El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 343

-Claro, ¿cuándo te he mentido?-

Laura se quedaba allí intrigada por saber por qué este hombre que siempre no le interesaba nada ahora estaba obsesionado con esto.

-Solo quiero tener una hija -Oscar le miró a Laura con dulzura y dijo-. Una niña que sea ingenua, mona y bonita como tú, y cuando ella nazca, le daré todo mi amor.-

-Ya, está bien, pero para qué estás tan ilusionado si todo está en el aire.-

Ella andaba cada vez más cabizbaja, al momento que el semáforo cambió a verde Oscar dejó de hablar, pisó el acelerador y condujo hacia la guardería donde se encontraba Iker.

Media hora después, la maestra de la guardería les miró a Oscar y Laura sintiéndose un poco perdida.

-¿Vaya? Jefe Oscar, ¿hace rato no has venido a recoger a Iker? ¿Por qué vuelves? ¿Le ha pasado algo a Iker en casa? -

Al escuchárselo, Oscar frunció el ceño y luego ellos los dos se miraron el uno al otro, llenos de perplejidad.

Laura se volvió y la miró con un poco de inquietud.

-Profesora, ¿te has equivocado? Mi esposo y yo no hemos estado aquí antes, y no me parece graciosa tu broma, ¿ acaso Iker te pidió que nos contaras eso a propósito?-

-Claro que no.-

La profesora se sentía muy confusa, pero en ese momento parecía haberse dado cuenta de que esto era verdad porque sus padres le estaban hablando muy en serio, pero ella tampoco les mintió.

Según su memoria, recordaba que era Oscar quien había venido a por Iker.

Pensando en esto, la sonrisa de la profesora se volvió un poco forzada.

-Es verdad que hace un momento fue señor Oscar el que lo había recogido, y no les estoy contando ninguna broma. Además estoy bastante segura de esto, y si no hubiera hecho bien mi trabajo de cuidar a los niños, me despedirían, ¿estáis seguros?-

Vio que ella le hablaba con entereza, y Laura empezó a dudar de sí misma. Se dio la vuelta para mirarle a Oscar con recelos.

-Imposible –

Oscar dijo con frialdad, la dulzura en sus gestos desapareció.

-He estado en unas reuniones por la tarde y nunca he estado aquí, maestra, si Iker te pidió que le ayudaras para darnos un susto, entonces creo que ya es hora de que termine sus jueguitos.-

-No es así.-

La maestra se comportaba ansiosamente

-Sr. Oscar, vi que tú recogiste al niño. Si no me lo crees, podemos ver las cámaras.-

Después de hablar, la maestra llevó a Oscar y Laura a la sala de monitoreo. Sin embargo cuando se reproducía el vídeo de vigilancia en el que alguien venía a recogerlo, de repente toda la pantalla se bloqueó.

-Cómo es eso.-

La maestra exclamó con incredulidad

-¿Por qué esta parte se quedó borrosa?-

Mientras la maestra se quejaba, Laura miró fijamente a la figura familiar en la pantalla, y recordó que cuando ellas dos se conocieron por primera vez, se sentía muy rara y se dejaba llevar por esta mujer todo el rato, e incluso casi le contó un secreto muy privado entre ella y Oscar.

-Olivia.

sus labios no podían dejar de temblar, se volvió para mirarle a Oscar, y sus manos le agarraban firmemente las mangas con una expresión extremadamente desagradable, fue ella la que debía de habérselo llevado porque esta mujer sabía hipnotizar, por lo que era normal que la gente de los alrededores se equivocaran,

-Oscar, ¿qué vamos a hacer ahora?

-No te preocupes, ya que ella se ha llevado a Iker, tiene que haber un motivo.

Abrazó a ella con fuerza tratando de calmarse, pero las venas verdes expuestas en el dorso de su mano y en la frente mostraban que no estaba tan tranquilo.

Especialmente la última imagen del vídeo les dijo clara y deliberadamente que ella se había llevado a su hijo.

Como ya identificaron al sospechoso, Oscar y Laura se miraron el uno del otro, y ella tomó la iniciativa para hablar -Lo siento mucho, maestra, recordamos que es verdad que en la tarde era Oscar y el mayordomo quienes vinieron a por él, que mi esposo estaba muy ocupado, por lo que estaba un poco confundido, espero que no te hayamos molestado.

Lo más urgente era evitar los rumores y luego encontrar rápidamente a Iker.

-¿Qué?

La maestra parpadeó y no pudo reaccionar ante este cambio repentino, luego se sintió aliviada porque si no tuviera la responsabilidad, no pensaría en estos temas.

-Por supuesto que no, lo importante es que el niño esté bien, pero Sr. Oscar, eres un hombre descuidado, cómo puedes olvidarte de este tipo de cosas.

Laura le sonrió y no habló más.

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