El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 91

Era arrogante y dominante como siempre.

Mirándole la espalda a Senda, Mauren tardó un tiempo en dudar, luego caminó hacia el otro lado de la cama, abierta la colcha, y se acostó.

Pero no se le ocurrió que era conveniente para Senda quedarse mirándola si estaba durmiendo en este lado de la cama.

No cerró los ojos con mirada realmente quedada en Mauren, lo que dejó que Mauren estuviera un poco nerviosa.

Mauren no sabía en cuál postura debería dormir, al final se dio la vuelta dándole a espalda.

Al ser mirada fijamente por él, siempre se sentía incómoda.

Su mirada era muy aguda. Todavía estaba muy enérgica a pesar de que estaba a punto de dormir.

¡Qué mala educación mirándola así! ¿Acaso él no estaba consciente de eso?

-Senda, necesitaré ir a clase mañana.- lo recordó.

-Vale.- respondió con indiferencia Senda, con la mirada todavía inmóvil.

Mauren no pudo confirmar si estaba mirándola o otra cosa.

Después de todo, él estaba acostado de lado, dando a la dirección que ella estaba.

De hecho, ella, quien era mirada por él se sentía un poco avergonzada.

Eran casi las tres de la madrugada y quedaban menos de cuatro horas antes del amanecer.

Tenía mucho sueño y finalmente finalmente se mordió el labio y se dio la vuelta para no mirarlo..

-¿Me odias mucho?- la voz del hombre detrás de ella, se volvió cada vez más fría.

Ella giró la cabeza abruptamente y le miró los ojos.

Los ojos eran tan igual de profundo y distancia como las estrellas en el cielo nocturno y dos agujeros negros, dejando que fuera difícil no enamorarle.

Le costaba mucho apartar con fuerza la mirada de sus ojos, pero, accidentalmente, volvió a posarle la mirada en su pecho.

Ese seductor y encandor músculo del pecho...

Tomó un suspiro de alivio. Tal vez la temperatura del aire acondicionado de la habitación estaba tan alta que hacía un poco de calor...

Ella bajó los ojos, atreviéndose a mirar sus propias manos y dijo, -Senda, ya era muy tarde, pues nosotros vamos a...-

-Me duele la cabeza.- la interrumpió.

Las palabras fueron un poco bruscas, afortunadamente ella lo reaccionó rápidamente.

Sentida nerviosa, inmediatamente se le acercó y extendió la mano para tocarle la frente.

La temperatura no era alta ni baja lo que no sabía si era normal o tenía una fiebre baja.

-Te tomaré la temperatura.- Quería despegar la colcha para levantarse.

-Estoy cansado.- dijo Senda, El brazo de Senda estaba presionado contra su cuerpo

-Senda...-

-Es muy cómodo esta postura.- Cerró los ojos, no importándole en absoluto su comportamiento.

Mauren echó un suspiro de alivio. Tenía razón porque su brazo estaba herido y podría ser golpeada la herida por la colcha.

Aunque la mano había sido vendada, pero le dolía también si se lo tocaba.

Debería ser más seguro colocarla fuera.

Sin embargo, ¿Por qué se la ponía a ella?

El cuerpo se convirtió en el cojín para colocarle el brazo, lo que Mauren parecía realmente indefensa de cumplir.

Sin embargo, no puso el brazo sobre su cuerpo sino su vientre, que de todos modos, estaba cubierto por una colcha.

Vale... mientras la herida se recuperara, todo valería la pena.

Luego miró a Senda secretamente, el cual no se movió nada, e incluso su respiración se volvió gradualmente uniforme después de cerrarle los ojos.

Dos minutos detrás, parecía que se había dormido con una respiración constante.

Estaba cansado toda la noche. Y ahora, no solo Senda, sino que ella también tenía mucho sueño.

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