En la puerta del dormitorio, las dos manos pequeñas y gordas de Iker se aferraron a la puerta de la habitación, se asomó y mirando fijamente en la dirección donde estaba Oscar, sus grandes ojos estaban llenos de curiosidad.
-Papá, ¿volviste a maltratar a mamá? -
Iker corrió hacia él y se paró frente a la cama con Oscar, mirando con curiosidad a Laura, que estaba tan cansada que se había quedado dormida.
Cuando regresaba después de jugar al ajedrez con su abuelo hace un momento, ya lo había escuchado, que papá estaba volviendo a maltratar a mamá.
Siempre era así, realmente no entendía, ¿Papá no amaba mucho a mamá? Entonces, ¿por qué papá no paraba aunque mamá ya estaba llorando tanto?
Seguramente Mamá estaba muy incómoda con el maltrato de papá, ¿pero por qué mamá nunca se enojó con papá por eso? Si fuera él maltratado por papá así, definitivamente se enfadaría.
Oscar no entendió lo que pensaba Iker, se quedó atónito por un momento antes de darse cuenta de lo que estaba hablando su hijo.
En ese momento, incluso si era tan descarado como Oscar, no pudo evitar sentirse avergonzado.
-Nada, papá y mamá estamos haciendo un juego, pero no he maltratado a mamá.-
Oscar organizó cuidadosamente sus palabras, mientras se quedó pensando en cómo podía explicárselo para verse menos inadecuado para los niños, levantó la mano y frotó fuertemente el pelo desgreñado de Iker.
-Si papá gana este juego, mamá tendrá un nuevo bebé, y en ese momento, Iker tendrá una linda hermanita, ¿Iker, no la deseas?-
¿Una hermana menor?
Al escuchar esto, sus ojos se iluminaron, levantó la cabeza y miró a Oscar expectante, -¿En serio? Siempre que papá y mamá hagan el juego y cuando papá gane, podré tener una linda y encantadora hermana?-
-Por supuesto.-
Oscar sonrió cariñosamente, su corazón se hizo un poco más suave, Oscar siempre había tenido grandes expectativas para este niño que nunca había crecido cerca de él, pero que era demasiado parecido a él, incluso a veces, por gustarle demasiado este niño, no sabía cómo llevarse bien con él.
-Resulta ser así.-
Iker asintió vigorosamente, parecía haber creído las palabras de Oscar, pero pronto volvió a levantar la cabeza, mirándolo expectante.
-Entonces papá, si me uno también al juego, ¿mamá perderá más rápido? De esta manera, puedo tener mi propia hermanita lo antes posible.-
La expresión de Oscar se quedó estancada cuando Iker le preguntó, enarcó las comisuras de la boca y de repente sintió como si levantara una piedra sólo para dejarla caer sobre sus propios pies.
Pero frente a la mirada inocente de Iker, Oscar de repente no supo qué decir y, tras un largo tiempo de relajación, volvió a hablar.
-Iker, papá te dice que, de hecho, este juego sólo se puede hacer entre marido y mujer. Por ejemplo, papá y mamá son marido y mujer, así que lo podemos hacer, y Iker es nuestro hijo, por lo que no puedes unirte con nosotros, pero cuando Iker sea mayor, podrás hacer este juego con tu propia esposa.-
-Bueno.-
Iker puso un dedo delante de sus labios, parpadeó y asintió aparentemente, indicando que lo sabía.
-Vale.-
Iker levantó la cabeza y miró a Laura afectuosamente, quien seguía acostada en la cama y sin darse cuenta de lo que pasaba frente a ella, torció su cuerpo, dio la vuelta y salió del dormitorio.
-Papá y mamá tienen que trabajar duro, realmente espero que mi hermana pueda venir a nuestra casa pronto.-
Oscar se rio levemente y miró cariñosamente a Iker saliendo del dormitorio.
-Cariño, te prometo que no lo haré la próxima vez, ¿vale?-
-¿De verdad?-
Laura volvió la cabeza, todavía estaba un poco molesta.
-Claro que es cierto.-
Oscar asintió y rápidamente le prometió a Laura, -Laura, no te preocupes, la próxima vez respetaré tu opinión.-
Por supuesto, cuando no estaban en la cama.
Oscar admitió que no era una persona que se interesaba mucho en disfrutar, pero cada vez que se enfrentaba a Laura, no podía controlar el deseo que surgía constantemente en su corazón. Esta mujer era como un veneno, que le daba ganas de acercarse, y nunca podía dejarla.
Pensando en esto, Oscar bajó la cabeza y su mirada profunda posó otra vez sobre los hombros blancos y desnudos de Laura, su mirada se volvió cada vez más impredecible.
-Iker dijo, desea que le demos una hermanita, Laura, ¿qué te parece si cumplimos este pequeño deseo de Iker?-
-¿Qué vas a hacer?-
Los ojos de Laura se agrandaron, inconscientemente apretó el edredón que cubría su cuerpo, miró al hombre a su lado con cautela y dio un paso atrás.
-Oscar, dijiste claramente que no me tocarías esta noche, no puedes faltar a tu promesa.-
Oscar realmente no planeaba hacer algo con Laura esta noche.
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