El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 454

Noan no era un gran bebedor, así que tampoco era capaz de beber mucho.

Después de que Xavier le sirviera dos botellas de vino tinto, ya andaba por ahí cuando volvió.

-¿Qué está pasando? ¿Cómo conseguiste que bebiera así?- Mauren no había visto a Noan borracho en los dos años que llevaba aquí.

-No sé, probablemente se alegró de verme y se emborrachó por accidente.-

Xavier sonrió un poco menos cómodamente, nunca se le había dado bien mentir.

-Eso, de todos modos, no sé por qué está tan emocionado de verme, yo… estoy un poco cansado, Mauren, dormiré en la habitación de Noan, tú cuida de Noan.-

-Así es, le ayudaré a entrar contigo.-

En realidad, Noan no estaba completamente borracho, sino que no era tan firme en sus pies, pero al menos estaba algo consciente.

Al ser sujetado por Xavier, todavía le resistió inconscientemente, no estaba acostumbrado a enfrentarse a Mauren con esa postura.

Sin embargo, las palabras de Xavier seguían presentes en su mente.

No había tomado la iniciativa durante dos años, ¿debería dejar que tomara la iniciativa una mujer?

Dicen que con el tiempo pueden olvidarlo todo, ¿quizás Mauren ya no estaba tan obsesionada con Senda como antes?

Tal vez, ¿realmente tenía una oportunidad?

El vino podía fortalecer el valor.

Dejado caer en la cama de Mauren por Xavier, se dio la vuelta justo a tiempo para ver a Mauren de pie junto a la cama, asustado, cerró los ojos por miedo a que viera que seguía despierto.

Mauren ni siquiera lo miró, se quedó mirando a Xavier que salía, -No te vayas, tienes que quedarte a cuidarlo.-

Noan estaba tan borracho que Xavier lo había trasladado aquí, que temía que tuviera que ir a pasar la noche con el bebé.

Xavier recordó al instante que no parecía estar actuando lo suficiente.

Si él mismo se viera despierto, la responsabilidad de cuidar a Noan recaería naturalmente en él.

-Vaya… bien, me ocuparé… me ocuparé de él.- Xavier entrecerró los ojos como si quisiera regresar.

Pero de alguna manera, se las arregló para golpear la silla de un solo golpe, haciéndolo caer casi al suelo.

Noan en la cama apenas pudo resistirse a mostrar su intención, y para su sorpresa, el tipo no era un mal actor.

-¿Cómo estás? ¿Está todo bien?- Mauren se sobresaltó y se abalanzó sobre él, echándole una mano.

-Está bien, ¿qué puede pasarme? Soy un buen bebedor, ¿crees que soy Noan?-

La zancada de Xavier se convirtió en un tropiezo y, al no tener cuidado, volvió a golpear la esquina de la mesa, lo que le hizo agarrarse la espalda y hacer una mueca de dolor.

-Tienes que dejar de correr por ahí.- Menos mal que eligieron materiales insonorizados al decorar, si no, esto habría despertado a los niños...

Mauren se puso aturdida e impotente.

Tras mirar a Noan, que estaba borracho en la cama, dudó y finalmente cedió.

-Te ayudaré a ir a la cama.- Pedirle a estos dos tipos que se acostaran juntos no parecía funcionar.

-¿No quieres que me encargue de Noan? Puedo, puedo, soy muy capaz.- Xavier no estaba convencido.

-Sí, sí, sí, eres muy capaz, eres genial.-

Mauren se quedó realmente sin palabras, no fue fácil que ambos volvieran sanos y salvos cuando estaban tan borrachos.

-¡Realmente puedo!-

-¡Lo sé, vuelve a la cama!-

Pasaron casi diez minutos antes de que Mauren saliera de la habitación de Xavier.

Al volver a su habitación y ver que Noan seguía desplomado en la cama, exhaló y se acercó para ayudarle a quitarse los zapatos.

Después, cogió una toalla caliente y le limpió la cara y las manos.

Cuando estaba a punto de irse, su muñeca se tensó de repente y se sorprendió al ver que él tiraba de ella.

-¿Noan? -¿Se había despertado tan pronto?

Pero una mirada a su aspecto, ni siquiera estaba despierto.

-Noan, sé que es muy difícil dejar que te quedes aquí.-

Era algo en lo que Mauren había pensado durante mucho tiempo.

Ya se lo había mencionado varias veces, y ahora que los niños eran un poco mayores, Hugo podía seguir yendo a la guardería como un niño de dos o tres años.

Podía ocuparse sola de los dos niños y, si no podía, contrataría a otra niñera.

Mauren había retenido a Noan durante dos años, y ya era hora de liberarlo.

-Gracias por cuidar de nosotros estos dos años, Noan, si quieres volver ahora…-

-¿Sigues pensando en dejarme atrás y vivir por tu cuenta con los niños, incluso ahora?-

La voz de Noan era un poco profunda y ronca.

-¿Cómo es que te abandono?- Mauren se preguntó en qué estaría pensando este hombre y trató de devolverle la mano, pero ésta permaneció en su apretado agarre.

Tal gesto parecía inapropiado.

En dos años, nunca había habido un gesto así entre ellos.

-Noan, no puedo seguir arrastrándote.-

Aunque era muy bueno para los niños tenerlo cerca, tenía veinticinco años y era hora de que tuviera su propia vida.

-Noan…-

-¿Es así como lo que me ves?- ¿Estar con ella era ser un lastre para él?

Noan frunció el ceño, visiblemente molesto durante unos instantes. -¿Estamos juntos como una familia de cuatro y no sabes si me lo estoy pasando bien?.-

Mauren se quedó helada, ¿qué quería decir exactamente ahora?

Noan sintió que sus palabras no iban a ser claras hasta que él las aclarara, ¡y esta chica estaba pensando en abandonarlo!

Ajustó su actitud y, como Mauren estaba cada vez más confundida, susurró de repente, -Mauren, me gustas… y quiero estar contigo.-

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