-¿Si no estoy de broma? -dijo perezosamente.
Se quedó aturdida, creía que no era uno que quería bromar, ¿estaba en serio?-
-Tú…- Ella podía ver algo diferente en los ojos de Oscar, pero no sabía qué quería hacer realmente.
Un hombre horrible y incontrolable.
Laura lo miró con molestia.
-¡Tu respuesta!- dijo el con frialdad.
-¡Quiero volver a casa! -Se puso a levantarse, tenía miedo de que le impidiera, pero no, por eso ella se relajó y caminó hacia la puerta.
Sin embargo, cuando Laura tocó la manilla, él se le acercó y la abrazó con fuerza.
-¡Sueltame!- regañó forcejeando con voz estridente, no le gustaba que nadie le tocara, sobre todo, aquel hombre era terribley fuerte, Laura no era capaz de lucharse..
Cada vez cuando había hombre que se le acercó, la recordó aquella noche cuando tenía diecisiete años.
La decepción, el pánico y la tristeza le envolvieron quella noche.
Ella se quedó atónita cuando vio el próximo movimiento del hombre.
Le abrió el escote a la fuerza, los botones cayeron por todo el suelo, aparecieron su ropa interior y la piel blanca.
Laura estaba tan pasmada que olvidó gritar, ¡este hombre delante de ella era una bestia!
Una mano fina movió por su cuello liso, ella se apresuró a cubrir su seno con la ropa
No dijo nada, una mirada como fiera parecía que estaba declarando algo.
"¡Aquí todo es mío!"
Laura se sentía vergonzosa,
-¡Eres un loco!-
Aunque lo dijo así, no se atrevía a moverse porque tenía miedo de que volviera a provocar su acto más loco.
-¿Tienes miedo?- dijo con voz baja y ronca.
Ella asintió.
Parecía que él podía sentir su latido rápido.
de repente, el hombre sonrió.
Acarició su cabeza, la besó,
-Todo es mío.-
Después de la declaración tiránica,la besó otra vez hasta que ella no podía respirar, él pegó su pecho contra suyo y dijo contentamente,
-Sepárate de él, ¡sea quién sea!-
-Estás loco.- Se agarró de la ropa fuertemente con las manos temblantes, reinaba la tiranía del hombre en el aire.
Por fin ella se dio cuenta de que no era una broma.
-¡Sí! ¡Estoy loco! ¡Loco por ti!- maldijo de repente.
Le acarició la espalda suavemente, dijo al su oído con tono bajo.
-No permito que tengas novio, tú eres mi mujer, no quiero ver que haya otro hombre a tu lado, de lo contrario, ¡lo mataré!-Ella volvió a temblar.
¡Lo dijo en serio!
Él rio de nuevo, besó su cuello hacia abajo.
-¿Tienes miedo? No te voy a pegar, solo quiero que los que te persiguen mueran.-
En este momento, ella estaba segura de que había provocado a un hombre poderoso.
Su corazón de piedra nunca abrió puerta a ningún hombre, pero ahora se tembló por lo que dijo él.
¿Todos los hombres eran tan tiránicos o solo él?
-Jefe, era mi culpa, no me amenaces, ¿vale?- Aunque sabía que estaba en serio, ella optó por hacerse la tonta.
Sin embargo, los ojos brillantes parecían que estaban diciendo algo, "¡No te hagas la tonta!"
Ella se puso nerviosa, cuando miró sus ojos se le escogió el corazón, ella mostró inquietud y bajó la cabeza, y sus manos se estaban agarrando de la ropa.
-¡Sepárate de él! ¡Te lo digo por última vez!- Su paciencia casi llegó al límite.
-No.- Ahora era la sociedad legal, si tuviera el novio, no iría a rendirse ante su amenaza.
-¿Quieres que se muera?- La voz peligrosa le hizo temblar.
No supo por qué, ella estaba miedosa.
