El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 67

Había una razón que Mauren López salió tan rápido con ese bolso más lujoso.

Apenas terminó de contemplarlo, recibió otra vez la llamada de Senda Pérez.

Por eso, preguntó directamente si valió más de un millón y lo compró al oír la confirmación.

Sin embargo, cuando regresase, tendría que hablar con Senda que se lo devolvería después porque no quería gastar más de 3 millones para tenerlo.

¡Casi le costó un ojo de la cara!

Se creyó que se guardaría el bolso como un espécimen después de usarlo solo una vez a menos que hubiera banquetes parecidos a ese a la próxima.

No quería hacerles caso al ver que la persiguieron la gerente y las dos vendedoras, pero se dio cuenta de que Rebeca era bastante deslumbradora en la puerta de la tienda.

Mauren hizo un mohín de repente con los finos labios y se dirigió hacia la tienda.

A la gerente le pareció haber tocado El Gordo de la lotería, que mandó de inmediato que sacasen el bolso del almacén.

Le sirvió inclinándose a Mauren una taza de té negro en persona para mostrar el respeto al máximo.

-Señora, siéntese un momento por favor. Le van a traer el bolso ahora mismo. Si quisieses, ¿podrías probar los zapatos de nuestra tienda? -

-Puta que te parió. Mi hermana todavía no ha acabado de probar los zapatos, ¿y la dejas de servir? -

Rebeca no podía contenerse la indignación. ¿Cómo pudo tener tanto dinero esa pobretona?

Aurora Ruiz le dijo que se casó con un rico. ¿Fue verdad?

No obstante, ¿los ricos eran ciegos? ¿No vieron que esa era pobre y fea?

Se pudo notar que Mauren nunca había mencionado a su familia en la vida cuotidiana en la universidad y nadie le prestó atención a su rostro ordinario.

Aunque Rebeca y Adela participaron en el banquete de desposorios de Senda antes, solo supieron que era la hermana menor de Bita López, la primera bella famosa de la Ciudad Norte, a la que contrajo esponsales.

Y en ese momento Mauren se encontró con el maquillaje pesado. ¿Quién la había reconocido?

Aparte de los parientes, ¿cuántas personas pudieron asociar a la fea de apellido López con la segunda hija de la familia López que era la prometida de Senda?

La gerente se dio cuenta de que la había dejado sola a la señora Pérez al oír lo que dijo Rebeca.

Se apresuró a mandar -Sara, ¡atienda a la señora Pérez para probar los zapatos! -

Adela había dado una patada a los zapatos y se fue.

La gerente supo que no era contenta, ¡pero no podía perder aquella cliente ante ella porque tendría la comisión más de 30 mil!

Además, si concurriesen una vez los clientes ricos que hicieron compras a tontas y a locas, lo harían a la próxima.

Ganaría más por satisfacerla absolutamente que por servir a la señora Pérez.

Por eso, la gerente no le importó mucho menos que lamentó un minuto cuando se fue.

Rebeca, sin embargo, se puso enojada gritando -¡Cómo osáis! ¿No sabéis quién es mi hermana? Le trataron de manera tan desairada. ¿No queréis que esta tienda siga abriendo? -

-Gerente. - La llamó Maura repentinamente.

La gerente se inclinó de inmediato con una sonrisa halagadora -Sí, señora. ¿En qué la puedo ayudar? -

-¿Siempre trabajáis así? ¿Cómo pueden los clientes hacer compras de buen humor en un ambiente tan ruidoso? -

Mauren dio la mirada al bolso en la mano. Aunque era caro, ella no manifestó nada de estimación.

Pareció que hubo muchos en la casa, que no fue el artículo de primera necesidad.

Al principio se notó que la chica era fea y rústica, pero luego se volvió elegante y noble que no era nada inferior a la primera bella famosa de la Ciudad Norte.

Por otra parte, aunque fuese la primera, no sería tan rica. ¿No?

-Mauren, ¿qué quieres decir? - Rebeca frunció el ceño y se puso enfadada.

¿Acaso ella diese a entender a la gerente que la echase de la tienda? ¡Cómo se atrevió!

Obviamente, Mauren fue ofendida por el ruido e iba a salir con las cejas fruncidas.

La gerente estaba tan ansiosa al verlo, que decidió a decirle a Rebeca -Señora Pérez, vamos a cerrar la tienda. Permítanos darle la bienvenida la próxima vez. -