Se quedó en un silencio raro.
Pero una voz dulce rompió el silencio.
-¡Papá, papá!- Dulce abrió los brazos y corrió hacia a Senda sonriendo con las piernas pequeñas.
Ella corrió muy rápido y Hugo no se daba cuenta.
Cuando se dio cuenta y quería cogerla, la niña ya estaba en el abrazo del hombre desconocido.
-¡Papá, papá!- Dulce extrañó mucho a este papá. Cuando la abrazó, besó en su cara.
El corazón de Senda se puso muy suave. En frente de Dulce, Senda se puso criado de su hija.
Mauren se sentía que la situación era muy compleja.
Senda estaba mirándola y Hugo también, -¿Quién es, mamá?-
-Un hombre… desconocido…-
-Tu madre es mi mujer.- Senda estaba muy serio. Aunque los dos eran hijos de Mauren, se sentía muy sorprendido por este niño.
Hugo se puso con enojo, -¡No digas tonterías!-
-¿Tonterías?- Senda frunció el ceño. Este niño tenía misma edad que Dulce, ¿no? ¿Sabía las palabras tan difíciles?
-Sabes mucho.- Senda dijo.
¿Cómo Noan enseñó a su hijo? Era muy serio y no tenía expresión en la cara. ¿Pero por qué le gustaba tanto?
Senda se sentía complejo.
No debería querer a un niño con una actitud tan mala. Además era hijo de Noan.
Pero el hijo de Noan no parecía a Noan y…
De repente descubrió algo y cogió la muñeca de Mauren, -Él, él es…-
-¡Es hijo de Noan y yo!- Mauren se puso nerviosa y no podía respirar normal.
Senda estaba pensando y parecía que ya sabía la verdad.
-Mauren, ¿hay alguien que te haya dicho que no sabes mentir?-
-¿Qué dices? No he mentido. Él y Dulce son hijos de Noan y yo…-
-Voy a hacer una prueba de paternidad con ellos. No necesitas decir más.-
¿Cómo podía ser el hijo de Noan? El niño parecía mucho a él incluso el carácter.
¿Un niño de un año y medio que sabía tanto no parecía mucho a él cuando era pequeño?
-¿Quieres que mis hijos que llamen a otro hombre papá?-
¡De hecho se enfadó mucho!
-¡Deja a mi mamá!- Hugo caminó hacia a Senda pero no lo pegó. Como sabía que no era capaz de luchar con este hombre.
Así dijo en voz suave, -Que dejes a mi mamá. Si no, Dulce no está contenta.-
Senda dejó la muñeca de Mauren pero todavía estaba muy enfadado.
Pero mientras estaba emocionado.
No solo tenía una hija también tenía un hijo.
-Niño, si quieres que deje a tu mamá, primero tienes que llamarme papá.- Bajó la cabeza y miró al niño pequeño.
A Hugo no le gustaba amenazar por otra persona. Estaba muy serio y dijo, -Puedo llamarte papá solo si mi madre está de acuerdo.-
Bueno, el hijo fue bien enseñado.
Senda miró a Mauren otra vez, -¿Dejaste que mis hijos llamara padre a Noan?-
-No son tus…-
-No ensucies a Noan. Nunca nos ha hecho nada malo.- Mauren lo miró.
-Si estoy ensuciando a Noan, este niño ya sabe.-
Senda miró a Hugo. Abrazó a la niña y caminó hacia el sofá para sentarse.
-Dulce, ¿cómo te llamas?- Cuando preguntó a la niña, era muy diferente que preguntar al niño.
Delante de Dulce, él era el padre más amable.
La niña le hizo un guiño y no sabía contestar su pregunta.
Claro, solo tenía un año y poco. Todavía no entendía nada. No era como este niño que sabía todo.
-¿Y tú? ¿Cómo te llamas?- Cuando habló con Hugo, era muy estricto.
-Hugo Pérez.- Lo más interesante era que la actitud de Hugo no era muy buena pero no lo odiaba.
Hugo… Senda se puso contento pero cuando recordó que el apellido de Noan también era Pérez. No estaba muy contento y decidió dejar de pensar.
Miró a Mauren y dijo, -¿Ahora qué quieres decir?-
Tuvo sus hijos y se fue con otro hombre. Después de dar la luz a los niños les pidió que llamara a otro hombre padre.
¡Si no fuera ella y fuera otra mujer, ya rompería a la mujer!
Pero otra mujer no tenía oportunidad para tener sus hijos.
Ya que dio a la luz sus hijos, no pensaría más en esta cosa y no la echó la culpa.
-Mañana vuelve a la Ciudad Norte conmigo. Quiero que mis hijos vuelvan a su pueblo.-
Lo más importante era que ofrecerle una boda maravillosa.
-¡No! No quiero volver a la Ciudad Norte. No quiero estar contigo. No voy a ningún lugar.- Mauren sacudió la cabeza y dijo.
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