Sonó la voz del hombre, -¡No salgas con ningún hombre!-
¡Qué dijo! Ese hombre perturbado, lo había repetido dos veces.
-No me permites salir con los chicos, pero jefe, ¿la que quieres no será una virgen? ¡No soy virgen!-
A pesar de que era un poco vergonzosa decirlo, ahora a ella no le importó nada.
-¡Sueltame!-
-¿Quién te ha dicho que solo quiero las vírgenes?- Él levantó las cejas.
-¡Los hombres siempre dicen lo mismo!- Ella tragó la saliva.
¡Mierda! ¿Por qué habló de esto con él? ¡Ella quiso irse! Pero parecía que no era tan fácil, ella tuvo miedo de hacerle enojado, también temió que iba a violarla.
En esta situación, ella era un cordero que esperaba la muerte, y él, era un lobo hambriento. A lo mejor la huida provocaría su bestialidad.
-¿Todos dicen lo mismo?- Oscar parpadeó los ojos y la miró tranquilamente, -Pues puedes recuperarte el himen, ¡y puedo fingir que la eres!-
-¡Pervertido!- dijo sin pensar, ¡ese cabrón incluso quiso una virginidad falsa!
De verdad tuvo aficiones especiales, ¡era un completo pervertido!
-¿Era la actitud que tienes hacia tu salvador?- Él se puso serio, ¡era la primera vez que le regañó como un pervertido!
-¿Qué quieres?-
-¡Quiero a ti!-
-¡Vete a la mierda! ¡Me resigno! ¡Me resigno!-
-¡Treinta millones de euros!-
-¡No los tengo!- gritó en voz baja. ¡La debía estar torturando!
-Pues acompáñame una noche, y te permito la resignación, ¿qué te parece?-
Él estaba seguro de que Laura rechazaría. Si lo asintió, no merecía ser su mujer .
-¡Vete a la mierda!-
-¡Ay!- El que gritó esta vez era Oscar, gritó viendo su brazo herido,
-¡Te atreves a tocar mi herida!-
-¡Vete!- Laura cogió su ropa y corrió hacia la puerta rápidamente, como si un conejo se encontrara a un cazador y huyera.
Oscar se sintió contento en el corazón.
Menos mal, era más valiente de lo que imaginaba, menos mal, le faltaba el dinero, pero no lo codicia, no hasta el punto de que podía hacer cualquier cosa por el dinero.
¡Él pensó que debió ser un accidente lo de hace cinco años!
-¡Dios mío!- Abrió la puerta, se oyó la exclamación de Teresa. -¿Por qué vuelves a esta hora?-
-Mamá, ¡te estamos esperando!-
Al ver que Teresa y Iker no se habían acostado, Laura sintió remordimiento y bajó la cabeza.
-Huy, ¿qué te pasa?- Teresa vino hacia ella a prisa. -Dios, ¿qué te pasa en la cara?-
Teresa y Iker se quedaron boquiabiertos cuando vieron los labios hinchados y los chupetones en el cuello.
-¡Estoy bien! ¡Voy a cambiar de la ropa!- Laura les dio una mirada consoladora.
-Laura, ¿te habrán violado?- Teresa no se atrevió a imaginar.
-Estoy bien de verdad, solo era un accidente, ¡ya pasó!- Laura rio embarazadamente.
En aquel entonces Oscar no dejó de besar y morderle la cara y el cuello, ¡casi la violó!
Él no la persiguió, pero tuvo la oportunidad de hacerlo, si de verdad lo quería hacer, ella no pudo escaparse.
Cuando salió del departamento ella echó un vistazo precipitadamente la puerta, vio que se escribía, -Mansión de Cielo-.
El espejo del baño reflejó su cara encarnizada.
Por qué la persiguió.
Ella no era tan guapa hasta el punto de tratarla así tan loco.
¿Por qué fue ella? Laura estaba muy confusa. Pero fuera quién fuera, ella no quería meterse en lío, porque hace cinco años había perdido la confianza en los hombres.
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