-¿Por qué estás tan seguro?- claro que Oscar esperaba que sí, pero ¿era posible?
-¡Vuelve y compruébalo, yo te ayudaré a investigar de Alonzo!- Richard colgó después de terminar de hablar.
-¿Qué te dijo?- preguntó Laura nerviosa.
-Laura, ¿crees que Iker podría ser nuestro hijo?- dijo con cuidado, mirándola a los ojos. Si Richard no lo hubiera dicho, no lo habría pensado en esto, pero Richard le recordó y parecía que le despertó por esta pregunta.
-¿Iker? ¡Dios mío!- Laura se quedó estupefacta, -¿Puede ser? Todos dicen que realmente se parece a mí, pero, ¿es esto posible?-
¡Cómo deseaba que Iker fuera su verdadero hijo!
-Comprobaremos el ADN de inmediato al volver.- Oscar pisó el acelerador hasta el final, y el coche se fue directo hacia la villa como una flecha tirada.
Nada más llegar a casa, justo Lorenzo también regresó con Iker. Cuando Oscar vio a los dos desde lejos, dijo emocionado, -¿Has descubierto que a mi padre le gusta mucho Iker? ¿Mucho más que Andrés? Y este niño tiene la inteligencia muy alta, ¡espero que sea mi hijo!-
-¡Bajemos del coche!- Laura no podía desabrocharse el cinturón por emoción.
Oscar la ayudó a desatarlo. -¡No le asustes al padre!-
Estaba preocupado de, ¿y si no fuera así?
-¡Vale!- Laura salió del coche y gritó desde distancia. -¡Iker!-
-¡Mami!- cuando volví para mirar a Laura, Iker sonrió ¡Esos labios rojos y los dientes blancos eran totalmente una copia de Laura!
Oscar sintió que sus ojos se humedecían cuando lo vio.
-¡Iker!- Laura de repente le abrazó y rezando desde el fondo de su corazón de que Iker fuera su hijo.
-¿Habéis salido?- preguntó Lorenzo.
-¡Padre! Sacaremos a Iker y volveremos más tarde.- dijo Oscar. No quería que su padre supiera de que llevaba a Iker para una prueba de ADN.
-¿Adónde vais?- Lorenzo quería esperarle para jugar al ajedrez con Iker.
-¡Vamos a casa del suegro, volveremos pronto!- Oscar cogió a Iker en sus brazos. -¡Hijo, vámonos!-
-¡Yo no soy tu hijo!- Iker se encogió de hombros. -¡Andrés es tu hijo!-
Su recordatorio entristeció a Oscar en un instante, ¡Andrés tampoco lo era! Pero no dijo nada.
-¡Laura vámonos!-
En el hospital.
Oscar estaba convenciendo a Iker. -Cariño, ¿hagamos una revisión?-
-¿Qué revisión?- Iker arqueó una ceja.
Laura dijo, -Iker, ¡vamos a hacernos un análisis de tipo de sangre y nos piden unas gotas de sangre!-
-¿Debo hacerse esto?- preguntó Iker.
-¿Iker le tiene miedo al dolor?- Laura siempre le había enseñado a ser valiente.
-¡No tengo miedo! ¡Pero me parece muy raro vuestras expresiones!- Iker pudo notar que sus expresiones eran un poco raras. -¡Vuestras expresiones parecían decir que queréis hacer una análisis de paternidad!-
Oscar y Laura de repente se sintieron incómodos, el niño era demasiado listo y era difícil en mentirle.
En este momento, vino el médico cabezal de Oscar.- Señor Oscar, el resultado más rápido tomará medio día, y el centro de tasación está lleno de citas.-
-¿No hay otro más rápido?- Oscar está ansioso por saber.
-¡Este ya es el más rápido!-
-¡Vale, tomemos una muestra de sangre!- Oscar extendió la mano.
-¿Para identificar de qué?- preguntó Iker sorprendido, -¿Mami?-
Laura se sorprendió. -Iker, mamá nunca miente. Te dijo que es para resolver una duda nuestra. No preguntes más, ¿de acuerdo Iker?-
No quería darle esperanza al niño ni hacerle daño, pero tampoco quería mentirle.
-¡Vale! ¡Mami, no pregunto más!- Iker asintió y estiró su manita obedientemente. -¡Doctor, puedes pinchar mi mano, no tengo miedo al dolor!-
-¡Qué bien!-El doctor le dio una palmadita en la cabeza de Iker, luego los miró a los dos y suspiró, -¿Por qué puedo estar seguro sin la verificación?-
***
Estas palabras le dieron una esperanza a Oscar y Laura, si realmente lo fuera, sería genial. Sus sentimientos en este momento no se podían expresar con palabras.
