El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 39

En el camino, no dejaron de echarle la mirada, Laura solo se sintió embarazada.

A continuación, ¿ella qué debía hacer?

En el departamento, ella fijó la mirada en una empleada que estaba ordenando documentos, se le acercó y le dio una palmadita en el hombro.

-Hágame un favor….-

-Bueno, dímelo.-

La empleado volvió la cabeza de golpe, pero cuando vio que era Laura, se le fue la risa y mostró un poco de desdén, su entusiasmo desapareció toralmente.

-Estoy ocupada, ¡no tengo tiempo!- Cambió la actitud solo en un instante.

Laura se quedó aturdida, -¡El jefe necesita los datos esta tarde!-

-¿Me vienes con esto?- La empleada mostró impaciencia y se los pasó con disgusto.

Laura iba a recoger, pero la empleada los tiró de repente, no los consiguió y cayeron en el suelo. -¡Eres tan descuidada!-

Laura frunció las cejas y se acuclilló pidiendo perdón, -Lo siento, lo siento, ¡era mi culpa! ¡Gracias!-

Recogió los documentos precipitadamente, se puso enrojecida por vergüenza.

Oscar, Laura lo estaba maldiciendo en el corazón, todo se debió a él, ahora casi no podía vivir en la empresa.

La empleada le miró y dijo con burla, -Secretaria Laura, ahora eres la favorita en nuestra empresa, ¡no pasa nada!-

Laura podía sentir obviamente su hostilidad, bajó la cabeza y dijo, -Subo ya.-

Ella estaba cabizbaja e iba a irse, chocó con un pecho duro, le dolía mucho la nariz, y los documentos cayeron por todo el lado.

-¡Lo siento, lo siento!-

Alonzo llevaba un traje azul y una corbata, una típica imagen de un élite. Iba con una camiseta blanca, hasta las mangas estaban limpias, estaba tan cerca que ella podía oler el olor refrescante.

Acababa de volver a la empresa, se encontró con una guapa ante de que viera al jefe, Alonzo bajó la cabeza y sonrío.

-No pasa nada, te los recojo.-

-¡No hace falta! Lo siento, lo hago yo.- Laura se agachó.

-Gerente Alonzo, ¿has venido?- Cuando la empleada vio a Alonzo, cambió la actitud al instante, -¿Acabas de llegar hoy?-

Cuando estaba cogiendo los documentos, una mano grande tendió, y ella levantó la cabeza involuntariamente, -No hace falta, yo `puedo..-

-¿Eres tú?- Ella se quedó aturdida.

Alonzo también se volvió atónito, parecía que reconoció a Laura, la madre de alquiler de hace cinco años, él disimuló tosiendo y guiñó los ojos, -¿Señorita, te conozco?-

-Tú, tú, has ¿olvidado?- casi iba a gritó Laura. Le cogió del brazo y gritó excitadamente, -¿Dime dónde está? ¿Dónde está?-

-Señorita, no te conozco, ¡no entiendo lo que estás diciendo!- Alonzorio embarazadamente fingiendo que no la conocía, él no esperaba que se la iba a encontrar de nuevo.

-Secretaria Laura, ¿esto es tu forma de ligar con los hombres? – Se oyó el sarcasmo de la empleada. -¡Qué chunga!-

Ahora a Laura no le importaba la burla de la otra.

El reencuentro con Alonzo la hizo desorientada y confusa, como si un enorme globo de fuego explotara en su mente, pero él no la conocía, ¡era la única persona que sabía quién era el hombre con mascara!

¡La información de su hijo solo la podía ofrecer este hombre que estaba delante de ella!

-Señorita, ¡parece que te has equivocado!- Se levantó Alonzo y le pasó los documentos. -Tengo un compromiso, me voy.-

Luego, quitó la mano de Laura y se fue.

¿Se había equivocado?

Laura se quedó aturdida, -No, no, señor, ¡espera!-

¿Cómo podía dejar que se fuera al único hombre que sabía el paradero de su hijo? -Señor, espera, ¡por favor!-

-Alonzo, ¿has vuelto? - cuando vio a Alonzo, Oscar inmediatamente se acercó felizmente y palmó al hombro de Alonzo. -Por supuesto, todavía es tan fuerte como antes-

- ¡jefe, me he encontrado con Laura hace un momento! - Si Alonzo no hubiera corrido rápido, estaría enredado en Laura y no podría irse.

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