El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 207

Max la soltó y la miró un buen rato hasta cuando ella ya no quería seguir aquí y quiso irse, entonces él dijo firme y seriamente, -Quiero casarme contigo porque me gustas, y gracias por darme un hijo, lamento por no estar a tu lado y hacerte tanto daño. Llevaré mis próximos cincuenta años compensándote y amándote, ¿vale?-

El corazón de Amelia, que al principio estaba muy alerta, se derramó en este momento debido a esta frase. Las lágrimas se estallaron por un instante.

Max volvió a abrazarla y besó inconscientemente su cabello, -Ya hablaremos de esto cuando volvamos a casa, no llores, Zarina todavía está dentro, ¡sólo quiero que sepas que realmente me gustas! No lo dije por capricho, de verdad que siempre te amaré en el futuro.-

Amelia se quedó aturdida, después de tantos años, finalmente llegó este día que tanto esperaba, ¿cómo no iban a fluir sus lágrimas de emoción?

En ese momento, se abrió la puerta de emergencias, el médico se quitó la mascarilla y dijo, -¿Quiénes son los familiares de Zarina?-

-Doctor, ¿cómo está? ¡Soy yo!-

-¿Eres su pariente?-

-¡Soy su marido!- dijo Tomás con firmeza.

-Tiene un peligro de aborto. Afortunadamente, viniste a tiempo y la madre y el niño están a salvo. Debéis tener cuidado en el futuro, que no se retuerza ni se resbale. La placenta todavía no ha crecido bien antes de que el feto sea de tres meses. ¡Deberías cuidarla!-

-¡Sí! ¡Sí!- asintió Tomás emocionado, -¿Puedo ver a mi mujer?-

-¡Vale! Pero no le irrites más.- ordenó el médico, -Han puesto la inyección, al observar por unas horas, si ya no sangra, ¡puede irse a descansar en casa!-

-¡Vale! ¡Gracias doctor!- Tomás asintió emocionado y se apresuró a ver a Zarina emocionadamente. Así que, estaba embarazada de su bebé, de verdad fue demasiado descuidado. No se dio cuenta de que ella estaba tan pálida estos días y tampoco de que estaba embarazada.

La cama fue empujada hacia fuera de la sala de emergencias, Tomás vio a Zarina acostada en la cama y la miró con pesar.

Zarina se sorprendió. Al verlo así, supo que él podría habérselo sabido, -Tú, ¿ya te enteraste?-

Tomás le miró con una expresión complicada, si no fuera por el accidente ¿ella nunca le diría?

Max y Amelia también se apresuraron a acercarse. Amelia la miró y preguntó ansiosamente, -¿Te encuentras bien?-

-¡Todo bien!- los ojos de Zarina estaban enrojecidos, -¡Afortunadamente, todo bien!-

Después de entrar en la habitación, los ojos de Zarina estaban enrojecidos y las lágrimas fluían incontrolablemente.

-Zarina, no llores.-Tomás extendió la mano para acariciar su carita y le limpió las lágrimas, -El doctor dijo que no puedes emocionarte, existe el peligro de aborto, tienes que estar tranquila y ¡no estar tan emocionada!-

Zarina obedientemente quiso dejar de llorar, pero su insoportable tristeza la hacía sollozar, las lágrimas derramaron de nuevo llorando tristemente. Esto hizo que Tomás se sintiera más ansioso y angustiado. -Yo tengo toda la culpa, ¡tengo la culpa por no saberlo antes!-

Max al verlos así, sacó a Amelia en silencio, dejando espacio para ellos dos.

-¡Qué pasa si lo sabes, este niño es mío y no tiene nada que ver contigo! ¡No quiero que seas responsable, yo misma criaré a mi hijo!- gritó Zarina.

Tomás de repente se culpó a sí mismo, -Zarina, el doctor dijo que no puedes emocionarte, ¡dañarás al bebé si lloras así!-

No podía esperar para imaginar con la apariencia de la niña, con la esperanza de que sería tan hermosa y linda como Zarina, preferiblemente una hija, debería ser muy linda.

-Solo te importa el niño, de todos modos, no me importa, ¡este niño es mío!-

-¡Vale! ¡Es tuyo y mío!- la persuadió.

-¡No es tuyo!- se sollozó dolorosamente. Se sentó y se arrojó en sus brazos, llorando y preguntando, -¡Tú no me quieres! Pero aún así me gustas mucho, ¿qué debo hacer? ¿No te gusto? ¡No quiero casarme contigo, no!-

Tomás se culpó y la abrazó diciéndola, -¿Quién dijo que no me gustas?-

Sabía en su corazón que sólo le “gustaba”, no era “amaba”, pero igualmente se sintió muy humilde y feliz. Detuvo sus lágrimas y sollozaba.

Tomás suspiró, abrazándola así, el sufrimiento y la espera de estos días parece haber desvanecido.

-Zarina, cásate conmigo, ¡casémonos!-

Había pensado en ello, las personas no siempre tenían vivir en el pasado y deberían apreciar a las personas que tienen frente a ellas y también a las personas que las rodean. Zarina era realmente una buena chica, no podía fallarla.

Fuera de la sala.

Amelia y Max estaban afuera mirando a las dos personas abrazándose en la habitación,

-¿Se reconciliaron así?-

-¡Amelia, reconciliemos nosotros también! ¡Te amaré por toda la vida!- dijo aprovechando la situación.

Amelia frunció los labios. -¡Imposible!-

-¿Por qué?-

-Sin razón.-

-¡Entonces reconciliemos!-

-¡No!-

Sala de estar de la Casa Rasgado..

Lorenzo volvió a llevar a Iker a jugar al golf, Andrés estaba viendo la tele con Laura, para ser preciso, Laura estaba con él.

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