El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 463

-¿Qué estás diciendo? ¡Ella no es tu hija!- Mauren López se puso muy nerviosa. Se quedó firmemente junto a la puerta, sin ceder el paso.

Aunque su cuerpo era muy fino. Y parecía muy débil enfrente de Senda Pérez.

Pero la determinación de proteger a su hija era muy dura.

Los ojos firmes y la expresión fuerte parecían decir que incluso si muriera, no cedería.

Senda se sentía muy triste.

Solo quería ver a Dulce. De verdad le echó de menos a la niña. No quería hacer nada malo.

Pero Mauren ya creía que él era una persona mala.

-No lastimé a la familia López.- Habló en voz baja Senda.

Mauren apretó el puño y recordó lo que dijo Noan Pérez hacía un momento que Senda había renunciado el 5% de acciones por la familia López. Se sentía un poco triste.

Pero ahora habló de esto, ¿de qué sirvió?

-¿En realidad crees que no has dañado a las personas de la familia López?-

¿Y ella? ¿Quién tenía la culpa de su vida actual?

No podía vivir con su identidad real. Nunca podía volver a casa. Tenía miedo de que a casa avergonzara a su familia.

Extrañaba mucho al abuelo, los dos primos, las dos tías, el abuelo Juan y las flores de la familia López.

Pero no podía volver. Nunca podía volver.

Con una acusación de incesto con su primo mayor, nunca podía volver a casa. Como nieta de la familia López, solo podía ser desaparecida.

Si no, toda la familia López sería arrastrada por ella.

¿Quién hizo todo esto?

¿No salía lo que hizo Bita López? Él le consintió hacer todo esto y era cómplice de ella.

También era uno de estas personas que querían dañar la familia López. ¿Ahora quería decirla que no había perjudicado a las personas de la familia López?

Senda también sabía que su frase no era muy creíble.

-Solo quiero decirte que no les he dado más daños.-

-Tus cosas no tienen nada que ver conmigo.-

-Lo siento. He pensado mal de tu abuelo. Pensaba que él fue el asesino de…-

-Ya te he dicho. No me importan nada tus cosas.- Mauren no quería escuchar nada.

Ya había pasado todo, ¿para qué decía más?

Aunque decía todo, ¿qué podía cambiar?

Solo si no apareciera más, cada persona de la familia López podría tener la vida tranquila. Si apareció, la gente iba a hablar del escándalo de Emiliano y ella.

Nadie podía ayudarla a menos que desapareció para siempre.

Senda estaba callado y se tragó las palabras que quería explicar.

No era una persona que le gustaba hablar y explicar. Si no era por ella, no le gustaba hablar de nada.

Pero la única persona con que él quería hablar no quería escuchar sus palabras.

Efectivamente no era necesario decir nada, y hacer era lo más directo.

De repente se inclinó y recogió a Mauren.

-¡Tú!- Mauren se asustó mucho. Cuando quería gritar, recordó que los dos niños estaban durmiendo en la habitación.

Mordió los labios para no gritar.

Ella empujó su pecho con las dos manos y quería salir.

Pero era inútil luchar con Senda.

Senda la llevó a otra habitación y cerró la puerta.

En la habitación no estaba encendida. Después de cerrar la puerta, se quedaba en oscuro.

-¡Déjame!- Mauren estaba luchando con Senda.

Senda la ignoró y la puso en la cama. Su cuerpo la abrumó en la cama.

Si no quería escuchar sus palabras, podía hacer lo que más le apetecía.

Cuando bajó la cabeza para buscar sus labios, de repente lo pegó con su mano con el sonido paf.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz