El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 249

Con el violento impacto del arroz congee de antes, Laura en realidad ya no tenía esperanzas en la cocina de Oscar. Miró los huevos fritos y el tocino que estaban delante de ella. Esta vez ya no fue tan decidida como antes, sino que estaba más dudosa.

Aunque este plato no tenía muy buena pinta, tampoco era muy difícil de hacer, solo era freírlo, y luego añadirle algunos condimentos. Parecía que se le había añadido pimienta negra y hojas de perilla. No debería estar tan malo, al fin y al cabo, eran huevos y tocino.

Después de que Laura se hubiese preparado mentalmente, volvió a coger el tenedor, pinchó un bocado del huevo y después de tragarlo, su expresión se relajó mucho, estaba bien.

En cuanto al tocino, aunque no estaba muy cocido, se podía comer. Aunque no sabía si le iba a hacer algo al estómago después de comer comida cruda.

-¿Qué te parece?-

Oscar miró a Laura con entusiasmo hasta que finalizó de comer, y luego inmediatamente empujó la ensalada hacia ella,

-Laura, y esto también, le quité la línea a las gambas.-

Laura comió simbólicamente dos bocados de ensalada y luego dejó el tenedor. Apartó el plato a un lado, realmente no quería seguir viendo esa comida que no tenía muy buena pinta.

-Mi Oscar es genial, cocinas tan bien por primera vez..-

Oscar enarcó las cejas. No esperaba obtener tantas ganancias inesperadas, solo era un desayuno de disculpa. Le había dado un poco de subidón por tantos elogios y se llevó el dedo a la mejilla.

-¿No debería mi esposa darme alguna recompensa por el desayuno tan perfecto que te ha hecho tu marido?-

Laura se echó a reír, estaba a punto de quejarse de cómo Oscar se parecía cada vez más a un niño cuando su mirada se posó sobre los dedos de Oscar, y de inmediato se enfocó allí, frunció los labios y miró fijamente a las ampollas de la mano del hombre.

Al observar el tamaño y la apariencia de las ampollas, era obvio que se había quemado cuando estaba haciendo el desayuno, pero este hombre tonto vino esta mañana temprano para tontear con ella. Si no hubiera sido por su pequeña payasada, ella nunca se habría dado cuenta de que se había lesionado.

-Tu mano…-

Laura frunció el ceño, tomó la mano del hombre con cuidado, la colocó frente a ella y la sopló dos veces y no pudo evitar quejarse,

-¿Por qué eres tan descuidado? Y, ¿por qué no te pones ninguna crema si estás lesionado, en vez de estar haciendo el payaso conmigo?-

-¿Qué?-

Oscar se dio cuenta de que su mano estaba herida cuando Laura se lo recordó, sonrió levemente e iba a decir que estaba bien, que solo era una pequeña herida.

Pero al notar la mirada preocupada de Laura, Oscar le ocurrió una idea y rápidamente reaccionó, con una cara de pena, acercó sus dedos a Laura.

-Sí, me duele mucho, mucho. Me quemé varias veces esta mañana para preparar el desayuno a mi querida esposa, pero nada de esto importa. Solo con que lo soples un poco basta. Después de que la herida haya sanado, continuaré haciéndote desayunos.-

-No es necesario.

Laura soltó de su boca inconscientemente unas palabras de rechazo, pero pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo, tosió incómodamente, y luego dijo,

-Cocinar es un trabajo arduo, así que déjaselo a Emma. Que tengas la sinceridad ya es suficiente, Oscar.-

En ese momento, la puerta del dormitorio se abrió repentinamente de nuevo y, desde fuera, apareció una pequeña cabeza peluda, era Iker.

Iker se apoyó en la puerta del dormitorio con ambas manos, sus grandes ojos negros no paraban de moverse de un lado a otro con una mirada de picardía.

-Papi, mami, vergüenza de vosotros. Ya ha pasado mucho tiempo, papá y mamá aún no han terminado de desayunar.-

-¿Iker?-

No se sabía cuántas veces su propio hijo había pillado a Oscar teniendo un momento de intimidad con su esposa, así que no le importó mucho. Cogió al niño en brazos hasta la cabecera de la cama con una expresión inalterada, y llevó la bandeja a la mesilla de la cama.

Sin embargo, Laura no estaba tan indiferente, sus mejillas no pudieron evitar sonrojarse, su mirada parpadeaba y su expresión era algo antinatural.

Iker estiró sus dos manos cortas y rodeó el brazo de Laura fuertemente, con una expresión seria en su rostro.

-Mami, no te dejes engañar por papi. Es un hombre ya muy mayor, y sigue queriendo que le soples la herida. Es un sinvergüenza, ni Iker hace eso ya.-

Cuando Iker dijo esto, aunque Oscar no tenía reaccionó, Laura se mostró aún más vergonzosa y se quedó titubeando durante un buen rato, no sabía qué decirle a su hijo.

Fue Oscar quien ya no pudo seguir viéndolo, y ayudó a Laura a salir de esta situación.

-Iker, ¿has terminado tu tarea de hoy?-

-Ah, sí.-

La carita de Iker se alargó. La cara entera se arrugó por las palabras de Oscar. Hoy el profesor había llegado al cálculo infinitesimal, pero el cálculo infinitesimal todavía era un poco difícil. Aún no lo había entendido muy bien, así que no había tenido tiempo de hacer los deberes.

-Entonces papá, mamá, seguid haciendo lo vuestro. Iker voy a hacer mi tarea primero.-

Después de que Iker terminó de hablar, bajó la cabeza y salió de la habitación de los dos con un rostro frustrado.

Después de liberarse finalmente de Iker, Laura no pudo evitar soltar un suspiro de alivio, pero a la vez que se sintió aliviada, no pudo evitar mirar al culpable del incidente.

-Todo es culpa tuya. Por qué le enseñas cosas raras a Iker normalmente.-

Oscar también se sintió muy inocente, -¿Acaso no es por tus genes que el chico sea inteligente y sepa tanto? ¿Qué tengo que ver yo en esto?-

Cuando Laura escuchó esto, no pudo evitar mirar a Oscar nuevamente.

-Chitón.-

Las dos personas charlaron por un rato más antes de que Laura se levantase, ella encendió el teléfono y vio a primera vista el mensaje que Teresa le había enviado.

-Laura, ¿tienes tiempo? Quiero hablar contigo.-

En ese momento, Teresa estaba sentada sola en la esquina de un restaurante de comida rápida, sosteniendo una analítica en su mano, parecía aturdida.

¿Cómo era posible?

Ella y Milagros solo lo hicieron una vez esa noche, cómo podía ser tanta casualidad que se había quedado embarazada en este momento.

Al pensar en esto, Teresa no pudo evitar apretar los dedos, y la analítica que tenía en la mano también se arrugó.

Recordando todo lo había sucedido durante este tiempo, Teresa apretó las comisuras de los labios, y la mano libre tocó inconscientemente su vientre que todavía estaba plano, la tristeza de sus ojos estaba a punto de desbordar.

“Bebé, no es que mamá no te quiera, es solo que has venido en el momento equivocado.”

Fue también en este momento cuando Teresa de repente se dio cuenta de que no tenía el coraje que tuvo Laura antes, que después del incidente dio a luz al niño y lo crió de forma independiente

Ahora cada vez que Teresa pensaba en lo que pasaría en el futuro, le escocían los ojos, y grandes gotas de lágrimas cayeron, gotearon sobre la analítica.

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