El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 342

-Señor, ¿cómo está la conversación con la señorita Olivia?

Lorenzo suspiró, sacudió la cabeza, -Resultó inútil, tiene una tema horrible, y además lo siento mucho por ella, no puedo persuadirle.

Butler también soltó el suspiro, y consoló a Lorenzo, -Señor, no esté tan triste, la señorita Olivia sólo no puede aceptarlo por un momento, al pasar el tiempo, entenderá tus buenas intenciones.

-Pero es demasiado tarde.

Lorenzo negó con la cabeza, -Envía a la gente para que observe la operación y el desarrollo de la compañía, una vez que haya una anomalía, dígame oportunamente, deja a personas que protejan en secreto a Oscar, Laura y su hijo.

-Ya veo.

El mayordomo asintió, y se quedó dudoso al recordar algo.

-Señor, ¿no está demasiado preocupado? La señorita Olivia se parece mucho a la dama, como su madre tan amable, la señorita Olivia no debería hacer algo extremo, de verdad, puede dejar un poco de preocupación.

-No entiendes.

Lorenzo apretó los labios, cuyos ojos vacíos estaban fijando sin rumbo en la pared blanca como la nieve.

-A través de Olivia, veo la sombra de ese hombre. Sospecho que el accidente fue un engaño, que el hombre no tenía la intención de lastimar a mis dos hijos de principio a fin, estaba tratando de obligarme a tomar una decisión, una vez que no pudo asumir el cargo, entonces uno de estos dos niños se convertiría en una bomba para destruirme en el futuro, ¡qué ridículo!

Lorenzo sacudió suavemente la cabeza, con la boca llena de amargura, -Una razón tan simple, en realidad tardé tanto en entender.

Ante la pena, al mayordomo tampoco le quedó nada para decir. Se largó sin remedio.

Por otro lado, la serie de Laura llegó a su fin. Ella estaba sentada en la oficina de la revista, revisando la última revista.

Valeria y Rigoberto se quedaron en silencio juntos a Laura, esperando su orden.

Después de casi media hora, Laura volvió la cabeza hacia Valeria y Rigoberto, con los ojos llenos de sorpresas.

-Realmente no me decepcionáis, habéis hecho un gran trabajo, estoy seguro de que será popular si se lanza, y si se vende bien, os daré el 15% de los ingresos de este número de revista.

-¿jefa?

Valeria y Rigoberto se miraron y se encontraron la sorpresa y la incredulidad en los ojos del otro.

Finalmente, Valeria reaccionó, -¡Gracias jefa!

Rigoberto estaba pasmado, como si no estuviera completamente digerido las palabras. Valeria le tiró de manga, -¿Qué estás pensando? ¡No te apresures a agradecer a la jefa!

-¡Muchas gracias!

Al ser recordado por Valeria, Rigoberto también estaba un poco avergonzado, mientas levantó la mano para tocarse la cabeza, riendo a carcajadas.

-Estoy impresionado por esta repentina sorpresa, y me olvido de agradecer.

-No, os lo merecéis.

Laura sonrió, cuyos ojos fluyendo entre Valeria y Rigoberto, de repente, lo entendió.

Ella dijo en un tono burlo y tentativo, -Espera, ¿por qué me parece extraña la relación entre vosotros, ¿no salís juntos?

Valeria se puso roja primero, inconscientemente dando un reojo al Rigoberto, pero negó apresuradamente con cabeza, -Nada, jefa, piensa demasiado.

Al escucharla, Rigoberto la miró, de repente, sintió la injusticia.

-Es verdad que quedamos juntos, ¿es una vergüenza? No quieres decírselo a nadie.

Las mejillas de Valeria estaban más rojas. Ella levantó la mano y pellizcó enfadada la espalda de Rigoberto.

-Te permito decir más tontería.

-Eso es la verdad.

Rigoberto soportó el pellizco, con una cara crispada, mientras no se sentía convencido.

-Trabajamos juntos, no es una cosa vergonzosa salir juntos, pero tú, ni siquiera quieres enviar un mensaje a declarar nuestra relación.

Sobre este tema, Valeria también estaba muy enojada.

-Estamos en la fase de prueba, no dijimos que lo probaríamos durante un mes. Un mes después, si uno de nosotros no se siente bien, nos separaremos de inmediato, eso es lo que dijimos antes, solo estamos en la fase de prueba en vez de la formal, ¿por qué informas eso a todos?

Ante el reproche, Rigoberto se quedó sin palabras, con la boca abierta y cerrada. Él quería replicar, pero por completo no pudo encontrar una razón. Su puso rojo y se paró en su lugar como un tonto alto.

-De Verdad -dijo Rigoberto un rato después, sin evitar quejarse suavemente-. No habría aceptado esta regla si hubiera sabido que eras tan estricta.

Ahora, se trató de levantar una piedra y arrojarla en sus propios pies.

Laura presenció a los dos que se habían contrapuesto antes y estaban enamorados ahora. Aunque estaba emocionada, en ese momento no tenía razón de quedarse.

Se levantó en silencio, salió lentamente y abrió cuidadosamente la puerta. Durante todo el proceso no hizo ningún sonido.

Fuera de la revista, el auto de Olivia había estado estacionado allí durante mucho tiempo. Al salir Laura, los ojos del hombre indiferente se iluminaron. Él dio un gran paso adelante, abrió amable la puerta del coche para la mujer y luego subió al coche.

-¿Cómo estás? ¿Estás ocupada?

-Menos mal.

Laura dio un vistazo al cielo, -Aún es temprano, primero vamos a recoger a Iker, si sabe que puede salir de la escuela temprano, debería estar particularmente feliz.

-Así es.

Olivia giró obedientemente el volante y se dirigió a la escuela infantil.

-Recuerdo que unos días después, Iker va a la escuela primaria, el tiempo pasó tan rápido.

-Sí, en un instante, Iker creció.

Oscar bajó la mirada, dijo abatido, -He perdió la oportunidad de acompañarle creciendo.

-No digas eso.

Laura estaba sorprendida, sin entender por qué Oscar de repente se volvió sentimental, así que lo consoló apresuradamente.

-La situación era que ninguno de nosotros podría haberlo predicho, y ahora nuestros tres llevamos una vida feliz, ¿qué podría ser más importante que eso?

Oscar todavía no levantó la cabeza, no se podía ver la expresión en su cara.

-Pero todavía me da mucha pena.

Laura estaba impaciente por consolarlo. Al verlo así, dijo subconscientemente sin pensar mucho.

-Somos muy jóvenes, tendremos otro hijo, hasta ese momento, podrás verlo creciendo lentamente.

-¿En serio?

Justo estaba el semáforo en rojo, Oscar aflojó el volante y miró a Laura con los ojos brillantes.

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