El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 248

Sin darse cuenta, Laura cayó directamente al suelo, al ver que su cabeza estaba a punto de golpear la esquina afilada de la mesita de noche. Unas manos grandes la agarraron a tiempo.

Oscar entró desde fuera cargando la bandeja, notó los movimientos de Laura nada más entrar al dormitorio. Se sorprendió, colocó la bandeja en el armario y dio unos pasos rápido para salvar a la mujercita antes de que se cayera.

-¿Por qué eres tan descuidada?-

Oscar apretó el brazo de Laura con su mano grande y la volvió a dejar en la cama con miedo. Mientras la regañaba, miraba pensativo la mesita de noche angular.

“Tal vez debería cambiar este mueble por otro más redondo con un envoltorio blando.”

-Basta.-

Las mejillas de Laura se sonrojaron de vergüenza. Ya estaba muy avergonzada al principio, pero le molestó más aún que le viera en directo una y otra vez de esta manera.

-¿De qué te importo? Me encuentro así por tu culpa. No necesito tus lágrimas de cocodrilo.-

Oscar estaba atónito por la crítica ocasional de Laura, pero reaccionó rápidamente. Ella estaba discutiendo consigo mismo y subconscientemente recordó todo lo que sucedió anoche.

Casi al instante, Oscar sintió algo implusivo en cuerpo..

Evidentemente, Laura que estaba fijamente abrazada, también sintió su reacción. En poco tiempo, sus mejillas se pusieron aún más rojas. Laura levantó la mano y empujó fuerte a Oscar, dijo exasperada,

-Oscar, ¿puedes pensar algo más aparte de hacer el amor?-

-Por supuesto.-

Oscar sonrió en voz baja, ignoraba el comportamiento irritado de Laura, el cual le parecía maullidos de gatito. La sostuvo en sus brazos a la fuerza, sus manos grandes peinaban con caricias su cabello una y otra vez, como si estuviera acariciando algún tesoro.

-Fue mi culpa ayer, estaba demasiado emocionado y no había cuidado tus sentimientos.-

Oscar terminó de hablar y soltó a Laura, se puso de pie y caminó hacia el armario. Cogió la bandeja y puso el desayuno delante de Laura antes de volver a hablar.

-Laura, lo de ayer fui llevado por las emociones. Debes tener hambre después de todo eso. Hice este desayuno especialmente para ti, come algo.-

Laura se sorprendió por todo ese desayuno bien colocado delante suya y se conmovió por un momento. Pero reaccionó rápido girando la cabeza para no ver al hombre y murmuró.

-No tengo hambre, no quiero comer lo que has cocinado tú.-

Sin embargo, tan pronto como Laura terminó de decir eso, su estómago empezó a sonar desvergonzadamente.

-Gurú— Gurú—-

Aunque el sonido no era fuerte, era particularmente cantoso en una habitación silenciosa.

Oscar también se aturdió, luego bajó la cabeza y se burló ella sin poder evitar su risa.

-¡Oye!-

Las mejillas de Laura se sonrojaron, miró a Oscar con amargura y dijo, -¿De qué te estás riendo? ¿Qué es tan gracioso?-

-Sí, sí, claro que no hay nada gracioso.-

Oscar terminó de hablar, vio las mejillas de Laura estallar en rojo, eran muy lindas. No quería dejar de burlarla, pero temía que pasaba su límite de ira. Entonces, solo contestó insatisfecho,

-¿Había algún sonido hace un instante? No escuché nada, vaya, ya sé, soy yo, que tenía hambre porque había estado ocupado toda la mañana y aún no había comido.

Al escuchar las palabras de Oscar, Laura sintió otra conmoción en su corazón. Sus ojos se cerraron y sus pestañas espesas y rizadas temblaron levemente. Las palabras del hombre simplemente cayeron en su corazón como una hoja al lago, creando innumerables ondas.

-¿Has estado ocupado toda la mañana?-

Laura levantó la cabeza para mirar a Oscar y no le importaba nada más, una mirada angustiada brilló en sus ojos rápidamente,

-Qué tipo, ¿por qué no sabes comer primero?

Oscar solo pretendía hacer una pequeña interrupción, pero no esperaba recibir este resultado milagroso. Después de sentir su cambio en la actitud, inmediatamente fingió para dar pena y ganar su simpatía.

-Perdóname Laura, sé que estaba equivocado, pero créeme solo había incluido tu libro en la recomendación de la página de inicio. En cuanto al hecho de que tanta gente hayan prestado atención, era completamente por la buena calidad de tu libro. No hice nada más a tus espaldas.-

Hablando del libro, Laura recordó inevitablemente los comentarios y mensajes que había visto anoche.

No pudo evitar sostenerse del borde de la bandeja, su estado de ánimo relajado se volvió a bajar rápidamente.

-Lo sé, no tienes la culpa de este asunto, pero esa persona tenía razón. Ees hombre no ha sido recomendada en la página de inicio después de estar tanto tiempo escribiendo. Aunque mi libro sea bueno, entré por enchufe.

-No digas eso.-

Oscar no esperaba que después de su consuelo, Laura siguiera triste por esas cosas. Sin que Laura pudiese ver, su mirada fue fría por un instante, pero pronto el hombre alivió sus emociones. Su rabillo del ojo barrió sobre la bandeja del desayuno y sonrió de nuevo.

-Laura, no lo pienses tanto, come primero. Este es tu desayuno especial preparado por tu querido esposo. Si no lo comes ahora, se enfriará.-

-Vale.-

Laura asintió obedientemente y empujó el arroz congee de carne picada con huevo en conserva hacia Oscar,

-Come también, ¿no has comido tampoco?-

Oscar negó con la cabeza, su voz suavizó más aún.

-No. Lo hice para ti, quiero verte comer.-

Laura no tuvo más remedio que tomar la iniciativa y levantó la cuchara para probar el arroz congee de carne picada con huevo en conserva que tenía la temperatura adecuada.

Sin embargo, en el momento en que el arroz congee entró en su boca, la sonrisa de Laura se estancó por un momento. El olor de la carne sin tratar y el olor original de huevo en conserva se entrelazaron en la boca, además el arroz congee no tenía nada de sabor, le daba ganas de vomitar.

Pero pronto, Laura lo tragó como si nada y cuando volvió a levantar la vista, se encontró con la mirada expectante de Oscar y de repente sacó una sonrisa.

-¿Es la primera vez que cocinas? No esperaba que mi esposo tuviera este talento.-

-¿De verdad?-

Oscar parecía un gatito elogiado, su mirada lucía por la expectación. Rápidamente, empujó el plato con huevos fritos y tocino hacia Laura, haciéndole señales para que comiera huevos fritos y tocino.

-Laura, prueba esto.-