El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 60

-Tú...-Mauren apenas confió en sus propias orejas porque Senda le contó en un tono tan suava.

Creyó que él estaba enojándose.

-Reconciliémonos.-La mano del hombre se puso en la espalda de la chica y la tiró suavemente hacia sí mismo.

Mauren no era capaz de pensar ni respirar.

La cara de Senda ampliaba sin límite en su campo de visión, la cual era absolutamente perfecta sin ningún defecto aunque la vio en distancia tan cerca.

La mano de Mauren resistió subconscientemente contra el pecho de Senda, pero la chica no tenía ninguna gana de rechazarlo.

Él sentía mucho calor, no, ella lo sentía...parecía que los dos tenían el mismo sentido.

¿Qué significaba esa ocasión?

-Senda...uf....-cuando Mauren abrió la boca para decir algo, recibió el efusivo beso del hombre.

La chica estaba meneada como si sufriera un choque eléctrica.

Mauren se extravió totalmente en un medio segundo.

La respiración de los dos estaban mezcladas, la chica se metió en la indiferencia y el entusiasmo del hombre paradójicamente.

Al final todo se convirtió en una llama.

Mauren no sabía cuándo se levantó por Senda, ni cuándo se desabotonó el traje, ni más cuándo lo sostuvo a Senda por el cuello.

Ella ya no recordó nada, todo el mundo lleno de la sombra y el aliento de Senda.

-Uy...

Alguien chocó contra la puerta con un gran ruido.

El desordenado ambiente desapareció en un rato.

Senda levantó la frazada para envolver bien a la chica debajo de él.

Se volvió la cabeza y le echó un vistazo terrible a Hedi, el cual como si se rompiera en pedazos por la mirada.

-Señor Senda Pérez..Perdoneme...

Hedi creyó que moriría, ¡ni siquiera hubo un lugar para ser enterrado!

¿Cómo Hedi pordía considerar que ellos estaban haciendo amor de día, ¡lo más peor era que ellos no cerraron la puerta!

Un momento antes, como la gran conmoción, Hedi reaccionó con toparse con la puerta.

-¡Vete!

La expresión del hombre era como el cielo que antes de llegar la tempestad,estaba nublado y con relámpago.

La palabra de Senda como si fuera un cuchillo, Hedi casi se desmayó por el corte.

-Yo... me voy ahora mismo...

¡Madre mía! ¡qué terrible! ¿quién podía imaginar que el glacial señor Senda Pérez que parecía tener la disfunción sexual, estaba haciendo amor de día?

Pero Hedi podía ser el subalterno más fiel en todo el mundo.

Él corrió el riesgo de morir, le advirtió a Senda antes de marcharse-Señor Senda Pérez, preste atención a la imagen.

Senda tiró fuertemente una almohada contra la puerta dentro del campo visual de Hedi.

Hedi no se atrevió quedarse más tiempo aquí, el señor Senda Pérez le dio una oportunidad para salir, él tenía que hacer todo lo posible para irse rápidamente.

Se volvió y salió con velocidad tan rápida como si desapareciera en el aire.

-¡Mierda!-Senda bajó la cabeza y se le demudó visiblemente el rostro.

Él cerró la cremallera de nuevo con el largo dedo, pero no podía ocultar el secreto de algún aparato.

Se quedaba hosco, ¡qué malo el ánimo por el motivo que se le interrumpió Hedi!

Senda se volvió la cabeza, vio que la chica se escondía en otro lado de la cama envolviendo la frazada, solo los dos ojos estaban expuestos afuera. Con los le miraban llenos de la vigilancia.

A Mauren le sorprendió mucho que ella acababa de estar enamorándose con Senda.

¿Cómo podía hacer eso tan sinvergüenza de día? ¡lo más peor era toparse con Hedi!

¡Dios Mío! ¿Con qué imagen se presentaría ella ante los demás?

Senda se inclinó a ella pero Mauren retrocedió de inmediato.

Mauren metida en la frazada actuó desordenada y desacertadamente para arreglar bien la ropa. Cuando se levantó la cabeza para decir a Senda algo, le vio el aparato bajo el abdomen...

La respiración estaba desordenada, lo miraba directamente por el asusto.

-¿Te gusta tanto mirarlo?-Ella fijaba la mirada en él, ¿esperaba que él volviera a perder el control?

Al principio Senda creyó que en ese momento se estaba propasado, pero se agradó mucho cuando vio la apariencia de la chica asustada.

Por eso, Senda se puso en libertad, no hacía falta ocultarse.

Mauren tenía muchas ganas de cubrirse totalmente con la frazada para que no le viera que estaba tan apurada.

No le miraba Mauren con intención, ella solo tenía miedo.

-Perdóname...no lo hubo hecho a sabiendas...

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