El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 277

Pronto, Valeria regresó a la empresa y volvió a emitir una declaración en nombre de Laura.

Tan pronto como se emitió esta declaración, recibió al instante muchas respuestas.

-Ya os lo decía, que no había plagio en el contenido de esta revista. Pero no me creías.-

-También hay que tener mala suerte para tener una empleada así. Solamente por ella, ha causado problemas a toda la entrevista. Qué mala suerte.-

-Los de arriba que decís que el problema es de la empleada. ¿Acaso no tenéis cerebro? ¿Cómo iba una revista tan grande a confiar un asunto tan importante a una pequeña empleada? Obviamente la han cargado la culpa. De lo contrario, ¿por qué Revista CRoad no ha hecho ninguna declaración después de haber pasado tanto tiempo desde que se publicó esta explicación? Obviamente están insatisfechos con esta excusa.-

Aunque las reseñas en Internet eran diferentes, no había nadie más que insistieran en darse de baja de la revista. Laura estaba mucho más aliviada.

Después de que Valeria regresó, hizo un informe basándose en el contenido que le mandó Oscar y se lo llevó a Laura.

-Jefa, la situación no es buena. Fui a Revista CRoad con Bianca, pero la seguridad de allí ni siquiera nos dejó entrar. Obviamente, el señor Ichiro no acepta nuestras disculpas, y en el proceso, también me enteré de algunas cosas. Por favor échale un vistazo.-

Después de que Valeria terminase de hablar, le pasó la carpeta que tenía en la mano a Laura.

Laura tomó la carpeta, la abrió y la miró con atención. Durante este tiempo, Valeria permaneció en silencio.

Media hora después, Laura cerró la carpeta con una expresión muy seria, -¿Todo esto es cierto?-

Valeriaasintió, no tenía mejor humor que Laura. Ninguno de ellos esperaba que una persona sin importancia como Bianca, pudiera causar un problema tan grande a la empresa.

-El incidente de los lectores de ese día se debió a que Bianca fue en privado buscar al señor Ichiro. No sé lo que le dijo al señor Ichiro, pero definitivamente le enojó. Por eso nos provocó ese problema, tenía intención de darnos una lección.-

-Ya veo.-

Laura se apoyó en el respaldo de su silla con dolor de cabeza y cerró los ojos. De todos modos,Revista LR hizo mal en este asunto. Aunque todo el incidente fue causado por Bianca, no podían negar que también era porque no lo habían detectado a tiempo.

-Déjame el asunto de disculparme con Ichiro. No os preocupéis más por eso. ¿No tenéis que prepararos para próximo número de la revista? Esta vez no puede haber errores, ¿entendido?-

-No se preocupe, jefa.-

Después de que Valeria terminase de hablar, salió de la oficina.

Laura era la única que quedaba de nuevo en toda la oficina. Encendió el ordenador y se conectó al sitio web donde publicaba su novela. Miró los datos y comentarios de su novela por un tiempo, y luego empezó a escribir.

Pronto, llegó la retroalimentación del área de comentarios.

-Dios mío, acabo de iniciar sesión en este sitio web y vi a la autora agregar actualizaciones. ¡Ánimo, autora!-

-Este libro es súper bueno, que siga escribiendo la autora por favor.-

Hasta ahora, el libro de Laura tenía ya casi 300.000 palabras y justo cuando estaba a punto de desconectarse, un mensaje privado saltó repentinamente a la ventana de su ordenador.

-Hola, señorita Laura, soy el productor de Entretenimiento Estrella. Estoy muy interesado en su novela, por lo que nuestra empresa quiere comprar los derechos de autor de su novela y convertirla en una serie de TV. ¿Puede darme su contacto si es posible, para hablar con usted sobre los detalles del contenido en privado?-

Laura se quedó atónita, como si no pudiera creerlo. Esto fue una sorpresa inesperada. Después de un breve momento de sorpresa, rápidamente escribió algunas palabras.

-Me encantaría, y gracias por su apreciación hacia mi novela.-

De esta forma, después de que hubiesen intercambiado contactos, hablaron sobre los detalles de la novela, la compra de los derechos de autor y la adaptación a la serie de televisión.

-Dejémoslo por aquí hoy. Es usted una persona decidida, señorita Laura. Quedemos un día para reunirnos y firmar el contrato, ¿qué le parece?-

-Está bien.-

Después de que Laura respondió, no pudo evitar estirarse en su asiento y giró la cabeza para mirar el cielo de fuera. Solo entonces descubrió que, sin darse cuenta, el cielo ya estaba completamente oscuro y las luces de neón afuera también se habían encendido ya.

-Qué tarde es.- murmuró Laura para sí misma mientras recogía sus cosas, -Se me olvidó la hora cuando estaba trabajando. Ya es hora de irme a casa. No sé si Oscar estará preocupado.-

En este momento, en la mansión de la familia Rasgado.

Oscar regresó temprano. Al ver el salón vacío, dijo, -Emma, ¿no ha vuelto la señora todavía?-

Emma al escucharlo, negó con la cabeza rápidamente, -Todavía no, no solo la señora, ni el señor Lorenzo ni el señorito han regresado. Usted es el primero, señor Oscar.-

Al escuchar esto, Oscar frunció el ceño inconscientemente, -Emma, ¿sabes en qué andan metidos el señor Lorenzo y el señorito estos días?-

Emma sonrió levemente, miró a Oscar con disculpa y dijo, -Señor Oscar, usted sabe que lo que el señor Lorenzo no nos deja decir, no puedo decirlo de ninguna forma.-

-Está bien, ya lo sé.-

Mientras Oscar se quitaba el reloj, le entregó la chaqueta.

-Llama a Laura después y dile que no se suba al coche del chófer, la iré a recoger yo.-

-Sí, señor Oscar.-

Emma no habló más. Cuando quiso coger el abrigo de Oscar, se le adelantó Manuela, que había estado esperando al lado desde hacía tiempo.

Al ver esto, Emma volvió la cabeza y le lanzó a Manuela una mirada feroz. Al asegurarse de que estaba sonriendo de forma inocente, como si solo quisiera ayudarla, dejó de prestarla atención. Fue a llamar directamente a Laura tal y como le ordenó Oscar.

Y Oscar subió las escaleras, completamente inconsciente de los pequeños movimientos de detrás.

Al ver esto, los ojos de Manuela se iluminaron, sus manos agarraron la chaqueta de Oscar con fuerza, y siguió a Oscar dando pequeños y alegres pasos.

Aunque Oscar escuchó los pasos, pensó que era Emma, por lo que no miró atrás y entró en el dormitorio.

-Señor Oscar, este es su abrigo. Lo he doblado y lo puse en el armario.-

Al escuchar una voz desconocida, Oscar frunció el ceño ligeramente, miró a Manuela y recordando lo que acababa de decir, de repente le dolió la cabeza.

-¿Acaso no sabes que ese abrigo que acabo de usar necesita ser limpiado? ¿Cómo puedes dejarlo en el armario? Y, ¿por qué estás aquí? ¿Dónde está Emma, dónde se ha ido?-

Manuela no esperaba equivocarse en el primer paso.

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