Por qué tartamudeas, sólo di lo que quieres.- Mauren López vio la forma en que tartamudeaba y supo que debía haber muchas preguntas en la mente de Xavier.

-Yo… no sé… quiero decir, que…-

Xavier se rascó la cabeza, sin saber cómo hablar.

-Eso, ¿cuándo volvisteis a estar juntos Noan y tú?-

¡No fue correcto el tiempo!

No creía que Mauren fuera una persona sin corazón, ni que Noan se aprovechara de alguien.

Pero esta vez, estos dos niños, Hugo Pérez y Dulce Pérez... Mauren y Noan sólo habían estado fuera durante dos años y estos dos niños tienen un año y tres meses.

¿Realmente acabaron de salir y estaban juntos?

Esta relación se estaba desarrollando demasiado rápido.

Mauren se limitó a sonreír ante la pregunta, que, sorprendentemente, no respondió.

Cuanto más tiempo pasaba sin que ella dijera nada, más curiosidad sentía Xavier, una curiosidad muy fuerte.

-Podría ser, vosotros habéis estado… antes de esto, pero, no, en ese momento, Noan se ha quedado conmigo, ni siquiera ha pasado la noche fuera, ¿de dónde sacaste la oportunidad de…-

-Bueno, cuanto más hablas, más te sales de lo correcto.- Mauren le dirigió una mirada perdida.

-¿Y qué pasa?- En realidad, Xavier tenía un pequeño y audaz pensamiento en su mente, sólo que tenía miedo de decirlo.

-Si estás confundido, ¿por qué no preguntas directamente?-

Mauren se dio la vuelta y miró al cielo.

Envuelta por la noche oscura, toda su persona parecía, a su vez, especialmente pacífica.

Habían pasado dos años, y el tiempo podía arrastrarlo todo, así que qué había que no se podía llevar a cabo.

Mauren, que se había bañado por la noche, se había lavado toda la suciedad de la cara y, tras quitarse esas pesadas gafas, había recuperado por fin su anterior belleza.

La luz de la luna brillaba sobre su cuerpo, haciendo que toda su persona tuviera un aspecto sagrado, como si fuera un hada.

Xavier no quería romper esta santidad, pero su pregunta, sin embargo, era demasiado difícil.

-Dulce se parece mucho a ti.- Esto era cierto, Dulce había heredado casi toda la belleza de Mauren.

Había otro tipo de belleza, que ni siquiera Mauren tenía.

Xavier podía garantizar que cuando Dulce creciera en el futuro, sólo sería, más hermosa que su madre.

-¿Y qué?- Mauren seguía mirando a la noche, pero la sonrisa en sus labios se estaba desvaneciendo.

-Y…- Xavier le miró de reojo, aún sin atreverse a decir nada.

-Y…-

-Si no dices nada, me voy a la cama con los dos niños.- Mauren le echó una mirada.

-Ya están dormidos, no necesitan tu compañía.-

Pero al pensar en ello, Xavier se dio cuenta de, de nuevo, que algo no le parecía bien, -¿Te acuestas con ellos? ¿Qué pasa con…? ¿con Noan?-

Tan jóvenes, ¿cómo era que dormían en camas separadas?

No había nada de malo en que Dulce y Hugo durmieran solos en la habitación del bebé.

-Noan duerme solo, ¿será que siendo tan grande también necesita mi compañía?- Mauren le guiñó un ojo.

-Pero es… todavía joven, ¿puede aguantar dormir en una cama separada?-

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