El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 267

-¿Qué has dicho?-

Los ojos de Bianca se abrieron por la sorpresa, se levantó del asiento y miró a Ichiro con incredulidad, como si no pudiera creer lo que había dicho.

-¿Lo dice en serio?-

-Por supuesto.-

La expresión de Ichiro era calmada, -¿Tu jefe te envió sin siquiera explicarte una cosa tan simple? Además… -

Ichiro dejó el café y sus ojos se posaron en la camiseta blanca de Bianca.

-¿Nadie te ha enseñado cuáles son la etiqueta sobre la mesa y la etiqueta de vestimenta en las negociaciones comerciales? Me resulta difícil de creer en la intención de reconciliación de tu empresa, dado a que han enviado a una empleada tan maleducada como tú para hablar conmigo.-

Ichiro miró directamente a los ojos de Bianca, levantó sus manos y empujó con elegancia sus gafas de marco dorado.

-Tu nombre es Bianca, ¿no? Un nombre muy dulce, pero plagias a otras personas, usas ilustraciones de otras personas con fines comerciales sin autorización y encima tratas de desviar la atención después. En todo tu discurso, intentas echarme la culpa a mí. Ninguno de estos comportamientos concuerda con tu nombre. Todo lo que hizo era feo y repugnante. No sé por qué tu jefa te ha contratado.

Cuando terminó de hablar, Ichiro se levantó y se marchó, sin volver a mirar a Bianca.

Bianca bajó la cabeza, pensando en las palabras de Ichiro.

Nunca pensó que él ya lo sabía todo, no solo sabía que ella era la plagiadora, sino que también se lo había dicho a Laura.

Pero, Laura no dijo nada en la reunión de hoy, como si no supiera nada. Laura sabía la verdad del asunto, pero no le revelaba.

Bianca no pudo evitar sujetar con mayor fuerza el vaso. Estaba avergonzada y enojada. Laura lo sabía todo, pero seguía viéndola esforzarse para ocultar.

¡Claramente lo había hecho a propósito!

¡Solo quería humillarla!

Si Laura ya lo sabía, ¿qué había de los demás?

Bianca casi no pudo sostener el vaso de su mano, estaba temblando. Sabían los demás o no la verdad. Si tanto Valeria como Rigoberto sabían la verdad, pero entonces...

Bianca cerró los ojos, tenía la cabeza hecho un lío, estaba tan nerviosa que al levantarse tiró la silla consigo.

Justo cuando Bianca estaba a punto de salir del café, el camarero de la planta baja apareció de repente en la puerta y la detuvo.

-Lo siento, señorita. Cuando el caballero se fue hace un momento, dijo que usted pagaría la cuenta. ¿ en efectivo o con tarjeta?-

-¿Qué?-

Los ojos de Bianca se abrieron por la sorpresa. No podía creer lo que había dicho el camarero. ¿Cómo tenía la vergüenza para dejarla pagar la cuenta, siendo él un jefe tan exitoso y encima un hombre?

-Pero no pedí nada.-

-Es cierto, solo pediste un vaso de agua.-

El camarero asintió, sonrió y siguió diciendo.

-Pero el señor, también pidió una porción de tarta de selva negra, una taza de café de gato civeta y un helado de leche entera, con ello alcanzó el estándar de consumo mínimo para el salón privado de nuestro café. Dijo que le invitó usted, pagaría la cuenta. Señorita, efectivo o tarjeta.-

Después de que el camarero se lo explicó pacientemente, volvió a hacer la pregunta del principio. Después de preguntarla, al ver que Bianca parecía distraída y aturdida, se le congeló la sonrisa de nuevo. Esta mujer no quería a pagar, ¿verdad?

-¿Señorita?-

-Bueno. En efectivo.-

Bianca volvió en sí, y al ver que muchas personas del café la estaban mirando, de repente sintió que le ardían las mejillas. Hoy debía de ser su día de mala suerte, y por eso le habían pasado las cosas más inexplicables.

-Bien.-

Mientras pagase la cuenta, la actitud del camarero seguía siendo muy buena, asintió y mostró una sonrisa decente nuevamente, y le entregó la cuenta a Bianca.

-Es un total de 138,8 euros.-

-¿Qué?-

La voz de Bianca se elevó de repente, apenas podía creer en lo que había escuchado,

-¿Vuestro café está hecho de oro? ¿Por qué es tan caro?

-Señorita.-

El camarero se sorprendió por el repentino grito de Bianca, se dio la vuelta, casi no podía mantener la sonrisa de su rostro.

-Los precios de nuestros cafés son muy claros, y el café de gato civeta utiliza los mejores materiales, al igual que las tartas de selva negra y el helado de leche entera, sin mencionar que el servicio y el ambiente también son características importantes de nuestro café. El precio lo conoce desde que hizo el pedido, por lo que no le estamos chantajeando o cobrando de más.-

Bianca sacó el dinero de la billetera, no tenía muy buena cara. No esperaba que un día fuera a ser sermoneada por un camarero.

-Pagaré.-

Después de hablar, Bianca le entregó una pila de billetes al camarero, se sentía muy deprimida. Después de esto, tendría que comer fideos instantáneos nuevamente durante los próximos dos meses.

Al pensar en esto, Bianca no pudo evitar quejarse una vez más de Ichiro. Por muy guapo y muy exitoso que fuera, pero era un hombre maleducado.

Dos días después del incidente, Bianca seguía sin confesar sus errores a Laura, quien se sintió bastante decepcionada y ordenó a Valeria que siguiera con el plan original.

Sin embargo, antes de que Valeria tuviera tiempo de anunciar los resultados de su investigación, se sintió abrumada por la nueva ronda de problemas.

Aunque Laura y otros habían hecho todo lo posible para encontrar una solución y reprimir los rumores, la noticia sobre el plagio de la última edición de Revista LR se había expandido gradualmente y se enteraron muchos lectores.

Algunos lectores incluso bloquearon la puerta de la revista con revistas, exigiendo un reembolso.

-Jefa, ¿qué hacemos ahora? ¿De verdad vamos a reembolsarles el dinero?-

Valeria tampoco se lo esperaba, si antes no pasaba nada, ¿cómo podía ser que en solo dos días, todas estas personas clamaban que iban a dejar de suscribirse a la revista?

¿Quién diablos filtró la noticia de la disputa?

Laura estaba de pie en la planta de arriba, mirando al grupo de lectores del piso de abajo, que sostenían una revista cada uno y se estaban apiñando hacia la entrada de la revista eufóricos, para pedirle una supuesta explicación. De repente sintió un terrible dolor de cabeza.