El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 68

Mauren fue con prisa a la plaza fuera del edificio.

Senda no tenía mucha paciencia desde el principio.

Si no acudiese, la dejarían sola o Hedi González subiría para llevarla con fuerza.

Sin embargo, al salir de la puerta, levantó la cabeza y a Mauren le sorprendió que dos chicas estaban al frente de Maybach de Senda, que era del color sencillo, pero con el interior lujoso.

-Aniki. ¡Me han maltratado! - Aniki era el trato de respecto que le llamaban los miembros más jóvenes de la familia Pérez a Senda.

Aunque Rebeca tuvo la relación distante, por lo menos nació con el apellido Pérez.

Senda estaba fumando sentado al lado de la puerta del coche con un rostro frío, que no se supo si había oído lo que dijo Rebeca.

Hedi se quedó cerca inclinándose a la puerta. Le pareció hermosa la chica de lejos.

No obstante, se vio que Senda era impaciente.

Rebeca estaba todavía quejándose -Aniki. A nosotras de la familia Pérez, nos echaron de la tienda. ¡Qué vergüenza! -

Senda no dijo nada. Entre las cejas existió la frialdad tan fuerte que le hizo difícil de abordar.

Adela le dio una mirada a Rebeca para que se callase.

Miró a Senda y le dijo con voz muy suave -Aniki. ¿Va a volver a la familia Pérez? -

Por la noche se celebraría el banquete familiar. Volverían todos los jóvenes familiares que estuviesen en la Ciudad Norte.

La familia Pérez tenía gran población. Se juntaban aproximadamente cien personas en solo un banquete familiar.

-Sí. -Respondió Senda indiferentemente.

Adela entendió que Senda, el primogénito y el nieto mayor, vivía con desamor, que todos estaban acostumbrados a su actitud.

Por eso, no le hizo sorprendida que le respondió fríamente.

-Aniki. También volvemos. Ha llegado el tiempo. Vamos. -

La insinuación que presentó Adela fue muy clara. Si… quería decir si le conviniese a Senda, ¿él podría llevarla para regresar juntos?

Sería gran placer volver a casa junto con Aniki.

Cuando supiesen las jóvenes de la familia, ascendería la estimación familiar sin precedentes.

¿Y, por qué Aniki no manifestó nada? ¿No pudo llevarla, aunque hizo ese mismo camino?

-Mi chófer se fue por un urgente asunto. Si vuelvo tarde, no sé que los abuelos se encuentren descontentos o no. -

Pensaba que no la entendió Senda y tentó explicarlo otra vez.

No se podía mostrar la timidez ante él. De lo contrario, perdería la oportunidad.

Si se la perdiese, ¿a dónde iría a buscarla?

¿Por qué Aniki se quedó aquí, aunque iba a llegar el tiempo? ¿Pareció que estaba esperando a alguien?

Aquí se situó el centro comercial. ¿A quién estaba esperando?

A Aniki no le gustaba hacer compras.

Al oír el tiempo, Rebeca aprovechó la ocasión para proferir la queja de nuevo-¡Es la culpa de la fea! -

Era difícil que ella tuviese la oportunidad de hablar con Senda.

Fueron maltratadas. ¿Cómo podía Senda hacerse de la vista gorda?

Como ella tenía el apellido de Pérez, ¿pegar su cara no era una descortesía para Senda?

No se resignó a ser maltrata y decidió vengarse.

-Aniki. No sabía que esa fea entró y mandó que nos echasen cuando estaba probar los zapatos con mi hermana. -

-Rebeca… - Adela le dio una mirada.

En realidad, sufrió injusticas. Quería que la apoyase Aniki, aunque existiera poca posibilidad.

Sin embargo, como una chica, reiría en sueños si tuviese un hombre tan sobresaliente para que le diese apoyo.

¿Quién es su Aniki? ¡Senda! ¿Quién se atreve a decir esas palabras sin escrúplos? ¡Buscarán un callejón sin salida!

Mauren, fea. ¡Espera el castigo!

Estaría mejor buscar al rico detrás de ella para que cayese en bancarrota. ¡Veríamos que de quién podría esa gastar dinero!

Senda enarcó las cejas mirando a Mauren con un color surgente en los ojos que no podían adivinar.

-¿Dijiste que tu hombre es la más sobresaliente de la Ciudad Norte? -

Preguntó en voz fría, pero sin que se notase nada de descontento.

-Nunca. - Mauren no mentiría como Rebeca.

Añadió - Pero, supongo que sí. -

-¡Aniki, escuche! ¡Escuche qué está diciendo esa fea! ¡Cómo se atreve a mostrar la descortesía! -

¿Quién podía confirmar que su esposo era más destacado que Senda? ¡Sería la gran irreverencia!

¡Mauren, espera el castigo!

No obstante, Adela sintió la extrañez. ¿Cuándo Aniki empezó a tener gusto de intervenir en las bagatelas de las mujeres?

¿No tenía aversión por acercarse a mujer?

Mauren se encontró al frente de él, que había irrumpido en la zona de peligro.

¡Las chicas de la familia no se atreven a estar tan cerca de él!

¡Aniki fue el que más odiaba a las mujeres que se le acercasen! Pero ellos… La distancia era bastante corta, que estaba casi a dos pasos.

De repente se le ocurrió un mal presentimiento. Quería detener a Rebeca, pero ella no le prestaba atención.

-Aniki. Esa fea no solo me maltrató, ¡sino también a mi hermana Adela! -

Señaló al pie de Adelay gritó - Nos ha echado de la tienda y ha dañado el pie de mi hermana. Ahora, ¡hay una marca roja obvia en el pie! -

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