El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 265

Pensando distraídamente sobre cómo iba a lidiar con las consecuencias de este asunto, ignoró por completo lo que dijo Rigoberto.

Rigoberto dijo mucho de sus pensamientos por su cuenta, pero no recibió ninguna respuesta en todo ese tiempo. Frunció el ceño y de repente estaba un poco enfadado.

-¿Bianca, Bianca?

-¿Qué? ¿Qué?

Bianca estaba atónita y miró a Rigoberto sin entender por qué le llamaba en ese momento.

Al ver que Bianca no escuchó realmente lo que dijo, Rigoberto frunció aún más el cejo. Su mal humor debido a que Laura valoraba a Valeria se puso peor.

-¿Qué te pasa, no tienes cerebro? Estuve hablando durante tanto tiempo, y no escuchaste ni siquiera una palabra. ¿Así es como trabajas de ayudante?

Bianca estaba estupefacta por el sermón de Rigoberto. Recordó que desde que empezó a trabajar, nadie se había atrevido a regañarle así, por lo que sintió de agravio. Pero ese sentimiento duró poco, se mordió los labios con fuerza y sus ojos se enrojecieron, se disculpó con Rigoberto con sinceridad.

-Lo siento, Señor Rigoberto. No lo hice a propósito. Es mi culpa, y estoy realmente avergonzada de que usted tenga que repetirlo.-

Aunque la habilidad de Bianca no era buena, a fin de cuentas, se podía considerar una chica guapa. Por muy enfadado que estuviera Rigoberto, tampoco podía desahogarlo ahora, ya que la chica estaba disculpándose con él mientras lloraba.

-Olvídalo.

Rigoberto hizo un gesto con la mano.

-Esta es la última vez, que no se vuelva a ocurrirlo. Ya que la jefa nos ha pedido que investigásemos el objetivo del rival, vente conmigo después a su empresa. Hablemos con ellos detalladamente sobre este problema.

-¿A la empresa rival?

La sonrisa del rostro de Bianca se congeló.

-Sí -asintió Rigoberto y se volvió para mirar a Bianca. Al ver no parecía estar muy dispuesta, volvió a fruncir el ceño, -¿Por qué, tienes algún problema?-

-No, no, no tengo ningún problema.-

Aunque Rigoberto era un engreído y no se llevaba bien con Valeria, eso no significaba que no supiera lo que estaba bien y lo que no. Si supiera que realmente había plagiado, y por eso les había causado este problema, definitivamente no sería misericordioso. Y tal vez haría que lo supiera toda la empresa.

Al pensar en esto, Bianca tensó inconscientemente sus dedos, apretó los labios y empezó a pensar rápidamente. Finalmente volvió a hablar.

-No me refiero a eso. Me refiero a que acabábamos de discutir con ellos, y estos nos acababan de demandar. Si simplemente vamos así, ¿realmente no pensarán que les estamos provocando a propósito?-

Rigoberto se detuvo, pensó que lo que dijo Bianca parecía tener algo de razón y giró la cabeza para mirarla.

-Pareces tener razón, entonces, ¿qué piensas hacer?

La mirada de Bianca brilló un par de veces, ya tenía una contramedida planeada.

-¿Qué le parece esto, Señor Rigoberto? Primero concertaré una cita con ellos y luego les explicaré la situación. Seguro que lo entenderán y nos perdonarán. Luego aprovecharé la oportunidad para hacerles hablar y que admitan que todo esto lo habían falseado para su propio beneficio. Grabaré toda la conversación con una grabadora de voz. Y una vez que subamos el audio a internet, estará aclarado todo, ¿no?

El método era relativamente simple y efectivo, pero parecía haber algo raro.

Rigoberto frunció el ceño y lo pensó detenidamente. Parecía que este método era de hecho el más simple y directo. Aunque la grabación no era algo glorioso, en la competencia del mercado, si el rival no había jugado limpio, él tampoco necesitaba adherirse a las reglas de la competencia y actuar rigurosamente según las normas.

-Está bien, primero averigua qué piensan hacer. Yo voy a ver qué más quiere hacer Valeria.

Aunque estuvo de acuerdo, Rigoberto no pensó que Bianca realmente pudiera tener la habilidad de sacarles información. Por lo que lo dijo por decir. Si consiguiese repugnar a Valeria, mejor, y si no, no pasaba tampoco nada.

Después de que los dos se separasen, Bianca fue de verdad a la empresa que les demandó.

-Hola, soy empleada de Revista LR. Quisiera hablar con su jefe acerca de la demanda de plagio a nuestra revista por parte de su empresa.

Esta vez, la empresa que demandó a la revista de Laura era una revista bien calificada de la industria, Revista CRoad.

El dueño de Revista CRoad era un japonés, Ichiro Matsuda y era un vivo ejemplo de la rigurosidad de los japoneses.

La recepcionista no estaba al tanto del conflicto entre las dos revistas. Miró a Bianca. En una situación tan formal, ella solo llevaba un moño y vestía una camiseta blanca informal con un par de pantalones cortos negros, ni siquiera se había maquillado.

Este tipo de vestimenta no cumplía en absoluto con la etiqueta de vestimenta para las negociaciones comerciales. La recepcionista no pudo evitar fruncir el ceño solo con mirarla.

-Está bien, ¿tiene cita?-

Bianca estaba atónita.

-¿Qué cita? Estoy aquí en representación de nuestra jefa para hablar con su jefe sobre un asunto bastante importante para las dos empresas. Por favor, comuníqueselo a su jefe, de forma que no se retrase el avance del trabajo de las dos revistas. Su jefe tiene algunos malentendidos sobre nuestra revista, así que...

Sin esperar a que Bianca terminase su largo discurso, la recepcionista examinó una vez más a Bianca y luego la interrumpió de manera muy descortés.

-Entonces, habiendo dicho tanto, en realidad no tiene cita, ¿verdad?

Bianca quería explicar más, pero la recepcionista no la respondió en absoluto, solo preguntó repetidamente si había concertado una cita con anticipación.

Bianca estaba ansiosa, no entendía por qué una simple recepcionista la obstaculizaba una y otra vez siendo esto una cosa tan importante.

-Sí, no hice una cita con anticipación, pero este asunto es realmente importante y tiene una gran influencia en nuestras revistas. Su empresa nos ha emitido una citación judicial sin motivo alguno. Debe de tener pruebas, ¿no? Además, si hay algo, ¿por qué no podía haberlo negociado con nosotros en privado por adelantado? Su empresa se ha pasado yendo directamente por la vía legal.

La recepcionista no se preocupaba por estas cosas, solo era responsable de una cosa, y era hacer bien su propio trabajo.

Por lo tanto, después de escuchar las palabras de Bianca, la recepcionista asintió con indiferencia, -Está bien, lo sé, eso significa que no tiene cita.

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