El Gran Mariscal romance Capítulo 5

Daniel se sobresaltó sin entender por qué la familia Huesca había reaccionado de forma exagerada.

—Te desmayaste Daniel, ni siquiera sabes lo que está pasando —dijo Ana—. Debes estar equivocado. No es más que un inútil, pobre bastardo. ¿Cómo podría haberte salvado la vida? No sea humilde, director. Todos sabemos la verdad, fue Julián quien le pidió este favor para salvar a Daniel, ¿no es así?

El director frunció el ceño.

—Como dije, yo no hice nada. Todo fue obra del Maestro. Además, ¿Quién es Julián? Tampoco me ha llamado. Ah, sí mi teléfono sonó dos veces hace un momento, pero la línea se cortó antes de que pudiera contestar. No estoy seguro de que fuera él.

Al darse cuenta de repente de algo, Dafne se apresuró a llamar a Julián y puso el altavoz.

—Julián, ¿Conseguiste ponerte en contacto con el director?

—Lo hice —respondió Julián—. Pero está de viaje de negocios y no podrá volver a tiempo, me pondré en contacto con otro médico por ti.

—¡Mentiroso! —Dafne gritó—. ¡Eres un gran mentiroso! ¡El director está delante de mí ahora!

Julián se sintió un poco avergonzado.

—¿Lo está? Quizás no me comuniqué bien con él.

—¡Vete a la mi*rda! —Gritó Dafne—. ¡No puedes engañarme! ¡Escoria! No te molestes en contactarme más.

—¡Vete a la mierda! —La furia de Julián se disparó—. ¡¿Cómo te atreves a hablarme así?! Te lo advierto, nos casaremos el día 1 del mes que viene pase lo que pase. Si tienes las agallas de alejarte destruiré a la familia Huesca. Además, aléjate de ese incivilizado que conociste hoy o enviaré a alguien a matarlo.

¡Bip!

Dafne colgó, hubo un silencio absoluto después de eso.

Ya se había asentado la polvareda de que Julián, en quien tenían puestas sus esperanzas no tomaba la vida de Daniel en su consideración.

Pero fue Román, a quien despreciaban quien había cambiado las cosas.

La familia Huesca estaba abrumada por emociones encontradas.

—Maestro, apuesto a que tiene hambre —Daniel aún no se había dado cuenta de que el joven que tenía delante era Román Zárate.

—¡Cállate! —gritó Ana—. No tiene derecho a ser tu Maestro.

—Sólo eres una mujer, ¿Qué sabes tú? —espetó Daniel—. Habría muerto hoy si no fuera por él.

—Abre tus malditos ojos, tonto él es Román Zárate. El que provocó la recaída de tu enfermedad cardíaca.

Daniel estaba asombrado. Parecía que estaba a punto de tener otro ataque al corazón de nuevo.

«¿El Maestro es realmente mi despreciable futuro yerno?¿Por qué me ocurre este melodrama?».

El ambiente se volvió incómodo.

Incluso el director se sintió avergonzado por Daniel.

—Eh... Jaja, qué sorpresa. No sabía que el maestro es tu yerno. Debes haber aprendido secretamente las habilidades de la medicina de él, creo que te mereces ser el Jefe de Departamento con tus capacidades. Prepárate para iniciar.

En ese momento, el Director se dio la vuelta y se alejó no pensaba inmiscuirse en sus asuntos familiares.

Daniel estaba loco de alegría, no esperaba ser Jefe de Departamento tan fácilmente.

Pero al pensar que había conseguido ese puesto gracias a Román, no pudo celebrar su victoria en triunfo, después de todo Julián era el yerno ideal en su corazón.

Paola y Margarita se acercaban a ellos desde lejos.

—Ahora que Huesca está en una fase crítica, no creo que la familia Huesca no ceda —dijo Margarita—. ¡Hmmm! Quiero que la familia Huesca se ponga de rodillas y me suplique como un perro —replicó Paola—. Especialmente Román, quiero destrozarle la cara.

Capítulo 5 No tiene derecho a ser tu maestro 1

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