El médico les tomó muestras de sangre a los tres. A Laura le dio mucha pena al ver que la manita de su hijo fuera pinchada por la aguja.
-Iker, ¿te duele?-
Iker negó con la cabeza. -Mami, ¿te duele? Te lo soplo...-
A Laura le tembló el corazón y se sintió aún más triste, miró con satisfacción al pequeño rostro de su hijo, que se parecía mucho al de ella, y estaba muy confusa en su corazón.
Iker agarró la mano de Laura y exhaló varias veces. -Mami, ¿todavía te duele?-
Las lágrimas de Laura se estallaron instantáneamente. -¡Hijo! ¡Ya no me duele!-
-¿Por qué mami está llorando de nuevo?- Iker preguntó al secarse las lágrimas.
-¡Mami, no llores! Iker seré muy obediente, no lloraré. Mami no llores, ¿de acuerdo? Mami, ¿lloras porque te duele?-
Oscar estaba muy conmovido, nunca había visto a un niño tan cariñoso. Sus ojos se humedecieron y se agachó para abrázales.
Lorenzo negó con el cabeza divertido. -¡Realmente dudo de que eres mi nieto de verdad! Es extraño que incluso tengas las mismas alergias que yo y Oscar.
Tan pronto como sus palabras fueron pronunciadas, se dio cuenta de repente de que estaba mal y le explicó a Laura, -Laura, no me malinterpretes, Oscar no es el tipo de hombre que siembra por todos los lados. Incluso si lo hay, lo arreglaré todo por ti!-
-¡Lorenzo!- la expresión de Laura se sorprendió, pero algunas cosas no se podían decir frente a los niños, aunque las palabras de Lorenzo le dio fuerza. -¿También crees que Iker se parece a Oscar?-
-¡Sí! ¡Y también a la madre de Oscar, especialmente estos ojos!-
Lorenzo le gustaba este niño, siempre conmemoraba a su difunta esposa y en los hermosos años a través de estos ojos.
-¡Quítala, Emma!- dijo Oscar y su corazón está muy nervioso.
Emma se llevó el cilantro y el olor desapareció de la mesa, Lorenzo, Iker y Oscar parecían estar aliviados.
-¡Qué bien! ¡Genial! ¡Por fin no tengo que comer cilantro!- Iker bajó la cabeza y comenzó a comer.
-¡Pero yo quería comérmelo un poco!- Andrés se decepcionó un poco.
-¡Puedes comerlo en la cocina!- dijo Iker. -¡Vuelve cuando hayas terminado!-
Al ver la escena, el sentimiento en el corazón de Laura se hizo cada vez más fuerte. ¡Iker era su hijo, así debe serlo!
Después de comer.
El tiempo transcurría poco a poco, eran las diez de la noche y los niños se iban a dormir.
La noche era espesa como la tinta negra y a Laura le dio un calambre cuando estaba sentada, tuvo que agacharse para frotar la cintura y suspiró frunciendo levemente el ceño. El tiempo de espera para los resultados era muy largo y todavía quedaban dos horas para las 12.
Ella nunca supo que el tiempo era tan largo.
Oscar entró, ella levantó la mirada y le preguntó ansiosamente, -¿Están los resultados?-
-¡Todavía quedan dos horas!- Él también estaba esperando, -Laura, estás muy nerviosa, no te pongas así.-
-Pero de verdad estoy muy nerviosa y mi corazón late con fuerza. Me temo que el resultado no sea como esperaba, ¡tengo miedo!- su corazón latía con fuerza, nunca había estado tan nerviosa en su vida y sus manos estaban entrelazadas.
Oscar la abrazó, -Da igual cómo sea el resultado, él es nuestro hijo. Si de verdad lo es, mejor, de lo contrario, tampoco tienes que desanimarte. Podemos empezar de nuevo la búsqueda.
-¡Vale!- ella asintió.
Sus ojos volvieron a ser brillantes y claros como antes, pero con un poco de tristeza.
Él miró a Laura y sintió un dolor en su corazón como si lo apuñalaban con una aguja. Si no fuera por él, ¿cómo podría perderse el niño? ¿Cómo pudo hacer algo tan cruel de robar al niño? Separar el niño de su madre, era realmente cruel.
Oscar se culpó a sí mismo un rato susurrando al oído de Laura, -¡Lo siento cariño, todo es culpa mía!-
Sus disculpas le dieron ganas de llorar, pero se dio la vuelta y abrazó su cintura, -Está bien, no te culpes. En ese momento no me amabas, era posible pensar en mi punto. Ambos nosotros nunca pensábamos así, todo es el destino.
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