El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 294

Aunque pensaba que Ichiro actuaba con demasiado cariño con ella, no era un gran problema. Además, el hombre tampoco le tuvo en cuenta el asunto del plagio de la tipografía e ilustraciones porque no entendía las reglas del oficio. Por eso, la primera impresión de Laura de Ichiro era bastante buena.

En ese momento, la camarera que estaba a su lado volvió de repente.

-Hola, señor y señorita. Nos acaba de confirmar nuestro jefe, que esta era la primera vez que este caballero vienes a nuestra tienda. Nuestra tienda está en promoción durante este período. Los clientes que vienen por primera vez pueden recibir una tarta helada gratis, así que te lo he traído sin tu permiso, espero que no te importe.-

La camarera puso una tarta helada entre las dos personas y cuando estaba a punto de dar un paso atrás, de repente vio los rostros de Laura y Ichiro al levantar la vista.

-¿Sois vosotros?-

La voz de la camarera se elevó de repente, y también llamó la atención de Laura. Ella levantó la cabeza para mirarle, y entonces se dio cuenta de que la camarera que vino esta vez no era otra que la persona que fue expulsada por el guardia de seguridad debido al jaleo que montó en la revista. EraBianca.

-¿Bianca? ¿Cómo es que estás aquí?-

-¿Yo?-

Bianca se burló, miró a Laura con odio y respondió de una manera extraña, -¿Por qué? Por supuesto que es por trabajo. No soy como tú. Eres la señorita y a la vez señora de una familia rica, por lo que puedes tomarte un café tranquilamente en los días laborales. Y encima con tu enemigo.-

Cuando Bianca dijo esto, de repente se dio cuenta de algo y miró a Laura y a Ichiro. De repente, sin que ninguno de los dos prestara atención, sacó de repente su teléfono y tomó una foto.

-Déjame ver, los encargados de Revista CRoady Revista LR, que habían tenido un gran roce antes, pueden sentarse a tomar un café en la misma mesa. La relación entre vosotros parece bastante buena, solo que no sé si es un simple amigo o si hay algo más. No sé si Oscar pensará en otras cosas después de saber esto.-

Después de tomar la foto, Bianca rápidamente guardó el teléfono, le echó una sonrisa maligna a Laura y dijo una serie de palabras engañosas.

Sin embargo, Ichiro reaccionó rápidamente, el hombre frunció el ceño ferozmente, agarró el teléfono de Bianca y directamente entró en el álbum para borrar la foto.

-Será mejor que te portes bien y no hagas truquitos a nuestras espaldas si quieres seguir viviendo en esta ciudad.-

Bianca no entró en pánico después de que se borró la foto. En cambio, volvió la cabeza para mirar a Laura y esperó a su reacción. Después de todo, Ichiro era una persona inútil para ella, pero Laura era diferente.

Laura era la señora de una familia adinerada. Si supiera su esposo, el presidente Oscar, que su esposa no solo no estaba trabajando durante la jornada laboral, sino que fue a una cafetería famosa para parejas del barrio para tomar café con su oponente. Aparte de tener un comportamiento íntimo, encima habían sido fotografiados. No sabía si le iba a importar este asunto a su marido ricachón.

La mirada de Laura contactó con la de Bianca, su expresión siempre linda y amable, de repente se volvió fría, y le miró en silencio, como si estuviera mirando a una payasa.

-Estás muy orgullosa, te crees genial, ¿no?-

-¿Qué va, jefa? Nunca lo había pensado de esta manera. En cambio, siempre he pensado que eres muy hábil. Escuché que eras una amante que tuvo éxito, solo que no sé si eso era cierto o no.-

En los días que Bianca dejó la revista, de camino a buscar trabajo y mientras era rechazada, al mismo tiempo, escuchó muchos rumores sobre Laura.

-Déjame pensarlo, recuerdo que Oscar tenía una prometida con quien eran novios desde la infancia, se iban a comprometer, pero de repente apareciste tú y lo arruinaste todo. Después, pudiste casarte con él por tu hijo, y la prometida se fue a otro país. Desde entonces, no se supo nada de ella. Jefa, en cuanto a capacidades, tú eres mucho más capaz que yo. Después de todo, por muy mala que sea en mi trabajo, como por mis propias manos.-

Esta no era la primera vez que Laura escuchó que era una amante. La última vez que lo escuchó fue de esa criada llamada Manuela, mientras le replicaba, no pudo evitar sembrar una semilla de duda en su corazón, e incluso empezó a cuestionarse.

Antes, cuando tuvo sexo con Oscar por primera vez, escuchó que tenía una mujer a la que amaba mucho. Aunque las cosas de después no fueron como rumoreaban estas personas, solo escuchando el principio, Bianca no parecía hacer dicho nada mal.

Pensando en esto, la cara de Laura gradualmente se puso pálida, pero ahora no era el momento, levantó la cabeza y miró a Bianca con frialdad.

-Piensa en lo que quieras, pero quiero recordarte que si publicas mensajes falsos en Internet, siempre tendrás que pagar por tus acciones. No te perdonaré una y otra vez.-

-Perdonarme, ¿cuándo me has perdonado?-

Bianca se burló e ignoró las miradas de otras personas del café, su expresión gradualmente se convirtió loca.

-Si realmente me perdonas, entonces no habrías hecho tantas acciones inexplicables, además, era un error de la revista, ¿por qué tengo que cargar yo con la culpa? ¿Qué hice mal? Cuando dejaste que Valeria y otros me rechazaran, ahora que tengo tu evidencia, estás fingiendo a ser la víctima. Eres muy capaz.-

Laura bajó la cabeza, y no volvió a mirar a Bianca.

-Di lo que quieras, es sólo que ahora debería ser tu horario de trabajo. ¿Es así como atiendes a tus clientes? Ni siquiera tienes las cualidades de servicio más básicas. Realmente no tienes suficiente profesionalismo en nada de lo que haces.-

De principio a fin, Ichiro solo observó a las dos personas enfrentarse en silencio, hasta que el dueño del café notó que algo andaba mal y caminó hacia aquí. Apoyó la barbilla en una mano y habló con pereza.

-Esta señorita maleducada, si no quieres perder el trabajo que acabas de encontrar, te sugiero que no te vuelvas loca aquí. Después de todo, debido a tus acciones en este momento, ya has perdido tu bonificación de este mes. Si te vuelven a reducir el salario, entonces sería realmente lamentable.-

Cuando Ichiro terminó de hablar, el dueño de la cafetería llegó.

-Bianca, ¿qué diablos estás haciendo? ¿Por qué estás discutiendo con los clientes?-

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